SOLIDARIDAD

Javier Senent, presidente de Cruz Roja: "Veo a los jóvenes muy comprometidos socialmente"

"Tenemos un problema grave con la soledad de los mayores", dice el presidente de Cruz Roja que con el Plan Responde ayudó a 3,5 millones de personas.

Javier Senent, presidente de Cruz Roja en España.
Javier Senent, presidente de Cruz Roja en España, en una imagen de archivo.
Raquel Labodía

Al frente de un ejército de 253.000 voluntarios (el doble de los efectivos de las fuerzas armadas), el presidente de Cruz Roja es capaz de desconectar cada día un puñado de minutos de todas esas cosas que le abruman: la soledad de las personas mayores, las familias que acuden cada día a por alimentos, la brecha digital, la tragedia de las pateras con esos pequeños muriendo a orillas de nuestras playas y, cómo no, la mayor emergencia sanitaria que ha tenido que encarar su organización en toda su historia por la pandemia. Ese respiro vespertino coincide con el momento en que sale a pasear con su perrita Linda, un braco alemán, por los campos de Guadalajara, donde Senent nació hace 72 años y donde dio sus primeros pasos como voluntario de Cruz Roja hace casi medio siglo. Presidente desde 2015 (no cobra un euro), dejará el cargo en 2023 pero seguirá arrimando el hombro como uno más "por la satisfacción que produce ayudar a los demás. Suena a tópico, pero no me canso de decir que estas organizaciones nos dan más de lo que les damos".

"Como sociedad hemos dado la cara y hemos sido generosos"

Bajo su mandato, Cruz Roja puso en marcha hace un año el Plan Responde frente a la covid, un paraguas que ha permitido atender a 3,5 millones de personas en situación de vulnerabilidad, el doble de la previsión inicial, y que ha recaudado 108 millones para ayudar a los más necesitados. "Estoy muy orgulloso de los españoles. Cuando ha llegado el momento de ayudar, siempre hemos estado ahí en primera línea. Como sociedad hemos dado la cara y hemos sido generosos", dice Senent, que especialmente se congratula de los 25.000 nuevos voluntarios que se han acercado a Cruz Roja para echar una mano durante esta pandemia. "El compromiso humanitario ha sido espectacular, especialmente entre los jóvenes, los he visto muy comprometidos socialmente. Vienen un día y te dicen que quieren ayudar y al día siguiente ya se han puesto a repartir alimentos o a acompañar al médico a una persona mayor. eso a mí me ha conmovido, además de su actitud resiliente y responsable".

"Tenemos un problema grave en el primer mundo que es la soledad de los mayores y la brecha digital"

Casado y padre de tres hijos, el presidente de Cruz Roja, jubilado de Unión Fenosa donde trabajó durante 47 años, conoce bien la cara menos amable de la realidad gracias a la fuerte implantación territorial de su ONG con más de 1.500 puntos en toda España, desde donde le llega información directa de las dificultades de la gente. Y aunque la lista de cicatrices es larga y angustiosa, a Senent le tocan la fibra los mayores que viven solos, una epidemia social que golpea a 2,1 millones de hombres y mujeres de más de 65 años. "Tenemos un problema grave en el primer mundo que es la soledad de los mayores y la brecha digital, que también les afecta, porque ahora todo se hace 'online' y no todos nuestros mayores tienen la conectividad, los equipos o los conocimientos", asevera consciente del coste anímico y mental que conlleva no poder recibir cariño físico o salir a la calle por la situación de aislamiento.

"Hay que ser muy sensibles y respetar la dignidad humana"

Cruz Roja también se está volcando estos meses con las familias a las que no les llega el ingreso mínimo vital, previsto para 800.000 personas y que apenas reciben una de cada cinco. Para ellas han habilitado 'supermercados' donde con una tarjeta monedero pueden elegir lo que necesitan. Otra variante es la de los carros de ayuda que se entregan con cita previa. "Hay que ser muy sensibles y respetar la dignidad humana", señala Senent, que prefiere evitar el concepto de 'colas del hambre' para no estigmatizar a nadie.

Senent no se cansa de repetir que Cruz Roja está para ayudar y colaborar con quien lo precise, incluso con los que se sienten desvalidos ante la burocracia de rellenar impresos. "Hay personas que se quedan sin ayudas a las que tienen derecho porque no saben cumplimentar un formulario. Parece algo menor, pero no lo es".

Este alcarreño, que también disfruta recogiendo setas y pescando, sabe que en su cargo hay que medir las palabras. Quizás por eso evita echar un rapapolvo a la forma en que los políticos están gestionando la crisis sanitaria, social y económica en la que estamos inmersos. "Nadie hace algo mal a propósito. Todo es mejorable y a toro pasado es muy fácil criticar. Pero debemos ser conscientes de que no habíamos vivido nunca una pandemia como esta. Nosotros mismos pensábamos que era cuestión de unos meses e hicimos un planteamiento a tres meses y luego otro hasta finales de 2020, y sin embargo la fase aguda sigue ahí". A su juicio, la salida pasa por que las vacunaciones se hagan lo más rápidamente posible. Y en esa tarea Cruz Roja está colaborando aportando sus médicos y enfermeras a través de acuerdos que se han llevado a cabo, por ejemplo, con la comunidad de Madrid. Precisamente esta labor les ha puesto en la diana de los que ven en estos contratos una privatización encubierta de la sanidad pública. "Estamos apoyando las vacunaciones de forma puntual. En nuestro espíritu no está usurpar otros campos, pero si nos solicitan ayuda, la vamos a prestar", aclara Senent, que amplía el foco de la labor de Cruz Roja. "Nos movemos por principios y el primero es la humanidad, a alguien que necesita algo no podemos dejarle tirado. Nunca. Da igual la raza, la nacionalidad, da igual todo. A quien pide ayuda hay que tenderle la mano. Esa empatía es fundamental".

¿Y a usted qué le ha enseñado la pandemia?

Que cuando trabajamos juntos, pensando en el interés común, las cosas salen bien y superamos cualquier reto.

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