Vestirse en la pandemia: se agotan las pantuflas y la ropa de fiesta no se vende ni rebajada

La práctica ausencia de vida social o el teletrabajo están cambiando la manera en que se compra la ropa. La venta de prendas para la noche es casi nula y mientras se multiplica la demanda de zapatillas de andar por casa. Ganan la practicidad y la comodidad.

De izquierda a derecha, modelos de las líneas confortables de Mango, H&M y Adolfo Domínguez.
De izquierda a derecha, modelos de las líneas confortables de Mango, H&M y Adolfo Domínguez.
Heraldo.es

Mango y su 'Comfy Collection'. Adolfo Domínguez y lo que ha denominado 'El falso chándal: la etiqueta para la era del teletrabajo'. O H&M, que en su web ofrece la 'Confort Zone'. Son solo tres ejemplos de cómo grandes marcas y cadenas de moda tratan de adaptarse a las nuevas necesidades sobrevenidas con la pandemia que nació como algo temporal y lleva camino de cumplir un año en nuestras vidas.

Un tiempo suficiente como para plantearse hasta qué punto será capaz de cambiar usos y costumbres para siempre. La moda, acostumbrada a ser la primera capa permeable a los estilos de vida y habituada a ir tres pasos por delante, se tambalea noqueada por un virus que le ha arrebatado uno de sus pilares básicos: el escaparate y el motor que supone la vida social a la hora de animar la compra.

La desaparición de un plumazo de las salidas nocturnas, de las reuniones con familiares o amigos o de las citas festivas ha reducido prácticamente a cero las ventas de colecciones de ropa de noche.

Julia Ponce, de la tienda Sommes Demodé, da fe: "En abril, en pleno confinamiento, compré algunos modelos de fiesta de colecciones cápsula que las marcas sacan para Navidad, pensando que estaríamos mejor. No hemos vendido nada de eso. Ni rebajado como está al 50%". Julia, que vende a pie de calle en su local de la calle de Espoz y Mina de Zaragoza y también 'online', lo tiene claro: "La gente piensa en diurno, en cosas para el día, la ropa pensada para salir por la noche ha tenido una caída total. También ha decaído mucho la idea de darse un capricho porque se tiene un plan, lo de estrenar para una ocasión".

"La gente piensa en diurno, en cosas para el día, la ropa pensada para salir por la noche ha tenido una caída total. También ha decaído mucho la idea de darse un capricho porque se tiene un plan, lo de estrenar para una ocasión". Julia Ponce, de Sommes Demodé

Elena Burriel de Alicia Zapaterías da otro dato que abunda en la misma dirección: en sus tiendas, el final de 2020 les sorprendió agotando el 'stock' de zapatillas de ir por casa. "Pero no solo en nuestra tiendas -explica- sino que se quedaron sin género también los proveedores.

La pandemia dispara el uso de pantuflas y proscribe las lentejuelas. ¿Y por el medio? ¿Qué está pasando en el amplio margen para los códigos de vestimenta que queda entre la vida casera y salir de marcha?

La respuesta está en la nueva línea divisoria que con respecto al armario de cada día marca el teletrabajo. "Los que están trabajando en casa buscan ante todo la comodidad", dice Julia. Pero añade: "Eso sí, muchos de los que van a la oficina se esmeran más, porque es ese modelo que eliges para ir a la oficina supone una chispa de ilusión para los que les gusta la rop".

Para Julia, afortunadamente, la pereza y el descuido no han logrado todavía hacerse con el ánimo de la mayoría. Desde El Corte Inglés, lo certifican, "más que de pereza se puede hablar de que la gente se ha vuelto más práctica".

"Más que de pereza se puede hablar de que la gente se ha vuelto más práctica".

En el gran almacén explican que entre las tendencias una manda sobre cualquier otra: lo confortable.

Se llevan las sudaderas y los conjuntos de punto y todo en tonos uniformes (blancos, negros, marfiles), sin estridencias, con tendencia al minimalismo. Incluso están en retirada botones y cremalleras en favor de elásticos y gomas.

En El Corte Inglés ilustran la tendencia con una imagen concreta: la que tenía Lady Di cuando salía del gimnasio, con malla, sudadera y calcetines.

Al margen del papel que la serie 'The Crown' haya podido tener en el 'revival' que experimenta el, por otro lado siempre influyente 'look' de Diana Spencer, lo cierto es que la moda de los años 90 lleva desde bastante antes de la pandemia ocupando los escaparates.

La estilista Mila Falcón va más allá: "Yo creo que desde hace un tiempo las tiendas 'vintage' y el 'vintage' en general determina casi tanto por dónde irán las grandes cadenas como las pasarelas".

"Desde hace un tiempo las tiendas 'vintage' y el 'vintage' en general determina casi tanto por dónde irán las grandes cadenas como las pasarelas". Mila Falcón, estilista

Los conjuntos de punto o las sudaderas forman parte de un estilo que en los 90 se usaba para todo lo contrario: salir los sábados.

Y mientras llega el momento de volver a hacerlo y los amantes de la moda esperan el regreso de las pasarela, un atisbode esperanza: "La gente ha dejado de comprar ropa pensado en un futuro mejor, pero esperamos que eso cambie en primavera", confía Julia. Sin abrigo y con más horas de sol, espera que la gente "se anime a arreglarse y a ponerse color, aunque sea para ir a comprar el pan".

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