heraldo escolar
Tardes de juego en familia (I)
Ahora que las tardes son más cortas y frías, apetece quedarse en casa. Y qué mejor manera de pasar una tarde agradable y especial en familia que a través de los juegos.
Desde el punto de vista de la neuroeducación, el juego se considera como una necesidad de acción, imaginación y experimentación para los niños, sobre todo en edades tempranas. Por eso, es importante ofrecerles diferentes modalidades de juego, que estimulen diversas áreas de desarrollo y habilidades, como juegos manipulativos, de movimiento, reglas, preguntas, de razonamiento y lógica, juego libre y de exploración… Además, el juego es el reflejo del proceso de maduración de los niños, ya que evolucionan según los cambios que se producen a nivel cognitivo, afectivo, y social e interfiere de forma directa en su personalidad y forma de entender y comprender el mundo que les rodea y su realidad.
¿Qué papel tiene el juego en el desarrollo infantil?
• Es una fuente de estimulación lingüística. Muchos juegos facilitan la expresión oral, la adquisición de nuevo vocabulario, el lenguaje social y habilidades comunicativas. Además, en la actualidad, hay muchos juegos que ofrecen la oportunidad de aprender nuevos idiomas, ya que se presentan en diferentes formatos.
• Conviene no caer en el exceso de juegos sedentarios o de mesa. Los pequeños necesitan moverse, explorar su cuerpo y descubrir sus cualidades corporales a través de dinámicas que se centren en estos aspectos. En este aspecto, tenemos una gran enciclopedia vital del juego gracias a nuestros padres y abuelos, ya que los juegos de calle, que eran los protagonistas de las tardes de su infancia, son una fuente de conocimiento y desarrollo para nuestros pequeños: La rayuela, la pata coja, el chocolate inglés, el juego del elástico o la comba, el pilla-pilla, el escondite… ¡Qué tardes más buenas hemos pasado en nuestra infancia gracias a todos esos juegos!
• Algunos juegos nos ayudan a aprender normas sociales. Y lo hacen, gracias a las instrucciones y reglas del juego: respetar los turnos, tiempos de espera, control de impulsos, cooperación, juegos de equipo y de ayudarse para conseguir el objetivo…
• Legos, construcciones y puzles. A través de juegos como los legos, de construcción o puzles, se desarrollan aspectos como la atención, la concentración, la organización espacial, la planificación e incluso la paciencia, que siempre es buena compañera de viaje.
• No debemos dejar a un lado el juego simbólico o de roles. Fomenta la imaginación, el desarrollo del lenguaje, la planificación y estructuración y aportan sentido a la acción, relacionándola con las proyecciones que se hacen de la realidad. ¿Quién no ha vivido miles de aventuras con una caja y un palo?
Por: Ana Rojo / Ester Motos Maestras y psicopedagogas de la Asociación Aragonesa de Psicopedagogía