Extraescolares: ¿obligación o elección?

Responsabilidad, autonomía o nuevas relaciones sin olvidar la diversión. Es lo que aportan a los niños y niñas las actividades extraescolares, un sector que se recupera poco a poco.

Al salir de clase, varios días por semana, las actividades extraescolares esperan a niños y niñas.
Al salir de clase, varios días por semana, las actividades extraescolares esperan a niños y niñas.
Francisco Jiménez

Con el comienzo del curso llega otro de sus clásicos, las extraescolares. Un ámbito que genera muchas dudas en padres y madres ¿Qué escoger? ¿Cuántas? ¿Son muy pequeños? Existen dos claves muy sencillas que pueden ayudarnos a elegir una actividad: no se debe abusar de ellas y hay que contar siempre con la opinión de los más pequeños.

Tal y como indica su denominación, son actividades complementarias a la educación formal. Las extraescolares ayudan a la colaboración entre iguales, a la responsabilidad, la autonomía, a establecer relaciones sociales y a desarrollar competencias en ámbitos no académicos, según la psicóloga educativa y maestra de educación primaria Toñi Morcillo.

Las actividades que se pueden cursar van desde las más clásicas como patinaje, fútbol o baloncesto a idiomas o hasta las más novedosas como robótica, circo, ‘datchball’ o el manejo de drones. Normalmente, a estas actividades se les suele dedicar uno o dos días a la semana y no más de una hora en cada sesión.

Las empresas de ocio y tiempo libre miraban esperanzadas el curso 2022-2023 pensando que estarían totalmente recuperadas. Sin embargo, se encuentran trabajando al 75% de su actividad y prevén que costará unos años más volver a ser lo que eran. 

La pandemia hizo mella en un sector que ahora está empezando a recuperarse. El cierre de las escuelas durante el confinamiento llevó al cese de todas sus actividades, obligando a estas empresas a realizar expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) o, en el peor de los casos, a cerrar. El curso pasado también fue complicado debido a las limitaciones a la hora de crear grupos y escoger espacios, ya que primaban las actividades al aire libre. Otro problema al que se enfrentan es la situación económica actual de las familias, las cuales tratan de reducir sus gastos.

Las actividades extraescolares han evolucionado en los últimos años, no solo en su oferta sino en el concepto que se tiene sobre ellas. "Eran actividades lúdicas, en su mayor parte, voluntarias, a las que acudían los niños y niñas para ocupar esa parte de tiempo libre que tenían y en la que estaban más bien ociosos", explica la maestra de la escuela pública y psicóloga. Sin embargo, en la actualidad, las extraescolares "parecen haberse convertido en una obligación más del alumnado. Los niños y niñas van a tres, cuatro y hasta cinco actividades que les ocupan todo su tiempo fuera del horario escolar y que en demasiadas ocasiones poco o nada tienen que ver con sus intereses personales, sino más bien con los de sus progenitores", señala la maestra. Un comportamiento que provoca que se esté sobrecargando excesivamente el horario de los niños y adolescentes, "disminuyendo el tiempo de ocio y de comunicación interpersonal de calidad. El alumnado va deprisa de una actividad a la otra, consumiendo cosas sin tener tiempo de asimilar nada", añade Morcillo.

El equipo de la empresa Océano Atlántico encargado de gestionar las actividades extraescolares de diferentes centros.
El equipo de la empresa Océano Atlántico encargado de gestionar las actividades extraescolares de diferentes centros.
T. Galán

Esto no significa que sean perjudiciales para los más pequeños, sino al contrario. Según Morcillo, estas actividades son muy beneficiosas y útiles para el alumnado, contribuyen, junto a la educación formal, a la colaboración entre iguales, a la responsabilidad, la autonomía, a establecer relaciones sociales y desarrollar habilidades fuera del ámbito académico. Siempre que "no haya un consumo de extraescolares desmedido", puntualiza la maestra.

Por ello, es importante tener en cuenta varios aspectos a la hora de elegir una actividad. Principalmente, la actividad tiene que dar respuesta a los intereses y necesidades del niño. "Si va bien en matemáticas y no presenta dificultades, ¿para qué llevarle a clases particulares de matemáticas?; si no le gusta el fútbol, ¿por qué llevarlo a fútbol?, por ejemplo", indica Morcillo. Después sería necesario ver si puede dedicar a la actividad el tiempo que requiere y que se "trate de tiempo de ocio real", añade. Es necesario que la actividad extraescolar no sirva únicamente para rellenar el tiempo fuera del colegio, si no que, sobre todo, tengan interés por ella.

Variedad infinita

Existen actividades de todo tipo y para todas las edades: a las más tradicionales, que siguen triunfando, como baloncesto, patinaje o idiomas, se suman otras muy originales como circo, manejo de drones, ‘broadway’ o ‘art attack’. Actividades que, aunque al principio crean alguna duda, luego son un gran éxito.

"Cuando empezamos antes de la pandemia tuvo muy buena acogida, también es verdad que, al ser tan novedosa, los padres se muestran algo reticentes porque no saben muy bien de qué trata la extraescolar", cuenta Sergio Dolset, monitor de la actividad de drones desde 2019.

Sesión de la extraescolar de manejo de drones. El monitor de la derecha es Sergio Dolset y la imparte desde 2019.
Sesión de la extraescolar de manejo de drones. El monitor de la derecha es Sergio Dolset y la imparte desde 2019.
Toni Galán

Esta actividad en concreto, ofrecida por la empresa Océano Atlántico, está dirigida a niños de entre 8 y 12 años y tiene una duración de una hora a la semana. En ella, los alumnos reciben una inmersión total en un nuevo sector, con un gran futuro, como es el de los drones. "Además de la formación teórica, sobre seguridad o normativa, reciben una formación práctica de vuelo durante todo el curso, que les aporta numerosos beneficios como el desarrollo espacial, la coordinación viso-manual, la memoria o el trabajo en equipo", explica el monitor.

Además de horas de diversión, Dolset defiende que "a lo mejor encuentran su vocación en esta profesión tan demandada y con tantas salidas". Para Morcillo, esta relación no es tan clara: "No creo que las extraescolares puedan decidir o influir sobre el futuro de los niños. Dependerá de la edad, la madurez, si la actividad se adecua o no a los intereses de la persona...", explica. Aunque sí "pueden ayudar a moldear los intereses personales en determinados ámbitos", añade Morcillo.

Probar, pero no obligar

Encontrar la extraescolar perfecta también es una cuestión de experimentar. Probar diferentes actividades hasta hacerse con la favorita, como en el caso de Álvaro, Paula y Alicia de 11, 10 y 4 años, respectivamente: "Álvaro es el que más ha probado. Le gustan mucho las que tienen que ver con deportes, ha hecho fútbol, baloncesto y ‘skate’. También ábaco, como su hermana, e informática", cuenta Pilar Villanueva, madre de los tres pequeños. En este curso, los tres continúan con actividades: Álvaro juega a fútbol sala, mientras que Paula práctica vóley, pintura e informática, y Alicia, gimnasia rítmica. Además, los tres hermanos hacen natación e inglés fuera del colegio.

No siempre se acierta a la primera y los pequeños deben probar actividades, pero no obligarles a ir. "Los niños y las niñas son más inteligentes de lo que nos pensamos y, sobre todo, son transparentes. Enseguida se nota cuando una actividad no les gusta: siempre ponen excusas, no cuentan nada de lo que hacen, salen siempre los primeros, hablan de otras actividades...", explica Morcillo. "Hay que escucharles, observarles, conocer cuáles son sus verdaderos intereses, aceptar que no siempre o casi nunca van a coincidir con los nuestros

Pilar Villanueva y Rubén Aragüés, junto a sus hijos Paula, Alicia y Álvaro -de 10, 4 y 11 años-, en el barrio de Santa Isabel.
Pilar Villanueva y Rubén Aragüés, junto a sus hijos Paula, Alicia y Álvaro -de 10, 4 y 11 años-, en el barrio de Santa Isabel.
Francisco Jiménez

Un sector en recuperación

El cierre de los colegios por la covid supuso la suspensión de todas sus actividades, que comienzan tres cursos más tarde a retomar su actividad con total normalidad.

El curso pasado pudieron realizar alguna de sus extraescolares, pero con numerosas limitaciones: mascarillas, distancias, espacios al aire libre o no poder juntar cursos ni clases, algo que en muchas ocasiones es necesario para que una actividad salga adelante, entre otras restricciones.

En esta situación, las familias buscaron otras vías como las academias o clubes deportivos, que contaban con una normativa diferente. "En ese sentido, nos hemos visto perjudicados porque estos alumnos, que buscaron continuar con su actividad, ya no vuelven", explica Paloma Romero, miembro del departamento de Servicios Extraescolares de Océano Atlántico. Una opinión con la que coincide el presidente de la Asociación de Empresas de Servicios Extraescolares en Centros Educativos de Aragón

 (Aesecear), Rubén Gil: "Son usuarios que ya no vuelven al cien por cien", añade.

La empresa zaragozana, que trabaja en 43 centros de Aragón, ofrece actividades de todo tipo y para todas las edades: atletismo, baile, tecnología, inglés, natación, música o teatro, entre otras. A pesar de la gran variedad, a los problemas generados por la pandemia se le ha sumado la situación económica de las familias, que se ha visto perjudicada, y que ha afectado a estas empresas: "En lugar de hacer tres actividades, ahora hacen una", explica Romero. Algo que apoya Gil: "En muchas ocasiones las familias recortan de estas actividades".

El sector de las extraescolares pronosticaba que el curso 2022/2023 sería en el que podrían haberse recuperado al 100% después de tres años. Sin embargo, a pesar de contar con las mismas condiciones de 2019, trabajan "alrededor del 75% de los servicios", explica Gil. Se trata de un sector que antes de la pandemia generaba unos 5.000 puestos de trabajo y que ahora teme que la situación "se quede así", expresa el presidente.

Roberto Lana y Estela Martínez, junto a sus hijas Martina y Clara -de 11 y 6 años-, frente al colegio público Guillermo Fatás.
Roberto Lana y Estela Martínez, junto a sus hijas Martina y Clara -de 11 y 6 años-, frente al colegio público Guillermo Fatás.
F.Jiménez

El coste en extraescolares de una familia de dos hijos en la que cada niño realiza una o dos actividades pueden suponer un gasto de unos 100 euros mensuales. "Al precio de la clase hay que sumarle los materiales necesarios: chándal, protecciones…", puntualiza Estela Martínez, madre de Martina y Clara, de 11 y 6 años. Las pequeñas realizan las actividades de vóley, ‘skate’ y gimnasia rítmica, aunque no todas ellas son en el centro educativo, algo que condiciona el precio de estas: "Intentamos aprovechar la oferta de extraescolares del colegio. Son mucho más económicas que las realizadas en centros privados. Estas últimas sí han subido sus precios", explica Martínez. Mientras, para una familia de tres hijos como la de Villanueva el gasto puede ascender a unos 350 euros mensuales. A pesar de haber experimentado una subida de precios, Villanueva defiende que "no ha sido algo significativo".

A pesar de ello, son actividades a las que las familias no suelen renunciar por completo en sus agendas, tanto por los beneficios, aprendizajes y experiencias que aportan a los más pequeños de la casa como por ser una pequeña ayuda para la conciliación familiar. 

Cómo elegir una extraescolar

Elegir la extraescolar adecuada para nuestros hijos puede generar muchas dudas. Idiomas, deporte, música, manualidades... las opciones son infinitas, pero, ¿qué debemos tener en cuenta? Toñi Morcillo, maestra de educación primaria en la escuela pública y psicóloga educativa, establece una serie de ideas que pueden ayudar en el proceso.

En primer lugar, la actividad tiene que dar respuesta a los intereses y necesidades de la niña o el niño. Después, valorar si pueden o no dedicarle el tiempo que requiere la actividad.

En cuanto a la duración de la actividad, "nunca deberían ocupar todas las tardes, ni debería ser de más de una hora u hora y media de duración, según las edades", explica Morcillo. La maestra y psicóloga educativa establece que "una actividad de una hora a la semana cuando son más pequeños y dos actividades de una hora cuando son más mayores" es el tiempo óptimo.

Siempre es bueno que hagan actividades que impliquen movimiento, el desarrollo de competencias emocionales o donde den rienda suelta a su creatividad en cualquier ámbito. Morcillo defiende que en el caso de elegir una actividad de refuerzo de alguna materia, "nunca deben tomarse sin que haya motivo para ello. El alumnado ya pasa mucho tiempo en el centro educativo y en la mayoría de los casos no necesita esos apoyos", explica.

Sobre la edad, "cualquiera es buena. Cada edad tiene unas actividades más adecuadas que otras", explica Morcillo. Aunque, la maestra puntualiza que, "deben ser siempre voluntarias. No debemos obligar".Las extraescolares deben ser actividades "lúdicas, creativas, emocionales, divertidas, sin exigencias y sin tareas", añade la maestra.

Además, Morcillo recomienda que los niños que hacen largas jornadas en el colegio no deberían hacer estas actividades, ya que también "necesitan estar en casa, ponerse cómodos, desconectar y descansar; hablar en familia, hacer cosas junto a los suyos".

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