Tercer Milenio

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Misión DART, todo listo para modificar la órbita de un asteroide por primera vez

El proyecto, liderado por la NASA, busca probar la capacidad humana de defender la Tierra ante un futuro impacto.

Misión DART, todo listo para modificar la órbita de un asteroide por primera vez
Misión DART, todo listo para modificar la órbita de un asteroide por primera vez
NASA

En la madrugada de este martes, 27 de septiembre (hora española) -a las 19:14 del 26 de septiembre en el horario de la costa este de Estados Unidos-, está previsto que tenga lugar la prueba de redirección de doble asteroide (DART, por su sigla en inglés) de la NASA, cuyo objetivo es alcanzar el sistema de asteroides binario Dídymos, formado por el asteroide del mismo nombre, Dídymos, y su compañero más pequeño, Dimorfo, para modificar la órbita de este último. Dichos cuerpos celestes no son una amenaza para la Tierra actualmente. Lo que esta misión pretende demostrar es la capacidad humana de desviar la trayectoria de un asteroide en el hipotético caso de que, en un futuro, el impacto de un objeto similar represente un verdadero peligro.

La misión DART ha sido cuidadosamente diseñada gracias a la colaboración internacional. La idea es que la nave espacial golpee Dimorfo a una velocidad de unos 6,1 km por segundo, sin llegar a destruirlo, solo con la suficiente fuerza como para expulsarlo de su órbita alrededor de Dídymos o cambiar notablemente la órbita de ambos asteroides alrededor del sol. El período orbital actual de Dimorfo alrededor de Dídymos es de 11 horas y 55 minutos. Los científicos calculan que la colisión acortará ese tiempo en un rango de entre 73 segundos y 10 minutos.

Todo empezó el 24 de noviembre de 2021, con el lanzamiento del cohete SpaceX Falcon, en el que viajaba la nave DART, desde el Complejo Espacial 4 Este, de la Base de la Fuerza Espacial Vandenberg, en California (EE UU). Más recientemente, el 11 de septiembre de 2022, se lanzó el microsatélite LICIACube (Light Italian CubeSat for Imaging Asteroids), de fabricación italiana, un dispositivo provisto de dos cámaras ópticas que se encargará de inmortalizar el impacto y los primeros minutos de sus secuelas.

Al mismo tiempo, en la Tierra, científicos de todo el planeta emplearán los telescopios terrestres para medir cuánto cambia la órbita de Dimorfo alrededor de Dídymos tras el choque. De este modo, se evaluará la eficacia del proyecto y se valorará la manera de aplicarlo a futuros escenarios de defensa planetaria. "El equipo de investigación de DART tiene miembros que representan a más de 100 instituciones de 27 países distintos, y telescopios de los siete continentes están involucrados en esta misión, como los de las islas Canarias, en España", declara Nancy Chabot, responsable de coordinación de DART del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins.

Después se lanzará HERA

El impacto cinético de DART ocurrirá cuando la Tierra y el sistema Dídymos estén a su distancia mínima, aproximadamente a once millones de kilómetros, lo que ayudará a los científicos a realizar observaciones telescópicas de mayor calidad tras la colisión. La última vez que Dídymos estuvo tan cerca de la Tierra fue en 2003; la próxima vez será en 2062.

La elección de dicha pareja de asteroides se debe a que no están en camino de colisionar con la Tierra, pero sí lo suficientemente cerca como para realizar observaciones, lo que facilitará a los científicos ver y medir el efecto del impacto.

Lo que no se puede predecir con exactitud es cómo será la colisión, pues se sabe muy poco sobre la composición de Dimorfo. Igualmente, nuestra comprensión de la física de impacto relacionada con los asteroides únicamente se basa en experimentos de laboratorio realizados en la Tierra y en los datos proporcionados por la misión japonesa Hayabusa2 sobre el asteroide Ryugu, de 900 metros de diámetro. "El verdadero reto tecnológico de DART es encontrar e impactar contra un asteroide tan 'pequeño', del cual tenemos muy poca información, en medio del espacio, a gran velocidad. De hecho, no seremos capaces de distinguir Dídymos de Dimorfo hasta una hora antes del impacto. Para ello, DART está provisto de un sistema de navegación autónoma y de la cámara Dracos. Las imágenes que se van a retransmitir en vivo son precisamente las que DART tome durante esa última hora antes de colisionar", afirma Chabot.

Los escenarios posibles son dos: si la roca espacial es dura y densa, se levantarán pequeños escombros del impacto; si es suave, como un grupo apretado de rocas espaciales pequeñas, el choque dejará un gran cráter y creará una columna de escombros que empujarán el asteroide lejos de su órbita con Dídymos. Cuantos más escombros se expulsen del cráter, más probable es que la órbita del asteroide se vea alterada.

Si la prueba tiene éxito, a finales de 2024, la nave espacial Hera, de la Agencia Espacial Europea (ESA), se dirigirá de nuevo hacia el sistema Dídymos para realizar un estudio en profundidad de las secuelas del impacto y las propiedades físicas de Dídymos y Dimorfo. Todo ello ayudará a convertir el experimento de DART en una técnica de desviación bien entendida y repetible, lista para ponerse en práctica si alguna vez se detecta un asteroide en dirección a la Tierra.

"HERA se está construyendo en Alemania, aunque algunos de sus elementos toman forma en otras partes de Europa. Por ejemplo, el modelo de ingeniería del sistema de guía, navegación y control de precisión, esencial para guiar la nave espacial hacia y alrededor del sistema Dídymos, está siendo elaborado por la empresa GMV en España", explica Ian Carnelli, responsable de misión Hera (ESA).

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