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No es solo el SARS-CoV-2: la mayoría de los virus respiratorios se propagan por aerosoles

El conocimiento tradicional sobre la transmisión de enfermedades virales necesita una revisión, según un equipo científico internacional en el que se encuentra el zaragozano José Luis Jiménez.

Transmisión de virus respiratorios. Los aerosoles respiratorios se emiten al respirar, hablar, cantar, gritar, toser y estornudar. Pueden permanecer suspendido en el aire, viajar más allá de un metro de la persona infectada y ser inhaladas.
Transmisión de virus respiratorios. Los aerosoles respiratorios se emiten al respirar, hablar, cantar, gritar, toser y estornudar. Pueden permanecer suspendidos en el aire, viajar más allá de un metro de la persona infectada y ser inhalados.
N. Cary / 'Science'

El SARS-CoV-2, el virus que ha causado la pandemia de coronavirus actual, se propaga principalmente por la inhalación de aerosoles a corta y media distancia. Pero ¿ocurre lo mismo con otros virus respiratorios? Tras realizar una nueva evaluación integral de la evidencia científica sobre los virus respiratorios, un equipo internacional e interdisciplinar de investigadores del que forma parte el científico zaragozano José Luis Jiménez, concluye que muchos otros probablemente también se propagan así. El SARS-CoV, el MERS-CoV, la gripe, el sarampión y los rinovirus que causan el resfriado común pueden propagarse a través de aerosoles. En los espacios interiores, estos aerosoles se acumulan y permanecen en el aire durante horas, según publica la revista 'Science'.

“Entender correctamente la transmisión de la covid-19 y de otras enfermedades respiratorias permitirá a la gente protegerse mejor en situaciones cotidianas. Los responsables de los espacios interiores podrán crear mejores pautas en entornos de trabajo y ocio tanto durante como después de la pandemia,” asegura José Luis Jiménez, investigador aragonés de aerosoles en la Universidad de Colorado en Boulder (Estados Unidos).

Con el aumento de las infecciones causadas por la variante Delta y los crecientes casos de infección en personas vacunadas, muchos gobiernos y agencias nacionales de control de enfermedades han renovado las normas de uso de mascarillas en lugares interiores públicos. Según concluye el artículo de 'Science', el uso universal de las mascarillas es una forma eficaz y económica de bloquear los aerosoles que contienen virus, sin embargo, “debemos usar múltiples defensas simultáneas contra la transmisión, como la vacunación, las mascarillas y la ventilación. Es poco probable que una sola estrategia sea lo suficientemente eficaz como para eliminar la transmisión de variantes emergentes del SARS-CoV-2”, asegura Seema Lakdawala, viróloga de la Universidad de Pittsburgh en EE. UU.

Asegurar tasas de ventilación y filtración suficientes y evitar la recirculación de aire ayudan a reducir la transmisión por aerosoles que contienen virus infecciosos. “Medir el CO₂ con sensores portátiles ayuda a verificar si la ventilación es suficiente y la implementación de purificadores portátiles (HEPA u otros de coste más bajo) también ayuda a reducir las concentraciones de aerosoles exhalados que pueden contener virus”, agrega Jiménez. 

Por otro lado, las mamparas de plexiglás que se usan comúnmente para bloquear las gotas de la tos y los estornudos en espacios interiores pueden "impedir una ventilación adecuada y crear exposiciones más altas para algunas personas", señala Linsey Marr, de Virginia Tech, que ha estudiado la transmisión de patógenos por el aire durante más de una década. "No son recomendables, excepto para interacciones breves y cara a cara, pero, incluso en ese caso, las mascarillas son más importantes porque ayudan a eliminar los aerosoles, mientras que las mamparas simplemente los desvían".

Preguntado sobre si alguna vez nos quitaremos la mascarilla, dado que otros virus respiratorios también se propagan por aerosoles, Jiménez cree que, “una vez que se pase la covid, el uso de la mascarilla será más selectivo: por ejemplo en la temporada de gripe, sobre todo entre la gente de mayor riesgo (personas mayores, inmunodeprimidas, etc.) y en situaciones de aire compartido que impliquen más riesgo (al ir al hospital o al medico, bares y restaurantes, etc.)”.

Una profunda revisión

Durante el último siglo y al comienzo de esta pandemia, la creencia dominante era que los virus respiratorios, incluido el SARS-CoV-2, se propagaban principalmente a través de gotas producidas cuando las personas infectadas tosen o estornudan, o al tocar superficies contaminadas. Sin embargo, la transmisión por gotas y superficies no pueden explicar los numerosos brotes de superpropagación observados durante la pandemia de covid-19 o la transmisión mucho más alta que se produce en interiores, comparada con la que se produce al aire libre.

Motivados por el deseo de comprender los factores que causaron la pandemia de covid-19, investigadores de Taiwán, Estados Unidos e Israel han revisado la evidencia científica para identificar lo más claramente posible cómo se propagan el coronavirus y otros virus respiratorios. Así, el equipo revisó numerosos estudios de brotes de superpropagación observados durante la pandemia de covid-19, y concluyó que los estudios muestran consistentemente que la transmisión aérea es la vía de contagio más probable, y no los contactos con superficies o las gotas grandes.

Un factor común en los brotes de superpropagación es el aire compartido que las personas inhalaron en la misma habitación. Muchos de estos brotes se produjeron en lugares muy concurridos, con duraciones de una hora o más, mala ventilación, vocalización y sin el correcto uso de mascarillas.

Los investigadores concluyen que la transmisión aérea es una vía de transmisión importante, o incluso dominante, para la mayoría de las enfermedades respiratorias, no solo para la covid-19

Los investigadores también revisaron la evidencia científica de muchos otros tipos de estudios -estudios basados en la PCR (reacción en cadena de la polimerasa) y/o cultivo celular de exhalaciones y muestreos de aire, análisis epidemiológicos, estudios clínicos y de laboratorio, y modelos matemáticos- y concluyeron que la transmisión aérea es una vía de transmisión importante, o incluso dominante, para la mayoría de las enfermedades respiratorias, no solo para la covid-19.

“La transmisión por inhalación de aerosoles que contienen virus se ha subestimado durante mucho tiempo. Es hora de revisar los paradigmas convencionales implementando precauciones contra los aerosoles para proteger al público de esta ruta de transmisión ”, dice Chia C. Wang, directora del Centro de Investigación Científica en Aerosoles de la Universidad Nacional Sun Yat-sen de Taiwán, quién dirigió la revisión.

El paradigma dominante sobre la transmisión de enfermedades respiratorias se remonta a hace un siglo, señaló el equipo de investigadores. La transmisión por vía aérea fue rechazada a principios del siglo XX por Charles Chapin, destacada figura en salud pública, que pensó que mencionar la transmisión por el aire asustaría a la gente y desviaría la atención de las prácticas de higiene. La suposición (sin evidencia) en la que Chapin equiparó erróneamente las infecciones a corta distancia con la transmisión por gotas creó el paradigma actual de la transmisión de virus respiratorios. Sin embargo, “esta suposición ignora el hecho de que la transmisión mediante aerosoles también es mucho más fácil en distancias cortas, porque la concentración de aerosoles exhalados es mayor cuando uno está más cerca de la persona infectada que los emite”, indica Kim Prather, directora del Centro de Aerosoles de la Fundación Nacional de Ciencias de EE. UU. en la Institución Scripps de la Universidad de California en San Diego, quien codirigió la revisión.

Aerosoles: cuanto más pequeños, más tiempo están en el aire

Los aerosoles respiratorios se emiten al respirar, hablar, cantar, gritar, toser y estornudar. Antes de la covid-19, el límite de tamaño tradicional entre los aerosoles (que flotan como el humo) y las gotas (que caen al suelo rápidamente) se había establecido en 5 micras; sin embargo, hasta las partículas de hasta 100 micras todavía pueden permanecer suspendidas en el aire durante más de 5 segundos (desde una altura de 1,5 metros), viajar más allá de un metro de la persona infectada y ser inhaladas. “El tamaño físico determina predominantemente cuánto tiempo pueden permanecer suspendidas en el aire, lo lejos que pueden llegar, si son inhalables, y lo profundo que pueden penetrar en el sistema respiratorio si se inhalan. La mayoría de los aerosoles producidos por actividades respiratorias tienen diámetros menores de 5 micras, lo que les permite llegar a los bronquiolos y alveolos y depositarse allí. Los estudios encuentran que los virus están más concentrados en aerosoles de menos de 5 micras”, detalla Josué Sznitman, investigador en fisiología pulmonar en Technion, el Instituto Israelí de Tecnología.

A medida que la evidencia de la transmisión aérea del SARS-CoV-2 se ha ido acumulando hasta ser abrumadora, se ha ido aceptando por parte de los organismos nacionales e internacionales. En abril y mayo de 2021, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. reconocieron que la inhalación de aerosoles que contienen el virus es la ruta principal de propagación de la covid-19 tanto a corta como a media distancia.

Esto quiere decir que, para reducir la transmisión y poner fin a la pandemia, los gobiernos deben implementar medidas de control de la transmisión por aerosoles, como el uso universal de mascarillas en interiores (con atención al ajuste), mantener las distancias entre las personas, mejorar la ventilación de los espacios interiores, evitar la recirculación del aire interior, instalar filtros de aire (como los HEPA) que pueden eliminar eficazmente los virus del aire, y usar lámparas ultravioletas de desinfección.

"Las medidas que tradicionalmente se llaman ‘precauciones contra las gotas’ no se descartan, sino que se modifican y amplían al tener en cuenta los mecanismos de transmisión reales", señala Zeynep Tufekci, socióloga de la Universidad de Columbia, que estudia los desafíos sociales de la pandemia de covid-19.

Esta pandemia ha ilustrado claramente la importancia de la transmisión aérea de los virus, que ha sido subestimada durante mucho tiempo, y la necesidad de preservar el derecho de las personas a respirar aire limpio y libre de patógenos. “Lo que hemos aprendido de esta pandemia también nos indica la manera de hacer los cambios apropiados para entrar en la era pospandémica”, señala Wang. Como indica el artículo publicado en 'Science', estas medidas de control de los aerosoles no solo protegen contra la transmisión aérea de enfermedades respiratorias, sino que también pueden contribuir a mejorar la calidad del aire interior y producir mejoras de la salud que van mucho más allá de la pandemia de covid-19.

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