Así bombardea la publicidad a los menores en internet: 14 minutos por hora, encubierta e inadecuada para su edad

La mayoría no considera como tales aquellos anuncios que se camuflan entre los contenidos y los consume como entretenimiento, como el 'unboxing' o las recomendaciones de youtubers e instagramers.

Un grupo de adolescentes reunidos con sus móviles.
Un grupo de adolescentes reunidos con sus móviles.
HERALDO

Los menores están permanente expuestos a un bombardeo publicitario mientras están conectados a internet, unos 14 minutos por cada hora de uso. La mayoría no considera publicidad aquellos anuncios que se camuflan entre los contenidos y los consume como entretenimiento (por ejemplo, el unboxing o las recomendaciones de youtubers e instagramers).

Así lo han concluido los investigadores de la Universidad Internacional de La Rioja que trabajan en el Proyecto Propio de Investigación de UNIR 'El pensamiento crítico como competencia digital del S.XXI: Análisis de la capacidad de los menores para identificar y reconocer la procedencia e intencionalidad de contenidos informativos, divulgativos y persuasivos en redes sociales (Prensacrigital)'.

Este proyecto, dirigido por la profesora de UNIR e investigadora principal Beatriz Feijoo Fernández, quiere llamar la atención sobre la necesidad de promover la alfabetización publicitaria en los menores, de forma que sean capaces de desarrollar actitudes escépticas y un cuestionamiento crítico de los contenidos y la publicidad digital que consumen, sobre todo a través de las redes sociales.

Este proyecto investigador parte de un estudio realizado por Feijoo, junto con Charo Sádaba Chalezquer (Universidad de Navarra) y Simón Bugueño-Ipinza (Visiona RSE y Gestión Social Limitada) sobre una muestra de 501 hogares con niños de 10 a 14 años de Santiago de Chile con el objetivo de registrar y analizar su exposición a la publicidad recibida a través de un teléfono móvil con conexión a internet.

Los investigadores pudieron observar que los menores están expuestos a 14 minutos de publicidad por cada hora de uso, un nivel de exposición superior al de la televisión, llegando en algunos momentos a estar presente más del 80% del tiempo de navegación.

"Las observaciones de este estudio pueden extrapolarse a España, porque la penetración del móvil es semejante. Los menores acceden al móvil a la misma edad, se conectan a las mismas redes sociales, descargan las mismas aplicaciones y, gracias al idioma compartido, siguen a los mismos youtubers e instagramers", comenta la profesora Feijoo.

Este estudio muestra que una mayoría de los niños encuestados detecta publicidad de formato estándar en sus dispositivos móviles, sobre todo en YouTube e Instagram. Sin embargo, "no consideran como tal la publicidad camuflada entre los contenidos y la consumen como entretenimiento (por ejemplo, el unboxing o las recomendaciones de youtubers e instagramers, si no está catalogada como anuncio)", explica Feijoo. 

Más de la mitad de los menores ignora completamente la publicidad estándar (54%), mientras que una minoría le presta atención y hace click sobre ella (3%).

"En realidad, la perciben como molesta pues interrumpe su actividad en el móvil y solo le prestan atención si anuncia productos que les interesan (juguetes, comida) y de forma entretenida. Nos encontramos ante un dilema, pues son los propios consumidores quienes demandan comerciales con fronteras difusas entre entretenimiento y publicidad", afirma la investigadora.

Donde mayor porcentaje de anuncios reciben es en los juegos online (23%), seguidos de la restauración y distribución (18%), entretenimiento (8%) y moda (8%).

Otra variable importante en la investigación es si se impacta a los niños con publicidad inadecuada o dañina. Según Feijoo, "se puede concluir que a través del móvil los menores están expuestos a anuncios de productos y servicios no pensados para ellos, como coches o bebidas alcohólicas, especialmente cuando emplean el móvil de sus padres, hay que recordar que la clasificación por edades de las apps no afecta a la publicidad inserta en ellas".

Este Proyecto Propio de Investigación de UNIR indaga en el nivel de competencia digital en pensamiento crítico de los menores que participan para identificar la procedencia e intencionalidad de los contenidos que reciben por sus redes sociales.

El objetivo es contribuir a la actualización de los programas educativos que potencien el enfoque crítico hacia la información, de forma que aprendan, ante cualquier contenido digital que reciban, a cuestionarse quién produjo la información, por qué, dónde fue publicada y qué intencionalidad tiene.

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