jóvenes que inspiran

"Facilitaría mucho la comunicación que las personas oyentes tuvieran un nivel básico de lengua de signos"

El joven David Martínez desmonta algunos mitos que se achacan a la comunidad sorda.

David Martínez en el laboratorio del hospital Miguel Servet.
David Martínez en el laboratorio del hospital Miguel Servet.
D.M.

David Martínez tiene 29 años y es técnico de laboratorio en el Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza. Trabaja en el servicio de Microbiología, en la sección de cargas virales. "Nuestra labor es comprobar si hay replicación de virus. Es decir, otra sección identifica la presencia de un virus en el organismo (VIH, Hepatitis B, C, etc.), y nos derivan a nosotros para saber si existen muchas copias de ese virus y cuántas, para decidir el tipo de tratamiento que esa persona tiene que hacer". Desde la llegada del covid, en su departamento también se analizan resultados de PCR. "Como hay muy poca gente que sepa manejar las máquinas del laboratorio, nos pidieron que participásemos también por necesidad, hasta que la situación termine".

David también es sordo, una herencia familiar que lo acompaña desde que nació y, como tantos otros, con la llegada de las mascarillas, se ha topado con un obstáculo añadido para la comunicación. "Cuando empecé a trabajar se sorprendieron un poco. Me preguntaron: '¿Cómo nos comunicamos contigo?'. En mi caso, entiendo la lectura labial, y si alguna información no la entendía, nos comunicábamos por escrito". Pero desde marzo del año pasado, esta última se ha convertido en la única vía. "No es correcto bajarse la mascarilla, así que hablamos por Whatsapp, nos dejamos notas o nos escribimos por Word", explica Martínez. 

No obstante, rechaza la idea de haber podido sentirse discriminado en el trabajo: "Para nada, de hecho, a mi alrededor casi todos quieren aprender lengua de signos. Lo cierto es que facilitaría mucho la comunicación que las personas oyentes tuvieran un nivel básico, como se tiene del inglés. Nos permitiría comunicarnos en cualquier sitio y no tener barreras", considera. Porque aunque a través de convenios y subvenciones las personas sordas han recortado distancias con sus derechos, todavía queda camino por recorrer.

David pudo estudiar en un instituto público, el Río Gállego, gracias a la figura del intérprete que, por convenio con el Gobierno de Aragón y el Ministerio de Educación, lo acompañó durante toda su formación. A la hora de buscar trabajo, el Servicio de Intermediación Laboral para Personas Sordas (SILPES) que ofrece Ala Agrupación de Personas Sordas de Zaragoza y Aragón (ASZA) hizo el resto. "SILPES cubre las necesidades de las personas sordas y apoya de manera integral durante todo el proceso de inserción (para las personas sordas y también las empresas). En mi vida, solo he tenido una entrevista que SILPES se ha encargado de gestionar intérprete de lengua de signos para la entrevista. Luego, cuando aprobé las oposiciones y obtuve una plaza fija, el equipo de SILPES fue a mi laboratorio (con los de Medicina Preventiva, mi Jefe de Servicio y mi Supervisora) para 'dar conocimiento' lo que realmente necesita una persona sorda en el mercado laboral", explica el técnico de laboratorio.

Sin embargo, acciones cotidianas como una visita al médico, todavía requieren algo de concienciación. "Hay profesionales que no saben si sus pacientes son sordos o no y, en muchas ocasiones llaman a la consulta a través de un altavoz a las personas que están en la sala de espera. Yo no lo puedo escuchar. Sería mucho más cómodo si hubiera una pantalla electrónica en la que saliese el nombre o el número, como en el INAEM", argumenta.

Otra de las reivindicaciones en las que ponen el acento las agrupaciones de personas sordas es que en servicios esenciales como el 112 o la actual rutina de llamadas de rastreadores de covid, requieren de videollamadas con intérprete. "Cuando una persona da positivo, se le hace un seguimiento exclusivamente telefónico. Si yo fuese una de las personas que han estado en contacto, ¿cómo me avisan?", se lamenta el joven técnico.

¿Verdades o mitos?

En internet corren muchos rumores sobre lo que puede y no puede hacer una persona con discapacidad auditiva. ¿Quién mejor que ellas para desmontar los mitos más arraigados? Responde David Martínez.

  1. "Todos saben leer los labios". Todos, todos, no. Una persona muy mayor, por ejemplo, o un niño pequeño no pueden pero, en general, la mayoría consigue hacerlo.
  2. "Las personas sordas no pueden hablar". No, es un concepto erróneo pero no es así. Para eso tendrían que tener las cuerdas vocales dañadas y no tiene conexión alguna.
  3. "Solo oyen silencio". Para nada. Yo por ejemplo tengo un audífono muy potente, y en mi casa, por ejemplo, cuando tengo hambre, puedo oír cómo rugen mis tripas. (Eso sí, la calidad cuesta. Tal y como explica, un audífono como el suyo puede llegar a costar unos 2.000 euros. Hay subvenciones que son de fácil acceso pero no cubren el 100%, ya que dependen de las rentas del solicitante, y estas varían cada año).
  4. "Pueden sentir la música por sus vibraciones". Sí, en las discotecas cuando los altavoces están muy fuertes podemos sentir la vibración. No entendemos las palabras, pero por ejemplo con mi audífono puedo oír el sonido y el ruido.
  5.  "Hay distintos niveles de sordera". Sí, claro.
  6. "Con aprender el alfabeto me basta para hablar con ellos". No, no es un sistema de comunicación que funcione así. Si no tienes un símbolo que te identifique, por ejemplo, puedes deletrear tu nombre con el alfabeto, pero normalmente se utiliza como apoyo y no para mantener una conversación.
  7.  "No pueden conducir". Totalmente falso. Nuestro espejo interior es panorámico y a los retrovisores se les añaden en los laterales unos espejos de apoyo que amplían el campo visual, pero tenemos las mismas normas de circulación. Aunque no escuchemos las sirenas, las ambulancias o los bomberos, utilizan también elementos lumínicos por lo que podemos reaccionar de la misma forma.
  8.  "Dependen de las manos para hablar". No, también depende de la expresión facial y la corporal, el movimiento de las manos en sí... Te pongo un ejemplo: si yo coloco un papel delante de mí y saco las manos para gestualizar, no tendrías el significado completo de la frase o su contexto. No se podría entender la alegría, la tristeza... que normalmente se consiguen con la entonación. La expresión facial es muy importante.
  9. "Todas las personas sordas saben lengua de signos". No, todas no. Yo conozco a algunas que no la usan en su vida diaria, depende de la opinión que tengan y de la forma de comunicarse que escojan, en su caso supongo que la lectura labial.
  10. "La lengua de signos es la misma en todas partes". No, no, no. Incluso dentro de España también hay diferencias.
  11. "La pérdida o carencia de un sentido potencia los demás". Es verdad. Al menos, a mí sí, sobre todo la vista y el tacto.

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