El Colegio Santa Magdalena Sofía de Zaragoza celebra su 50 aniversario

Cuentan los más veteranos del colegio que, si caminas por Valdefierro y escuchas el nombre del Colegio Santa Magdalena Sofía o de los campamentos de Pineta, la gente se vuelve. Es un eco que resuena, una seña de identidad, un discurso común entre la gente del barrio.

El roble de nuestro recreo

Podríamos ponernos románticos y empezar a alabar las virtudes de nuestro centro, cómo surgió el germen de Taoval (Taller Ocupacional de Valdefierro) o cómo jóvenes, que apenas habían salido del barrio, descubrieron la montaña gracias al viaje a Pineta. Pero no es ese el propósito de estas líneas. Sí lo es, tal vez, reivindicar y celebrar el crecimiento de un colegio que surgió cuando, en noviembre de 1966, dos religiosas del Sagrado Corazón llegaron a Valdefierro para hacerse cargo de un grupo de 70 niños de entre 5 y 9 años. Tres años después, en 1969, comenzaron las obras del centro en su actual emplazamiento, en la calle Sagitario, y el primer curso escolar completo se realizó en 1970-1971. Desde entonces, un Seat 600 fue testigo del paso del tiempo en el recreo de infantil; inventamos el ‘Espacio Like’; crecimos como el roble de nuestro recreo; y apostamos por una educación global e innovadora. En la imagen, los gaviones llenos de piedras de todas las personas que han crecido y crecen en este colegio. Cada alumno y alumna ha puesto algo de color a su piedra. En ese contexto, todo nuestro sentido educativo: enseñanzas que perduren, que se queden y resistan al inevitable paso del tiempo, pero que aporten también la individualidad y el color necesario de cada ser humano. Sigamos sumando tantos años como piedras.

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