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La anécdota de Ana Obregón y el AVE en Zaragoza con sus amigos los 'obregonistas'

La presentadora ha abierto su corazón este lunes en televisión contando el duelo por la muerte de su hijo en 2020 y ha estado arropada por quienes la han apoyado en los momentos más duros, que la animaron repasando las situaciones más divertidas vividas con ella.

Ana Obregón junto a su hijo en una imagen de archivo
Ana Obregón junto a su hijo en una imagen de archivo
Efe

Ana Obregón relató por primera vez este lunes en televisión el sufrimiento que vivió junto a su hijo Aless Lequio cuando le diagnosticaron un tumor a los 25 años y su dura batalla contra el cáncer. La presentadora, que confesó que no había podido hablar hasta entonces de todo lo que vivió hasta la muerte del joven en 2020, eligió el programa de su amigo Bertín Osborne, 'Mi casa es la tuya', que estrenaba temporada, para contar como madre, la experiencia vivida en los dos años de lucha que les hizo recorrer varios hospitales y el duelo que atraviesa ahora.

El presentador reunió también a un grupo de amigos para animar al final de programa a la actriz, tras su dura confesión, y desgranar en una comida anécdotas personales con Boris Izaguirre; su representante y amiga Susana Uribarri; el periodista Luis Rollán y su amigo 'Ra', Raúl Castillo.

La pérdida de Aless

La primera parte del programa se desarrolló en un sofá blanco colocado en una terraza al aire libre donde estaban sentados Bertín y 'Anita', como la llamó durante la entrevista por su relación de amistad, incluso confesaría después que fueron novios un par de meses cuando ella tenía 20 años. La presentadora convirtió la conversación casi en un monólogo terapéutico en el que dijo que quería contar todo el dolor vivido "para poder olvidarlo". Confesó que tras la muerte de su hijo pasaron meses sin que pudiera hablar y que todavía no había podido pasar el duelo por su madre, fallecida el año pasado a los 95 años. Ambas estuvieron siempre muy unidas ya que fue siempre su "amiga", pero aseguró que no le "cabía" más dolor en el cuerpo para aceptar su muerte.

La entrevista estuvo llena de guiños a su hijo Aless, desde el vestido que llevó, que era con el que anunció que estaba embarazada hace casi 30 años, hasta una cadena con el nombre del joven, fruto de su relación con Alexandro Lequio, del que se divorció y con el que confesó que su relación es mejor ahora que durante el matrimonio, a raíz de lo compartido por la enfermedad de su hijo. En el relato de los duros momentos vividos, desde el diagnóstico a la quimioterapia, no pudo evitar que se le escaparan las lágrimas, ni a ella ni a él, como tampoco a muchos de los espectadores y personas que comentaban el programa en Twitter. Los internautas destacaron muchas de las frases que fue dejando la presentadora, algunas de las que le dejó su hijo como  "Colecciona momentos, no cosas, que eso es lo que te llevas".

Bertín recalcó que algunas de esas frases eran "lecciones de vida" y en algún momento le resultó difícil continuar con la entrevista por la emoción como cuando ella le confesó que "Me perdono la vida todos los días", porque no le parecía justo que hubiera muerto su hijo y ella estuviera allí. Ambos su fundieron en un abrazo en varias ocasiones, cuando ella ya no podía seguir hablando. Ella repetía que si su hijo la estuviera viendo estaría enfadado y en broma le diría, como en otra ocasión, "Mamá, no dramatices". La presentadora destacó la fuerza con la que su hijo encaró el proceso, sin perder el sentido del humor incluso en los momentos más duros de las sesiones de quimioterapia o cuando llegó a decirle "Perdona mamá por tener un hijo defectuoso".

Ana Obregón reconoció que parte de la fuerza para seguir adelante la saca de la necesidad de impulsar la fundación creada con el nombre de su hijo para investigar en estos tipos de cáncer en niños y jóvenes, para los que denunció que no hay investigación y que España está "a la cola". Aprovechó para agradecer las donaciones millonarias del empresario Amancio Ortega para equipos de quimioterapia. Reconoció que gracias a su poder adquisitivo había podido costear la primera quimioterapia que recibió durante varios meses en Nueva York, que no existía entonces en España. "Ahora ya está aquí, al alcance de todos", recalcó, contra quienes habían criticado las donaciones del multimillonario por se solo "migajas"· de su fortuna. Ella destacó que sean lo que sean "salvan vidas".

Los 'obregonistas'

La entrevista terminó con un encuentro con cuatro amigos que se declararon 'obregonistas'. El colaborador televisivo de programas del corazón Luis Rollán fue el primero en llegar para entrar en la cocina de con la pareja y cocinar con poca maña un solomillo para los siguientes invitados. Llegaron juntos Boris Izaguirre, compañero de televisión de Ana Obregón; Susana Uribarri, amiga y representante y el más desconocido, su amigo 'Ra', Raúl Castillo, a quien conoció hace años de dependiente en una tienda. Esta y otras anécdotas salpicaron el encuentro, en el que sus amigos pedían su vuelta a la televisión. Rollán contó una anécdota en Zaragoza, cuando la presentadora bajó en la Estación Delicias del AVE a fumar un cigarrillo (que confesó no estaba bien hecho) y empezaron a  acercarse fans para pedirle fotos y terminó perdiendo el tren. Los amigos con los que viajaba tuvieron que esperar con su equipaje a que llegara el siguiente AVE. 

La velada terminó con el recuerdo de vacaciones en Ibiza, salidas a cenar y bromas en torno a la falta de visión de la presentadora que se ha negado siempre a llevar gafas graduadas, salvo las de sol. Eso le llevó a situaciones como confundir una bolsa de plástico con una medusa o hacerle la reverencia a un botones en vez de Rainiero de Mónaco en el Baile de la Rosa.

En el encuentro terminó con un brindis por su hijo, del que sus amigos aseguraron que se le "llenaba la boca" cuando hablaba de su madre.

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