Los gorilas no fanfarronean con los golpes de pecho

Transmiten información del tamaño del individuo que serviría a otros machos competidores para hacerse una idea de su fuerza.

Un gorila se rasca la cabeza
Un gorila se rasca la cabeza
Eric Kilby

Su sonido puede oírse en la selva a más de un kilómetro. "El golpe de pecho del gorila es uno de esos sonidos icónicos del reino animal", dice Edward Wright, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva y primer autor de un estudio que publica la revista 'Scientific Reports'. Según este primatólogo y sus colaboradores, cuando se ponen de pie y tamborilean con las manos sobre su caja torácica, los gorilas macho transmiten información sobre su tamaño que serviría a sus congéneres para actuar en consecuencia.

Que los gorilas de montaña pueden usar los golpes en el pecho como un sistema de comunicación es algo sobre lo que los científicos especulan desde hace años, pero hasta ahora no tenían claro qué tipo de información transmitirían. Para intentar averiguarlo, Wright y sus equipo observaron durante dos años y medio -de enero de 2014 a julio de 2016- a veinticinco machos de dorso plateado monitorizados por la Fundación Dian Fossey para los Gorilas en el Parque Nacional de los Volcanes, en Ruanda.

Los investigadores determinaron el tamaño de cada individuo gracias a una técnica llamada fotogrametría y grabaron 36 episodios de golpes en el pecho de seis de los machos. Descubrieron así que las frecuencias de audio de los golpes de pecho de los más grandes eran significativamente más bajas que las de los más pequeños. Los autores creen que los más grandes pueden tener sacos de aire más grandes cerca de la laringe, lo que podría reducir la frecuencia del sonido que producen mientras se golpean el pecho.

"Es genial que hayamos podido demostrar que el tamaño del cuerpo está codificado en estas espectaculares demostraciones", dice Wright. El tamaño corporal es un atributo clave en muchos animales. Estudios anteriores del mismo equipo habían demostrado que los gorilas más grandes son más dominantes y tienen más éxito reproductivo que los más pequeños.

Los investigadores creen que la información del tamaño corporal transmitida por los golpes de pecho serviría a otros machos para hacerse una idea sobre si merece la pena competir o no con el emisor y, probablemente, a las hembras para elegir pareja. Han detectado además una gran variación entre los machos en lo que respecta al número de golpes de cada episodio y la duración de estos últimos. "Esto sugiere la posibilidad de que los golpes de pecho puedan tener firmas individuales, pero hacen falta más estudios para comprobarlo", indica Wright

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