Los embalses pierden casi el 25% de sus reservas en uno de los veranos más secos

Están al 45% de su capacidad cuando suelen rozar el 60% y solo los vascos y los del Segura presentan mejor nivel que los últimos diez años.

Embalse de las Parras.
Embalse de las Parras.
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Los vecinos de los pueblos aledaños al embalse de Valdecañas, al norte de la provincia de Cáceres, no dan crédito a lo que ven sus ojos. El pantano contiene poco más que una lámina de agua, el 20% de su capacidad, justo la mitad que hace un año. Desde que la presa se inauguró en 1965, no se había visto nada igual, salvo un año que la desecaron por un problema técnico. El brutal descenso del nivel de Valdecañas, propiciado por el polémico desembalse de Iberdrola y la prolongada falta de precipitaciones, trae por la calle de la amargura a los regantes (sin agua suficiente para sus cultivos) y vecinos, que han permanecido sin suministro doméstico durante 32 horas. 

Y sin embargo, está haciendo las delicias de los aficionados a la arqueología. Del fondo ha aflorado el rico patrimonio cultural sumergido, con el famoso dolmen megalítico de Guadalperal, el llamado 'Stonehenge español', como gran foco de atracción popular. El monumento ya se asomó a la superficie hace dos años, pero en esta ocasión la cota ha descendido tanto que le acompañan otros importantes restos arqueológicos que no emergían en su totalidad desde hace medio siglo: dos esculturas de verracos de época vetona, las bóvedas de un antiguo convento de frailes, un puente del siglo XV y hasta un menhir de la Edad del Cobre. Todos esos 'esqueletos' de piedra han convertido al vacío pantano de Valdecañas en un 'parque temático' para los investigadores.

La dramática situación de Valdecañas (solo Ricobayo, en Zamora, está peor, con el 11% e igualmente afectado por el vaciado de la eléctrica) no se puede generalizar al resto de los embalses españoles, unos 1.200, que presentan mejor cara hídrica pero bastante peor que la de hace justo un año. Ahora mismo, nuestros pantanos se encuentran al 45,5% de su capacidad (almacenan en su conjunto 25.400 hectómetros cúbicos), pero en las mismas fechas del año pasado rozaban el 54% (30.000 hectómetros cúbicos). Es decir, han perdido el 15% de sus reservas en doce meses. 

Para muchos, la situación es la peor en diez años. Según los datos del Ministerio para la Transición Ecológica, los pantanos han mantenido un nivel medio del 59% en los últimos diez años, 14 puntos por encima de como se encuentran ahora. Eso significa que hoy almacenan el 25% menos de agua que la media de la última década. Así de mal están las cosas. Los embalses y su caudal son los más sensibles en épocas de sequía, como esta que venimos padeciendo.

Y los datos del ministerio señalan que, por ámbitos territoriales, solo los de las cuencas internas del País Vasco y los de la cuenca del Segura presentan datos ligeramente mejores que la media de los últimos diez años. Todos los demás están peor. Especialmente grave es el caso de los del sur peninsular, con las presas de las cuencas del Guadiana, Guadalquivir y Guadalete-Barbate, con casi 30 puntos por debajo de la media, y también peor que hace justo un año.

A la bajada de las aguas ha contribuido igualmente la tradicional ausencia de lluvias de esta época.

Tras el segundo junio más lluvioso del siglo, llegó julio, que ha sido el tercero más seco de lo que va de siglo, y agosto, en cuya primera quincena se han registrado muy pocas lluvias. "Hasta la fecha, agosto está siendo muy escaso en precipitaciones, pero todavía es pronto para saber si este verano será más seco que el del año pasado, aunque es posible que así sea, o que la media de ambos veranos sea similar. Dependerá de lo que llueva en lo que falta de agosto, aunque no parece que las lluvias vayan a ser especialmente abundantes, más bien al contrario", apunta Rubén del Campo, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). 

Si desde el punto de vista pluviométrico nos ceñimos a julio y a esta primera quincena de agosto, "estaríamos entre los tres o cuatro veranos más secos" de los últimos 20 años, añade. Las previsiones para los próximos días no muestran precipitaciones abundantes y generales en España, "sino lluvias débiles en el Cantábrico y tormentas en zonas montañosas del este peninsular, que no suman demasiado al cómputo global de precipitaciones". "Esta tendencia", cuenta Del Campo, "probablemente se extienda durante todo lo que queda de agosto y, posiblemente, primeros días de septiembre". Más sed para los pantanos.

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