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Rompiendo mitos sobre cómo se supone que son las relaciones según 'La isla de las tentaciones'

La psicóloga Cristina Rocafort resuelve algunas preguntas sobre por qué los espectadores coronan a perfiles como el de Lucía, Melissa o Susana, o cómo puede haber concursantes cuyas decisiones son tan volátiles.

Las nuevas parejas de la segunda temporada de `La isla de las tentaciones'.
Las parejas de la segunda temporada de `La isla de las tentaciones'.
Telecinco

'La isla de las tentaciones' está a punto de cerrar su tercera edición y ha enganchado a más espectadores de los que confiesan verlo. Aunque la dinámica no es 'el prototipo perfecto' de una relación sana que digamos. 

La psicóloga Cristina Rocafort analiza algunos de estos comportamientos, tanto de los concursantes como de la audiencia, para entender por qué tanta gente sigue este formato o por qué es tan difícil compender a algunos de los concursantes, además de dar unas pautas sobre cómo debería ser una relación sana y desmontar mitos en torno a algunas de las frases más escuchadas en el programa.

Tentación o no, esa es la cuestión

Tanto Lola como Manuel han dejado a la audiencia habitualmente sorprendida por la rapidez con la que cambian sus emociones: de arrepentimiento a reincidencia y vuelta a empezar. ¿Responde a algún patrón de comportamiento?

Esta fluctuación de emociones responde a una capacidad de regulación emocional escasa. Para estos personajes las emociones controlan su conducta, son torbellinos. Hay ciertos aspectos que nos pueden ayudar a entender su funcionamiento emocional:

  • Sienten que están vendidos a sus emociones: es cierto que las emociones no se eligen, pero si podemos decidir que hacer con ellas. La forma en la que te cuentas y piensas acerca de tus emociones puede ayudarte a esa gestión. Lola o Manuel son ejemplos de personas que actúan por impulsos y tienen un locus de control externo. Esto quiere decir que sienten que tanto sus emociones como el destino son los que van a decidir sobre sus actos.
  • Explicación a nivel cerebral: resulta llamativo ver como tras ver una infidelidad alguno de los protagonistas del programa actúa con firmeza, pensando en superarlo y en no perder ni un segundo más pensando en su pareja. ¿Por qué ocurre esto? Una infidelidad es vista como un “ataque” y como tal, el cerebro lo interpreta como peligro y se prepara para huir gracias a que se dispara la noradrenalina. Desde este estado actúan siendo también infieles o despotricando sobre su relación. Sin embargo, este estado no es permanente y el bajón y el duelo por lo sucedido llega, y con él el arrepentimiento por lo sucedido cuando se estaba en la cresta de la ola.
  • Razonamiento emocional y generalización: varios de los protagonistas de este programa son incondicionales a los que las emociones les dicen y caen en un error de pensamiento, la generalización. “Como estoy triste significa que no voy a poder vivir sin él y encontrar a otra persona”. Lola sufre mucho con esta forma de gestión emocional, ya que en función de lo que siente en ese momento, generaliza e interpreta la realidad, por lo que va del blanco al negro en cuestión de horas.

Primero Susana, luego Melissa y, en esta tercera edición, Lucía. Todas siguen el mismo patrón: sufren una infidelidad por parte de su pareja y, después de una larga agonía, se plantan frente a ella y ponen los puntos sobre las íes a años de relación. ¿Por qué la audiencia corona como "reinas" a estas concursantes?

La dinámica del programa facilita que estalles con tu pareja cuando te enteras de que ha ocurrido esta infidelidad. Vemos a estas chicas poniendo límites en el momento en el que están predominando el enfado, instante en el que a nivel cerebral estamos preparados para huir. Están en la cresta de la ola y desde este punto, cuando la emoción está a tope, los espectadores perciben que para estas chicas poner estos límites es fácil. Sin embargo, no es real y vemos como la tristeza y las dudas acaban apareciendo. Genera una falsa creencia de que estas chicas están poniendo límites y reafirmándose como mujeres sin que les cueste, sin sufrir. El duelo por la pérdida de la relación aparecerá y esto es importante tenerlo en cuenta.

¿Hay alguna pareja que no sea tóxica en todo este culebrón?

El planteamiento del programa de poner en peligro la relación para ver si es de verdad ya no es un planteamiento saludable o en pro de la relación, por lo que los pilares de las relaciones que participan en él se basan en conceptos algo mágicos y que generan mucho sufrimiento al no ser reales ni sanos, como “la media naranja” una, confianza que hay que poner a prueba.

¿Se puede sacar algún aprendizaje personal de un programa como este?

Este programa puede servir para que cada persona se cuestione qué tipo de relación quiere tener con su pareja. Invitaría a todos los espectadores a que se reformulen su relación presente o futura de una forma más consciente en la que el trabajo por y para la relación es importante y los pilares sobre los que ésta se sustenta también.

¿Algunos 'tips' para entender cómo debería ser una pareja sana?

  • La relación se elige. Es un mito propio del amor romántico pensar que hay algo mágico en torno a las relaciones. Ideas mágicas como “la media naranja” o el amor intenso para toda la vida son creencias contrarias a la realidad de las relaciones y su evolución. Es importante tener en mente que estamos en una relación porque elegimos estarlo y obviamente por ello, renuncias a ciertas cosas, pero obtienes otras.
  • La relación no se pone a prueba, se trabaja y se cuida. El planteamiento de una pareja debe ser hacer equipo. Ambos quieren lo mismo, cuidar, proteger y mantener su relación por encima de todo. Por ello, ponerla a prueba de la forma en la que lo hacen en este programa es resulta tan absurdo bajo este planeamiento. Las relaciones evolucionan, y han de trabajarse no se mantienen por sí mismas simplemente por existir, por lo tanto si tu la abandonas y dedicas tu atención a otras relaciones claro que sufren, igual que una planta que dejas de regar.
  • Querer no es necesitar. Saber vivir sin la otra persona o no echar de menos de forma desgarradora, no significa que no quieras a tu pareja, significa que la quieres sin dependencia y que puedes encontrar estabilidad, felicidad y tranquilidad en ortos aspectos de u vida. Tu pareja no es la que debe llenar todas tus necesidades, sino esa relación tendrá demasiada carga y no podrá sobrevivir.

Rompiendo mitos

Seguro que, si has visto el programa, te suenan frases como "somos el uno para el otro", "necesito echarle de menos" o "si tiene afinidad con otra persona, nuestra relación es una mentira". ¿Qué hay detrás de ellas?

  • “Ser el uno para el otro”. El planteamiento de este programa es el de la media naranja de toda la vida. En el mundo sólo hay una persona adecuada para ti, con la que serás feliz y será amor eterno, ¿lo complicado?, encontrarla.
  • "Necesito echarle de menos". Echar de menos de forma angustiosa no indica que quieras más a tu pareja y que puedas estar sin él y no le eches de menos, tampoco significa que no le quieras. Tener espacios individuales y disfrutarlos es bueno y no es una traición al otro, al revés.
  • "Si tiene afinidad con otra persona, nuestra relación es mentira". A lo largo de nuestras vidas podemos cruzarnos con muchas personas con las que podríamos tener afinidad, lo que marca la diferencia no es tener o no tener afinidad, sino elegir no explorarla y escoger cuidar mi relación en lugar de ver dónde podría llegar con esa otra persona que puede llamar mi atención.

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