Tercer Milenio

En colaboración con ITA

El desmitificador

El mito de los dos litros: ¿cuánta agua necesitamos realmente?

Con el calor, más vale mantenerse hidratado, tener siempre agua a mano y beber, como mínimo, dos litros de agua al día. ¿O no?

¿Cuánta agua es recomendable beber al día?
¿Cuánta agua es recomendable beber al día?
Jeso Carneiro

Cuando llega el calor, los mitos se enamoran, es la brisa y el sol. Que vaya sol estos días, menuda chicharrina. Con estas temperaturas, más vale mantenerse hidratado, tener siempre una botellica de agua a mano y beber, como mínimo, dos litros de agua al día. Vamos, eso es lo que dicen todos los médicos, ¿no? ¡Pues no! Para variar, es una chorrada sin ningún fundamento científico, con un origen más misterioso que los casos de Jessica Fletcher. Menos mal que el Desmitificador todavía está activo en verano, listo para resolver todas vuestras preguntas (a pesar de la deshidratación galopante).

Los mitos

Lo dicho. Dicen las malas lenguas que todos necesitamos un mínimo de dos litros de agua al día para mantener al cuerpo feliz y contento. Si no, corremos el riesgo de fenecer deshidratados, secos y arrugados cual pasa. Como en casi todas las leyendas urbanas, existen diferentes versiones. Algunos miden el agua en vasos (el famoso estándar del sistema internacional de unidades), y prefieren recomendar ocho vasos del líquido elemento cada veinticuatro horas. Y los hay todavía más imaginativos, como la gente que recomienda un mililitro de agua por cada caloría ingerida. Que, si echas las cuentas, resulta que también sale la misma cantidad (asumiendo que no eres un triatleta de competición que ingiere tropecientas mil calorías al día). Pero, insisto una vez más, antes de entrar en los detalles: es un mito. Bebe agua cuando tengas sed.

Verdadero o falso

La ciencia lo tiene clarísimo. Hace casi veinte años (¡casi nada!) se publicó una concienzuda revisión sobre el tema en una revista estadounidense especializada en fisiología. Sus conclusiones son aplastantes: no existe ninguna evidencia de que necesitemos tantísima cantidad de agua cada día. De hecho, dicen los científicos, si hay pruebas de algo es de lo contrario, y beber tanto puede incluso resultar excesivo para el común de los mortales. A veces, vivir permanentemente acompañados de un botellín de agua puede resultar incluso perjudicial, porque corremos el riesgo de reducir los niveles de sodio en sangre. Y es un festival, quedarse sin sodio. Algunos síntomas, según la prestigiosa Clínica Mayo, incluyen dolor de cabeza, náuseas, calambres y somnolencia. O sea, que mejor andarse con cuidado. Obviamente, hay excepciones. Si vives en ambientes extremadamente cálidos, por ejemplo, probablemente sudes mucho y, por lo tanto, necesites reponer más líquidos. Y lo mismo ocurre si practicas deporte a troche y moche. Mejor reponer el agua que perdemos a través de nuestras glándulas sudoríparas.

Los investigadores que hicieron el estudio también se comieron mucho el coco buscando el origen de esta leyenda urbana, sin embargo, no encontraron ninguna explicación convincente. Otros científicos, en un artículo del 'British Medical Journal', han encontrado un par de tratados del año catapún que recomiendan beber cantidades ingentes de agua, pero nada concreto sobre el mito en cuestión. Otra teoría interesante pone el foco en las empresas que venden agua embotellada que, obviamente, estarían interesadas en que bebas agua como un poseso para ingresar más dinericos. No cuesta mucho encontrar algunos vídeos de Youtube que insisten en la importancia de hidratarse frecuentemente patrocinados por empresas de bebidas envasadas. Pero vamos, seguro que es una casualidad. El nutricionista aragonés Juan Revenga, en un artículo publicado en 'El Comidista' también señala varios estudios, supuestamente científicos, que defienden que vivimos deshidratados, pobres de nosotros. Lo divertido es leer la letra pequeña: resulta que estos estudios están financiados por la multinacional Nestlé. Lo dicho, será casualidad.

Por último, recordad que muchos alimentos son básicamente agua, especialmente frutas y verduras como la sandía, el melón, la lechuga y el tomate. Si desayunas un café con leche, te tomas un gazpacho para comer y cenas una ensalada… ¡No necesitas tomarte otros dos litros de agua! Como dice Revenga, bebe “lo que te pida el cuerpo”. Porque, al fin y al cabo, el cuerpo sabe cómo pedirnos agua, igual que sabe pedirnos comida, descanso, y tantas otras cosas. Si tienes sed, bebe. Si no, pues a ver, bebe si quieres, pero no es necesario.

De propina

No olvidéis que, a pesar de todo lo desmitificado, es importante hidratarse, sobre todo en estos meses calurosos. Podéis tomar frutas, gazpachos, batidos, café… Todo vale. Sí, el café también; no es cierto que aumente el riesgo de deshidratación. ¡Es otro mito! Dios mío, si es que están por todas partes, menudo estrés ser desmitificador, no os hacéis idea. Lo que no vale es recuperar líquidos a base de cervecitas. Primero, porque el alcohol sí que nos deshidrata (por eso cuando bebemos tenemos que ir al baño cada dos por tres). Pero, sobre todo, porque el alcohol es una sustancia muy peligrosa, causante directa de varios tipos de cáncer. Lo mejor para la sed: tomarse un vasito de agua.

Fernando Gomollón Bel Químico y divulgador científico

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