Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Gazapos de ciencia y cine

‘Kate’: cuando una asesina y un médico mantienen una conversación nada insustancial

Un caso de envenenamiento letal por Síndrome de Irradiación Aguda a consecuencia de la exposición a un agente radiactivo.

Fotograma de la película ‘Kate’ (Cedric Nicolas-Troyan, 2021).
Fotograma de la película ‘Kate’ (Cedric Nicolas-Troyan, 2021).
87North, Clubhouse Pictures, Screen Arcade / Netflix

Conviene especificar para evitar posibles malos entendidos que, cuando se trata (y te tratan) de un caso de envenenamiento letal por Síndrome de Irradiación Aguda a consecuencia de la exposición a un agente radiactivo, ni los médicos (ni los afectados) tienen siempre la respuesta más adecuada.

Durante su último encargo, Kate, asesina profesional de élite, es envenenada con un agente letal que acabará con su vida en 24 horas. Un plazo en el que buscará descubrir a su ejecutor entre sus múltiples enemigos para poder vengarse con la colaboración de Ani, la hija de una de sus víctimas.

Encuentra el gazapo científico en este diálogo de la película 'Kate', dirigida por Cedric Nicolas-Troyan en 2021 y con guion de Umair Aleem e interpretada por Mary Elizabeth Winstead (Kate), Woody Harrelson (Varrick), Miku Martineau (Ani), Tadanobu Asano (Renji)…

El diálogo de película

–¿Ha estado expuesta recientemente a algún tipo de material radiactivo? –preguntó el médico.
–No –respondió Kate.
–Se lo pregunto porque parece que padece un SIA… acelerado.
–Síndrome de Irradiación Aguda –recitó Kate dejando claro que sabía de qué le hablaba:.. letal, causada por la exposición a una fuerte radiación en un periodo de tiempo muy corto. ¿Qué sustancia?–quiso saber.
–Cotejamos las habituales: yodo-131, talio,… pero parece que este es más específico– explicó el doctor.
–¿Polonio-210?
–204".

El gazapo

Alguien debería especificar a qué se refiere el doctor con eso de que "es más específico", porque, desde una perspectiva química y atómica, pocas cosas hay más específicas que un isótopo.

Aunque se suele definir un elemento como una sustancia constituida por átomos iguales –en contraposición con un compuesto, que es una sustancia integrada por la combinación de átomos distintos–, dicha definición no es del todo correcta. El problema es que la alternativa de definir un elemento como la sustancia integrada por átomos del mismo tipo o naturaleza también resulta bastante ambigua o equívoca… Pero, en fin, dejemos ese debate para otra ocasión porque ahora lo que toca es aclarar que la mayoría de los elementos químicos presenta varios isótopos; esto es, ‘versiones’ del mismo modelo de átomo y que solo se diferencian en el número de neutrones presentes en el núcleo. Si se acepta que se trata de átomos iguales es porque ese ‘detalle’ no afecta ni modifica su comportamiento, propiedades y reactividad, dado que estas dependen fundamentalmente de la nube electrónica que rodea al núcleo. Y el número de electrones es siempre el mismo para todos los isótopos de un mismo elemento.

Una forma sencilla de verlo es pensar en un elemento como un racimo de uvas moscatel, es decir, donde todas las uvas son de la misma clase; mientras que en esta analogía un compuesto sería una macedonia de uvas blancas, rosadas y negras. De vuelta a nuestro ‘elemento’, no todas las uvas del racimo tendrán el mismo número de pepitas en su corazón, pero sin embargo eso no afecta ni a sus propiedades (color, textura de la piel), ni a cómo reaccionan con nuestras papilas gustativas, todas comparten el mismo sabor y dulzor, el mismo ‘buqué’.

Dicho lo cual no queda otra que insistir en que pocas cosas hay más específicas que un isótopo, ya que no solo se indica la naturaleza del átomo, sino que incluso se detalla el número de nucleones en su núcleo, dato que lo distingue e identifica entre todos los isótopos del mismo elemento. Teniendo en cuenta que según la RAE la definición de ‘específico’ implica que es "propio de algo y lo caracteriza y distingue de otras cosas", cuesta ver qué más haría falta especificar.

Tal vez el doctor quisiese indicar que "tiene más peso específico". Al fin y al cabo, el peso específico es asimismo una propiedad de la materia, en concreto la relación entre su peso y el volumen que ocupa (o su peso por unidad de volumen), es decir F/V = M.g/V. Pero ni por esas, ya que la masa atómica del polonio-204 es de 203,98 u (símbolo de la unidad de masas atómicas); mientras que la del polonio-210 es de 209,983 u; por lo que el peso específico del polonio-204 en todo caso sería menor.

Conceptos claros

El empleo del polonio-204 como potencial veneno resulta bastante improbable. Se conocen una veintena de isótopos del polonio, desde el po-192 al po-218, siendo todos radiactivos, es decir, que tienden a descomponerse de forma espontánea a un ritmo determinado que depende de la estabilidad del núcleo, que a su vez depende del número de protones y neutrones que contenga. Este ritmo se conoce como tiempo de vida media, definido como el tiempo transcurrido el cual la mitad de la cantidad inicial del isotopo radiactivo ha decaído de forma espontánea; y aquí llega el quid de la cuestión porque mientras para el po-210 es de 138,4 días, en el caso del po-204 es de apenas 3,5 horas. Una vez transcurridas, la mitad del po-204 se habrá convertido en otro elemento (en bismuto-204), por lo que habría que obtenerlo y exponer a la víctima en un tiempo récord. Si a eso se suma que la producción anual mundial de polonio estimada es de 100 gr (casi todo po-210 para ser más específicos)…

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