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Camaleo e Ideasdepueblo, desde lo rural para lo rural: "Es increíble la cantidad de proyectos que hay y que no trascienden"

Ángela Millán, radicada en Piedrafita de Jaca, moviliza acciones de apoyo a emprendedores de la Jacetania y el Alto Gállego desde estas plataformas.

Ángela Millán, de Camaleo, en Piedrafita de Jaca.
Ángela Millán, de Camaleo, en Piedrafita de Jaca.
Pablo Ferrer

Angela Millán tiene ideas de pueblo. No es algo reciente; lleva pasándole desde un tiempo ya. De hecho, en la web ideasdepueblo.es ha albergado y difundido siete ejemplos de ese pensamiento y, con ese escaparate, está contribuyendo a que esas ideas se materialicen, pero la iniciativa es solamente una parte del panorama que su creadora va dibujando con pincel fino y tinta indeleble en el mapa aragonés. Desde Piedrafita de Jaca, donde reside, esta zaragozana trata de cambiar las reglas del juego para el mundo rural aragonés con un postura que va más allá de lo solidario, y conlleva una implicación hasta la médula.

“Soy de Zaragoza -explica- y estuve muchos años trabajando en ayuda humanitaria, cooperación y desarrollo por varios países del mundo. Cuando decidí volver a casa quería seguir vinculada a este entorno, y buscar aquí algo que supusiera un cambio; los esquemas de financiación de las organizaciones con las que trabajé son a gran escala, financian a organizaciones igualmente grandes, y hay muchas cercanas de menor tamaño que suelen estar más desguarnecidos. En 2015, una amiga y yo fundamos Camaleo, una plataforma que recibió el apoyo del Instituto Aragonés de Fomento, con la idea de brindar ayuda profesional a organizaciones no gubernamentales de pequeño calado para ayudarles a conseguir recursos y hacerlas así más competitivas”.

La iniciativa se centró sobre todo en el ámbito rural, los pequeños emprendedores y las asociaciones. “Teníamos raíces rurales, y era más lógico desarrollar la idea desde un pueblo. Nos hemos especializado en poner en marcha o dar un impulso a proyectos de innovación social. Se trata de identificar un problema, buscar una solución innovadora, probarla para ver si funciona y hacerla más grande si así ocurre. No hay un decálogo de acciones que sirvan para cualquier cosa; las propuestas de apoyo son flexibles, en función de las necesidades de cada cual”.

Ensayo y error, con apoyos

Camaleo ha trabajado y trabaja igualmente con ayuntamientos y grupos de acción local. “Uno de nuestros proyectos, La Era Rural, se centra en la asesoría a emprendedores; el año pasado, precisamente por encontrarnos en la situación de bloqueo socioeconómico que padecimos y que aún tiene presencia en la actualidad, decidimos poner en marcha un proyecto piloto para testar cosas más en profundidas. Lo llamamos Tararaina, telaraña en aragonés; en verano, y por medio de una cooperativa que recibió ese mismo nombre, cogimos un albergue en el centro de Yebra de Basa para convertirlo en un núcleo de dinamización rural. El próximo mes de abril planeamos poner un supermercado automático en Piedrafita; aquí no hay tienda y ahorrarse desplazamientos por carretera de 15 minutos hasta Biescas o Escarrilla sería vital para los mayores del pueblo, y conveniente para todos”.

De momento, Camaleo trabaja en Jacetania y Alto Gállego. “Yo vivo aquí, tenemos oficina aquí, y vimos que en Jacetania ya hay iniciativas de base comunitaria que buscan generar un impacto social; Artieda, por ejemplo, aunque no es el único lugar que lo hace. Ahorramos lo que pudimos, y la Fundación Bancaria la Caixa nos financió la puesta en marcha. Así seguimos identificando ideas de emprendimientos social en los dos territorios, damos formación y acompañamiento adaptado a cada necesidad y tratamos de crear redes de apoyo mutuo entre estos emprendedores”.

Ángela Millán también pone atención a la semántica. “El trabajo con ayuntamientos e instituciones sociales se extiende a la explicación del propio concepto de emprendimiento social, para normalizarlo. La tercera pata está en la financiación, muchos de estos proyectos no pueden adelantar el dinero hasta que llegue una ayuda oficial o puedan acceder a un préstamo bancario; a veces, con 1.000 euros se hace mucho. Por eso existe Ideas de Pueblo, que actualmente está en fase beta con siete proyectos concretos; si vemos que la prueba funciona, buscaremos ampliar fronteras a todo Aragón. De hecho, ya hay un proyecto que trasciende nuestras comarcas de asiento”.

El turismo sostenible es el emprendimiento que persigue Rosa Pardo en Aratorés.
El turismo sostenible es el emprendimiento que persigue Rosa Pardo en Aratorés.
HA

Ese proyecto es el apoyo a los niños y niñas de refugiados en el centro ACCEM de Burbáguena. En la página también se puede impulsar una iniciativa de libros trashumantes para público infantil en el Alto Aragón (de Mallata Educativa), los afanes múltiples en turismo sostenible de Rosa Pardo en Aratorés, la confección de mermeladas artesanas que tienen Álvaro, Amaia y Marcos en Artosilla, el proyecto Biescan de Alicia Olivares, la iniciativa apícola de Miguel Ángel Acín en Villanúa y la idea de una escuela rural en el bosque de Ulle

“No se trata de un mero 'crowdfunding', no todo es dinero; a veces, el reconocimiento es tan importante o más que los fondos. También se admiten donaciones en especie, colaboraciones con tiempo de calidad... la plataforma es flexible, se puede configurar de muchas maneras. Hay una ventana para recoger demandas en la plataforma y multiplicar el mensaje. Un ejemplo: esa carretera que está fatal desde hace años, vieja aspiración de un pueblo, es objeto de una recogida de firmas y apoyos para hacer ruido, y llamar la atención de la administración”.

Ángela no ha tenido que lidiar con el factor de la desconfianza generada muchas veces por los ‘teóricos’ que se asientan en el mundo rural para tratar de cambiar cosas. “Solemos recibir buena respuesta siempre. Este territorio altoaragonés resulta muy particular; está marcado por el turismo estacional en invierno y verano, y eso condiciona. Si un proyecto no es turístico, es más complejo que avance; la otra opción da más dinero. Es increíble la cantidad de proyectos que hay en los pueblos y que no trascienden. Creo que ahora es un momento propicio para este discurso, proponer el cambio en los modelos socioeconómicos; cada vez más receptividad. Al final, no es un asunto ‘de pueblo’; que lo conozcan desde las ciudades es clave, porque la unión hace la fuerza”.

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