Los niños se rebelan contra el ruido y el humo de los coches

La protesta 'Revuelta escolar', que se realiza en varias ciudades españolas, consiste en cortar cada dos semanas el tráfico durante media hora a la entrada y/o salida del centro, tiempo en el que los menores se adueñan del espacio público para jugar, pintar con tizas el asfalto y reivindicar su derecho a la salud.

Cartel de la 'Revuelta escolar'
Cartel de la 'Revuelta escolar'
EP

Niños de una docena de ciudades españolas cortarán las calles de sus colegios entre este jueves y viernes en protesta por los altos niveles de contaminación y ruido que sufren sus entornos escolares, que han empeorado desde que tienen que dejar abiertas las ventanas de sus aulas por las medidas anticovid.

'Revuelta escolar' es una protesta que nació en diciembre de 2020 en Barcelona y actualmente se ha extendido a ciudades como Madrid, Bilbao, Melilla, Valencia, Guadalajara, Gerona, Badalona y Sabadell.

Consiste en cortar cada dos semanas el tráfico durante alrededor de media hora a la entrada y/o salida del centro, tiempo en el que los niños se adueñan del espacio público para jugar, pintar con tizas el asfalto y reivindicar su derecho a la salud.

A raíz de la pandemia se ha acentuado la percepción de que las ciudades pueden ser vividas de otra manera y el movimiento “está cogiendo vuelo”, explican Verónica Martínez, Yetta Aguado y Guillermo López, miembros de tres asociaciones de padres y madres de Madrid y Barcelona, quienes participan activamente en la 'Revuelta' junto a sus hijos pequeños.

La iniciativa “se precipitó cuando nos dimos cuenta que no era posible mantener las distancias de seguridad en las entradas y salidas de los centros y la recomendación covid de abrir las ventanas; en algunos centros directamente no se puede abrir por la cantidad de ruido que hay, pero además había ya una preocupación latente por la contaminación y la cada vez más abrumadora evidencia científica de que afecta a la salud de los niños”, explica López, padre del colegio Auró, en el Eixample (Barcelona).

Las principales peticiones a las administraciones, agrega López, es la reducción “drástica” del tráfico delante de los centros para que sean más seguros, baje la contaminación y el ruido -lo que pasa por disminuir el número de carriles-; fomentar la movilidad activa de modo que se pueda ir caminando o en bicicleta, e instalar radares sancionadores para que la velocidad máxima no supere los 20 kilómetros por hora”.

El último informe de la Sociedad Catalana de Pediatría apoya estas demandas y hay “muchos estudios que demuestran que estos problemas afectan a la capacidad de aprendizaje, a la memoria de los escolares y a la existencia de patologías asociadas como el asma infantil, explica.

En el mismo sentido, Yetta Aguado, de una asociación de familias de un centro educativo de Madrid y miembro de Madres por el Clima, subraya que el ruido afecta a la concentración de los niños y se ha hecho más patente con la obligación de la ventilación cruzada en las aulas a causa de la Covid-19.

Aunque había ya cierta conciencia, “como consecuencia de la pandemia vimos que es posible que las ciudades no estén llenas de coches, hay una percepción de una ciudad y un espacio público que pueden ser distintos, de la necesidad de todos de usarlo, de volver a él, y quizá de recuperarlo, de repente ya no nos encontramos en las casas, la vida social ha cambiado”, explica Aguado.

En Madrid, la 'Revuelta escolar' tendrá lugar este jueves porque el día 26, viernes, no es lectivo, mientras que en el resto de las ciudades será el día 26.

La intención es mantener los cortes los viernes cada 15 días mientras no se den cambios sustanciales y generalizados por parte de las administraciones implicadas.

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