sexo

Tener más libido, desinhibirse y potenciar el placer: claves del 'chemsex'

Los practicantes de "chemsex" suelen tener más problemas relacionados con la salud mental.

Durante y después del sexo se dan diferentes impulsos incontrolables.
Durante y después del sexo se dan diferentes impulsos incontrolables.
Pexels

Son hombres independientes, de unos 40 años, con estudios universitarios y comparten una misma motivación: disfrutar de las denominadas 'chemsex', fiestas sexuales en las que consumen drogas para aguantar el ritmo durante horas en una continua búsqueda de placer, libido y desinhibición.

Así se desprende del estudio "Impacto del chemsex en España 2020", elaborado por la organización Stop Sida y financiado por la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, en relación al consumo recreativo de drogas y su uso sexualizado en hombres gais, bisexuales y otros hombres que tienen sexo con hombres (GBHSH).

De acuerdo con el informe, presentado este miércoles, el perfil de personas que practican "chemsex" es el de hombres españoles de 30 a 49 años, residentes en grandes ciudades, con una situación laboral activa e ingresos netos de alrededor de 1.500 euros.

En más de la mitad de los casos (52 %), han consumido drogas recreativas en los últimos doce meses, especialmente sintéticas -como la metanfetamina, el GBL o GHB y la ketamina-, y una cuarta parte lo ha hecho con el propósito de tener sexo, buscando así aumentar la libido (el 88,3 %), desinhibirse sexualmente (85,7 %), potenciar el placer y las zonas erógenas (54,3 %) e intensificar las sensaciones (52,5 %).

Aunque la frecuencia de consumo de estupefacientes es variada, tres cuartas partes dicen hacerlo al menos una vez al mes, mientras que un 20 % suele drogarse más a menudo.

El estudio resalta que el "chemsex" está relacionado con el "policonsumo de drogas", que van desde el "popper", la estrella de estas fiestas sexuales, a fármacos como viagra o cialis, el GBL, la mefedrona, la metanfetanina o la cocaína.

Además, un 38,5 % afirma haberse inyectado alguna sustancia en el último año y un 33 % admite haber compartido jeringas usadas alguna vez.

La mayoría (un 80 %) se ha sumado a estas fiestas en lugares privados como casas particulares, mientras que un 20 % lo ha hecho en hoteles, clubs de sexo y saunas, donde suelen mantener relaciones entre varias personas que pueden prolongarse durante mucho tiempo: un 25 % declara haber estado más de 24 horas seguidas en este tipo de eventos.

En conjunto, quienes consumen drogas para tener sexo dicen hacerlo para relajarse, escapar del estrés, disfrutar de nuevas experiencias o sensaciones y evadirse de los problemas, pero a menudo estos objetivos acaban dando un giro de 180 grados.

Tal como subraya el estudio, el "chemsex" impacta negativamente en multitud de esferas de la vida, puesto que la larga duración de las sesiones y el desgaste físico inherente a ellas conlleva una sensación de cansancio importante y se asocia a sentimientos de frustración, apatía y aislamiento, soledad, tristeza, dificultad de concentración y a tener que disimular constantemente por el miedo a ser juzgado.

De hecho, los practicantes de "chemsex" suelen tener más problemas relacionados con la salud mental, como drogodependencias, adicción al sexo, alucinaciones o pensamientos de querer morirse, además de una mayor propensión a enfermedades crónicas o problemas de salud de mayor duración.

En este sentido, los usuarios de "chemsex", en comparación con las personas que consumen drogas por otros motivos, presentan un menor uso consistente del preservativo con sus parejas ocasionales, lo que lleva a más pronósticos de VIH y enfermedades de transmisión sexual, y tienen también mayor probabilidad de haber recibido dinero o drogas a cambio de compañía o sexo con hombres, lo que aumenta su vulnerabilidad.

También presentan una mayor proporción de hombres en paro, perciben un peor nivel socioeconómico y tienen más tendencia a vivir solos o con compañeros de piso.

Por todo ello, Stop Sida ha alertado de la necesidad de proporcionar una atención integral personalizada y centrada en la persona y ha abogado por abordar temas como el deseo, el morbo o la autoestima y la aceptación social en lugar de poner el foco únicamente en el riesgo asociado al "chemsex".

La entidad considera también que es necesaria una mayor formación de los profesionales de la salud respecto del consumo de drogas asociado al sexo y una mayor inclusión de trabajadores comunitarios en los programas de abordaje del "chemsex". 

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión