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"Mi madre es adicta al chocolate", dice Tamara Falcó

La hija de Isabel Preysler y el fallecido marqués de Griñón, se atreve con un libro basado en las recetas familiares tras su paso por 'MasterChef'.

Tamara Falcó, marquesa de Griñón, durante la presentación de su libro 'Las recetas de casa de mi madre' en el hotel Ritz de Madrid.
Tamara Falcó, marquesa de Griñón, durante la presentación de su libro 'Las recetas de casa de mi madre' en el hotel Ritz de Madrid.
Colpisa

"Un día, en una mudanza, el libro en que mi abuela guardaba sus recetas se extravió", recuerda con una inmensa pena Tamara Falcó (Madrid, 1981). Sintió que aquel trocito de su pasado era ya algo totalmente irrecuperable. Ese instante, "sin saberlo en ese momento" -apunta-, fue el germen del libro que presentó ayer en el suntuoso hotel Ritz de Madrid, 'Las recetas de casa mi madre. Platos que cuentan historias' (Espasa).

Y sí, Isabel Preysler tiene un importante papel en este inusual recetario, en el que firma un emotivo prólogo que su hija cree que realmente lo ha escrito Mario Vargas Llosa, pareja de su madre, aunque la socialité asegure una y otra vez que el Nobel solo se lo ha revisado. "Ahora va a resultar que mi madre es escritora", comenta entre risas Falcó, que agradece que su progenitora plasme sus sentimientos en un papel y que "haya abierto las puertas de su casa al equipo de la editorial unas 18 veces" para las fotografías que ilustran el libro, en las que salen algunas de las vajillas de la familia. "Me ha caído una pequeña bronca porque dicen que no he escogido las más bonitas", señala.

Para ella lo importante es que en torno a los platos de la popular casa se reúne en muchas ocasiones la familia al completo. Pero, ¿qué suelen comer? "A Julio no le gusta el tomate, la pasta la come solo con queso, mientras que Enrique, que adora el jamón, últimamente cuando viene a España suele tomar lasaña". Aunque en lo que coinciden todos es en los filetes empanados. "Mis hermanos se peleaban siempre por el último", cuenta. La matriarca, para sorpresa de los presentes, es más de tartas, como la de chocolate. "¡¿En serio no lo sabíais?!", cuestiona a los periodistas presentes en la rueda de prensa. "¡Es adicta al chocolate!", exclama antes de desvelar que siempre lleva alguna onza de Michel Cluizel al 85% en el bolso porque no puede llevar tarta. "Acabamos de volver las dos de un viaje a Maldivas y se llevó seis tabletas para cinco días". Tal es su hábito, que una vez se quedó sin existencias y no pudo dormir de la ansiedad que le generaba saber que no tenía.

Ni madre ni hija se pueden resistir tampoco a la tarta de melocotón, una de las recetas que se trajo desde Filipinas la abuela materna, Beba, "una gran cocinera", apostilla, que falleció recientemente y a la que dedica el libro.

Precisamente fue ese postre el que cocinó Tamara en la final de la cuarta edición de 'MasterChef Celebrity' -que ganó- y que tiene su propio artículo en la revista 'Vanity Fair'. Otra de las recetas clásicas de su casa es el gazpacho, con el que según su madre podría ganar varias competiciones y con el que se presentó en el trabajo de fin de carrera en la escuela culinaria Le Cordon Bleu, donde se ha especializado en alta cocina francesa y ahora ha comenzado el curso de repostería, pese a que le dé "un parraque", dice en alusión al esfuerzo que le ha supuesto el curso de cocina para meterse ahora en otras harinas.

Aunque si hay alguien encantado es su novio, Iñigo Onieva, que "es muy comilón". El joven es el responsable de catar sus "deberes", lo que le ha servido para conquistar al diseñador de coches, del que asegura que no le conocen los que le tachan de mujeriego. "Iñigo ha llegado en un momento bueno para mí, aunque aún nos estamos conociendo. Hay que disfrutar del noviazgo, que es una etapa preciosa", explica sin recelos ante todos. Eso sí, aclara entre risas, "aquí se ha venido a hablar de mi libro".

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