Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Salud

En plena pandemia... y esperando la gripe

Viene la época de gripe y la coexistencia con la pandemia de covid podría desatar una tormenta perfecta que comprometa nuestro sistema de salud. Contra la primera sí que tenemos vacuna.

La campaña de vacunación de la gripe se ha adelantado este año, con muy buena acogida.
La campaña de vacunación de la gripe se ha adelantado este año, con muy buena acogida.
Toni Galán

Es la pandemia nuestra de cada invierno. Afecta a todo el planeta y sus síntomas se parecen a los de la covid, pero no le tenemos tanto miedo, aunque también causa muertes todos los años. La gripe es una vieja conocida y la gran diferencia es que contra ella sí que tenemos defensa: una vacuna.

Vuelve cada invierno. La última semana de enero es el momento en que suelen concentrarse más casos, el pico de una mayor incidencia que se extiende cuatro semanas antes y cuatro semanas después. Pensar en ese calendario, con la presión que ya soporta el sistema sanitario debido a la otra pandemia, la de covid, asusta. La gripe afecta cada año a un 10% de la población; en años de epidemia, a un 25 o 30%. Se estima que entre un tercio y tres cuartos de los casos son asintomáticos, pero las complicaciones en los grupos de riesgo acaban en el hospital. Pandemia sobre pandemia, lo que faltaba. Está por ver cómo circulará este año el virus de la gripe en un mundo con mascarilla.

Los síntomas aparecen de repente, no como en los resfriados: fiebre, con dolor de garganta y secreción nasal, escalofríos, dolor de cabeza, fatiga extrema, con dolores musculares y articulares, pérdida de apetito... Por su parte, la covid da síntomas muy difusos, algunos similares a los de la gripe. Con tanto parecido, diferenciar la gripe del coronavirus va a ser este año un reto para los pediatras y médicos de familia. Algo que "nos preocupa mucho a los sanitarios", reconoce Inmaculada Grasa, directora de Atención Primaria en el Sector de Salud Zaragoza I. Además de la exhaustiva valoración clínica, descartar una infección por coronavirus supondrá más PCR y más test rápidos de detección de antígeno covid. "Cualquier cuadro de infección respiratoria lo vamos a considerar sospechoso –señala–; es tan difícil diferenciar que de ahí la importancia de evitar en lo posible infectarse de gripe vacunándose".

"Con un ejército de covid atacando, no necesitamos otro ejército de gripe. Es muy importante vencer todo lo que podamos a la gripe con lo que tenemos: la vacuna"

Más seria de lo que pensamos

La gripe es una enfermedad con una fama engañosa, se la considera un catarro fuerte, pero algunos años provoca más muertos que el sida. La temporada pasada, causó en España 619.000 casos confirmados en atención primaria, 27.700 hospitalizados, 1.800 ingresos en uci y 3.900 muertes. No están las cifras de presión hospitalaria para añadidos de ese calibre. "Con un ejército de covid atacando, no necesitamos otro ejército de gripe. Es muy importante vencer todo lo que podamos a la gripe con lo que tenemos: la vacuna", señala Wenceslao Varona López, médico especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública en el Hospital Royo Villanova de Zaragoza. La vacunación de mayores de 64 años en la temporada 2019-20 evitó en España un 26% de hospitalizaciones, un 40% de ingresos en uci y un 37% de muertes atribuibles a gripe, según datos del Instituto de Salud Carlos III.

Juegan a nuestro favor, y en contra de la propagación de la gripe, las medidas que nos protegen del coronavirus, ya que ambas enfermedades comparten las mismas vías de contagio. Pero inquieta especialmente la posibilidad de coinfección de gripe y SARS-CoV-2 al mismo tiempo, que se considera poco probable pero posible y puede incrementar el riesgo de complicaciones y de muerte.

Para intentar cogerle la delantera a la epidemia, la campaña de vacunación de la gripe se ha adelantado un mes este año. El Gobierno de Aragón ha comprado más de 400.000 vacunas de gripe que, desde el 5 de octubre, ampliando horarios y espacios, se están administrando en primer lugar a la población de riesgo, que incluye entre otros a los mayores de 65 años, las personas con enfermedades crónicas, las mujeres embarazadas y los trabajadores sanitarios.

En Aragón, el número de personas vacunadas de la gripe se ha incrementado un 68% respecto a la campaña del año pasado

El mensaje de que este año vacunarse de la gripe es más importante que nunca ha calado y, en Aragón, el número de personas vacunadas se ha incrementado un 68% respecto a la campaña del año pasado. Desde el Sector de Salud Zaragoza I, constatan esta respuesta de la población, "con especial ansia entre los menores de 65 años sin riesgos añadidos, que son quienes este año han demandado más vacunación, con diferencia", señala Grasa. "En 20 días hemos usado un número de dosis de vacunas similar a mes y medio de la temporada pasada. Hemos conseguido vacunar de forma programada a nuestra población de riesgo y ahora la campaña seguirá ofertando huecos de agenda para vacunar al resto de la población. Habrá vacunas para todos", asegura.

No podría haberse adelantado más porque, cada año, "hay que esperar y ver qué sucede –las olas de gripe suelen arrancar en Vietnam, no sabemos por qué, y luego se extienden– y si el virus ha mutado, ver cuál es la cepa dominante y hacer una vacuna a medida. La vacuna es unos años más protectora que otros, pero una cosa está clara: la vacuna no te protege nada si no te la pones –afirma Varona–. Nosotros somos como los tahúres del Mississippi, tratando de engañar y hacerles trampas a los gérmenes para hacerles daño y confundirlos".

Virus de familias distintas

Esta capacidad de mutar es uno de los aspectos que no comparten, de momento, gripe y SARS-CoV-2, virus de familias distintas. "En el fondo se diferencian más de lo que parecen", explica Ignacio López-Goñi, catedrático de Microbiología de la Universidad de Navarra. Y precisa que "ambos son virus con envoltura y genoma ARN, que provienen de los animales, y que se transmiten por vía aérea. Solo se parece en que son respiratorios y en los primeros síntomas". Y "mientras el de la gripe es un Orthomyxovirus, los campeones de la variabilidad, con una capacidad de mutación y recombinación extraordinaria, SARS-CoV-2 es coronavirus y tiene mucha menos capacidad de mutación y recombinación, es más estable genéticamente".

Esa menor capacidad de mutación del SARS-CoV-2 podría evitar que, cuando haya una vacuna, haya que ponérsela todos los años, como pasa con la gripe. Aunque, en realidad, "esto es algo que no se sabe", indica Nacho Aguiló, investigador de la Universidad de Zaragoza experto en inmunidad. "Podría cambiar si el virus está mucho tiempo en circulación, puesto que podrían ir apareciendo nuevas subcepas".

No se ha demostrado que vacunarse de la gripe pueda reforzar nuestro sistema inmunitario ante la covid. Aguiló señala que "vacunarse de gripe es beneficioso sobre todo porque va a proteger de la gripe. Esto va a tener un doble efecto positivo: ahorrarle al individuo pasar la gripe, pero, sobre todo, ahorrar al sistema sanitario, saturado ya de por sí por la covid-19, la carga adicional que supone la temporada de gripe cada invierno". Sobre que pueda reforzar al sistema inmunitario frente a la covid-19, "a día de hoy es pura especulación". Hay que tener en cuenta que "los efectos beneficiosos inespecíficos asociados a las vacunas se han visto sobre todo en las que son vacunas vivas atenuadas, como la BCG contra la tuberculosis, que por el hecho de estar vivas tienen una mayor capacidad de interaccionar y activar el sistema inmunitario". La de la gripe "no es una vacuna viva, lo que no quiere decir que no vaya a tener ningún efecto beneficioso inespecífico, simplemente que a día de hoy es algo que no se ha demostrado".

"La gente que se enferma de gripe sufre un debilitamiento de su inmunidad porque tiene que luchar contra este virus, y esto la hace más susceptible a contraer otras enfermedades"

Viéndolo del revés, la responsable de la Gestión de Riesgos Infecciosos de la Organización Mundial de la Salud, Sylvie Briand, ha explicado que "la gente que se enferma de gripe sufre un debilitamiento de su inmunidad porque tiene que luchar contra este virus, y esto la hace más susceptible a contraer otras enfermedades". Así que vacunarse y dar esquinazo a la gripe significa evitar contraer esta enfermedad y mantener intacto el sistema inmunitario, que así está mejor preparado en caso de que tenga que afrontar la covid-19, para la que por el momento no tenemos ni tratamiento ni vacuna.

Ya que tanto suspiramos por esa vacuna efectiva contra la covid, mientras llega, podemos ponernos la que ya tenemos. Y, además, para burlar a la covid y también a la gripe, "evitemos ser contacto estrecho de nadie, no acudamos a sitios concurridos o mal ventilados, guardemos la distancia... –insiste Varona– Ser cívicos es una herramienta de salud de primer orden".

¿Gripe o covid?

Esta va a ser la pregunta de la temporada, y no será fácil diferenciar, ya que ambas enfermedades comparten los primeros síntomas.

Según la OMS, la gripe estacional se caracteriza por el inicio súbito de fiebre, tos (generalmente seca), dolores musculares, articulares, de cabeza y garganta, intenso malestar y abundante secreción nasal. En la mayoría de los casos, en una semana, y sin necesidad de acudir al médico, tanto la fiebre como el resto de los síntomas suelen desaparecer. En personas de alto riesgo, puede ser una enfermedad grave, e incluso mortal. En un resfriado pueden aparecer también ciertos dolores, pero mucho más leves que cuando se trata de una gripe.

La pérdida de gusto y olfato (anosmia) asociada en ocasiones a la covid podría ser uno de los primeros síntomas en aparecer y ser el más distintivo. Porque el resto de síntomas más habituales son muy similares a la gripe: fiebre, tos seca y cansancio. Menos frecuentes, más leves y graduales son: dolores y molestias, congestión nasal, dolor de cabeza, conjuntivitis, dolor de garganta, diarrea y erupciones cutáneas o cambios de color en los dedos de las manos o los pies.

Hay más diferencias en el periodo de incubación. Una persona con covid-19 puede tardar más en presentar síntomas que si tuviera gripe. Mientras que en la gripe el tiempo transcurrido entre la infección y la aparición de la enfermedad es de unos 2 días (oscila entre 1 y 4), entre la exposición al SARS-CoV-2 y el momento en que comienzan los síntomas suelen pasar de 5 a 6 días (pero puede variar entre 1 y 14).

¿Qué ha pasado en el Hemisferio Sur?

Buenas noticias desde los países donde antes llega el invierno: la gripe y otras infecciones virales respiratorias casi han desaparecido.

La cita siempre es en invierno: en el Hemisferio Norte, la temporada de gripe suele tener lugar entre noviembre y marzo; entre mayo y septiembre en el Hemisferio Sur. ¿Por qué es así? El frío empuja a la gente a pasar más tiempo en espacios interiores, con las ventanas cerradas (es decir, mal ventilados) y con otras personas, lo que aumenta el riesgo de transmisión. Estos son también los meses con los días más cortos, con lo que la menor exposición al sol (fuente de vitamina D), junto con el frío, debilita nuestro sistema inmunitario. Otra hipótesis apunta que el frío favorecería la diseminación del virus.

Ya que los vecinos del Sur van por delante de nosotros, ver lo que ha ocurrido allí motiva una contenida esperanza. Los datos son contundentes: durante junio, julio y agosto, su época de gripe, esta y otras infecciones virales respiratorias prácticamente han desaparecido. En varios países latinoamericanos, ha habido entre un 78 y un 92% menos de admisiones a las ucis pediátricas debidas a problemas respiratorios por infecciones virales por gripe o virus respiratorio sincitial. En Australia también se ha descrito una reducción superior al 98% en la detección de gripe y de otros virus respiratorios en niños, pese a haber mantenido las escuelas abiertas. También en Nueva Zelanda la gripe se ha reducido en más de un 99%.

Muestras positivas de gripe en el Hemisferio Sur
Muestras positivas de gripe en el Hemisferio Sur
FluNet (www.who.int/flunet). Global Ifluenza Surveillance and Response System (GISRS) Datos del 9-10-2020

Ignacio López-Goñi, que expone estos datos en su blog ‘MicroBIO’, comenta que "no podemos asegurar que ocurra lo mismo en el Hemisferio Norte, pero sería una buena noticia". En su opinión, "aunque no se pueden descartar otras causas, como una disminución en la capacidad diagnóstica o una interferencia entre ambos virus, muy probablemente las medidas de confinamiento, el uso de mascarillas, la higiene y la distancia social, así como la disminución de viajes y una campaña de vacunación antigripal más intensa han contribuido a mitigar la circulación del virus de la gripe y a reducir su impacto".

Aparte de que vuelve cada invierno, poco más podemos predecir. Anticipar su evolución no es tanto un problema matemático, explica Yamir Moreno, director del Instituto de Biocomputación y Física de Sistemas Complejos; "lo que nos falta en epidemiología para predecir el futuro con más precisión es un buen sistema de vigilancia que aporte cuantos más datos actualizados mejor". Personalmente, apuesta por que "la gripe tendrá una incidencia mucho más baja esta temporada, porque, debido a las medidas de protección ante la covid, su numero reproductivo básico efectivo (el R0) será mucho menor que en circunstancias normales y es de esperar que se propague menos".

Aún más difícil es prever si la covid se quedará y convivirá con nosotros como la gripe. López-Goñi no se atreve, pero "una posibilidad es que, poco a poco, durante 2021, 2022, el coronavirus se vaya adaptando a su nuevo hospedador, el ser humano, y vaya disminuyendo su virulencia. Que, al mismo tiempo, la población vaya adquiriendo cierta inmunidad por contacto con el virus y con las vacunas que irán llegando a lo largo de 2021. Y que, además, el número de susceptibles a la enfermedad vaya disminuyendo, porque tristemente fallezcan. Entonces, quizá el SARS-CoV-2 quede como un virus respiratorio que nos visita de vez en cuando y que causa una cantidad de muertos ‘socialmente aceptable’, como la gripe, porque no colapse el sistema sanitario. Esto es muy duro, pero quizá sea la realidad". 

¿Verdadero o falso?

Una de las varias habitaciones del Obispo Polanco que el pasado lunes tenían tres camas y no dos

La gripe no es una enfermedad importante

Falso. Las gripes graves acaban en los hospitales. Es una enfermedad respiratoria aguda, caracterizada por su elevada contagiosidad y su forma de aparición en modo de epidemias anuales. El cuadro gripal generalmente es benigno pero puede llegar a provocar la muerte en grupos más vulnerables. Es un importante problema de salud, tanto por la mortalidad que puede provocar directa o indirectamente como por las complicaciones que puede ocasionar y los costes económicos y sociales que origina. A nivel mundial se estima que cada año mueren hasta 650.000 personas por causas relacionadas con la gripe. En España, durante la temporada 2019-2020, 619.000 personas acudieron a las consultas de atención primaria por gripe, hubo 27.700 hospitalizaciones con gripe confirmada por ensayos de laboratorio, 1.800 ingresos en la UCI y 3.900 muertes asociadas a la gripe.

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Zumo de naranja.

Dura siete días con medicación y una semana sin ella

Verdadero. El proceso gripal tiene una duración de entre unos siete y diez días. Tu médico puede prescribirte alguna medicación con el objetivo de tratar los síntomas. Al tratarse de una infección vírica, los antibióticos no tienen ninguna efectividad.

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El personal sanitario ha comenzado este 5 de octubre a vacunarse de la gripe.

La vacuna puede provocarme la gripe

Falso. La vacuna de la gripe no puede provocar la enfermedad porque se fabrica con fracciones de virus muertos.

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Las infecciones respiratorias provocan inflamación en las membranas mucosas.

Pese a vacunarme, he cogido la gripe

Verdadero. La efectividad de la vacuna es aproximadamente del 80%, por lo que habrá casos en los que la enfermedad se presente, aunque de manera más atenuada. Ademas, la vacuna tarda unos 15 días en proteger óptimamente.

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Una enfermera vacuna a una de las trabajadoras del centro de salud José Ramón Muñoz Fernández , en el paseo de Sagasta de Zaragoza.

Los efectos secundarios de la vacuna son peores que la gripe

Falso. Produce menos efectos adversos que la mayoría de las vacunas. Los efectos secundarios más comunes observados tras la inyección son dolor o enrojecimiento de la piel. Son reacciones leves y desaparecen en uno o dos días. Dolor de cabeza o debilidad física son menos frecuentes.

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