El káiser de la moda, el diseñador y fotógrafo alemán Karl Lagerfeld (1933-2019), el hombre que nunca escribió sus memorias porque tenía «demasiadas cuentas que ajustar», como apuntaba con ironía, vuelve a la primera línea por la decisión de sus herederos de poner en venta gran parte de su patrimonio.

En total, van a ser mil doscientos lotes provenientes de sus residencias privadas, así como de su guardarropa personal, los que se dispersarán entre principios de diciembre y la primavera del próximo año. Lo harán en tres enclaves internacionales, y por este orden: Mónaco, donde residió por motivos fiscales durante un periodo importante de finales de la pasada centuria; París, ciudad en la que viviría la mayor parte de su vida, creando allí a lo largo de varias décadas colecciones de moda para las firmas Fendi, Chanel y Chloé; y Colonia, en su país de origen y una de las capitales germanas en el terreno de las subastas.

Gran coleccionista y esteta, con un acusado gusto por lo bello, la decoración que eligió para sus casas y apartamentos «revela a un coleccionista que sabía mezclar lo antiguo y lo moderno, lo tradicional y lo radical, lo serio y lo sorprendente, a menudo con un toque de humor», señala Pierre Mothes, vice-presidente en Francia de Sotheby's, la empresa encargada de la subasta que comienza hoy.

A lo largo de su vida, Karl Lagerfeld tuvo una veintena de residencias, en algunas de las cuales, y para el anecdotario, jamás dormiría. Las decoraba principalmente con creaciones del siglo XVIII y del XX, sobre todo del periodo Art Déco -era un gran amante del trabajo de Louis Süe y André Mare-, así como propuestas contemporáneas a partir del año 2000, como el mobiliario de Marc Newson y Martin Szekely, entre otros.

La gata 'Choupette'

En su apartamento del Quai Voltaire, en la orilla izquierda parisiense, reinó una estética rematadamente contemporánea, con una decoración monocromática, realizada de vidrio, metal y cemento, entre otros materiales; y en él residió con 'Choupette', la gata más famosa en las redes sociales -llegaría a tener más de doscientos mil seguidores en la cuenta Instagram-. La última casa que decoró fue una villa del XIX, cercana a Versalles, e inspirada en sus raíces germánicas.

En el terreno de la moda, a Lagerfeld se debe el éxito de modelos como Inés de la Fressange, primero, y más tarde el de las tops Naomi Campbell y Claudia Schiffer, entre las más sobresalientes. Esta última lo ha definido como alguien que «no solo evolucionó, sino que se reinventó continuamente, emergiendo temporada tras temporada como un actor clave y formador del espíritu de la moda».

Un gran número de sus objetos personales del diseñador también saldrán a la venta, como prendas que portara, de Comme des Garçons, Dior, Martin Margiela, Yves Saint Laurent; accesorios, como sus inconfundibles gafas de sol, sus mitones, abanicos, o maletas de Goyard y Vuitton; varios vehículos de la marca Rolls-Royce; así como objetos que reproducen su imagen: figuras, llaveros y fundas de iPhone.

Fue sin duda la moda de lujo la que lo hizo millonario: el hecho de crear el logotipo de la casa romana Fendi le aportaría colosales sumas de dinero; así como su contrato de por vida en Chanel.