educacion emocional 

Propuestas para trabajar las emociones en casa con tus hijos en tiempos de pandemia

Estamos viviendo una situación complicada, llena de incertidumbre, miedo, tristeza, en la que las emociones afloran todos los días y más en los niños.    

A los pequeños les cuesta expresar sus emociones con palabras
A los pequeños les cuesta expresar sus emociones con palabras
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Cuando vuelven a casa, los niños llevan su mochila llena de sentimientos vividos en el colegio –y ahora más–, que a veces no son capaces de expresar con palabras. Por eso, desde pequeños deben trabajar esas emociones de manera lúdica, atractiva, dinámica, para que, poco a poco, aprendan a reconocerlas y expresar sus sentimientos. Que sean capaces de controlar sus estados emocionales y tengan un amplio vocabulario emocional. Os presentamos ocho propuestas para trabajar las emociones desde casa.

1. Los cuentos. A través de ellos, los pequeños se identifican con sus personajes y estados emocionales. Antes de ir a dormir, podemos leer un cuento, en el que los sentimientos sean los protagonistas, y aprovechar ese momento para hablar con ellos también de sus emociones; que nos cuenten cuándo se han sentido contentos, tristes, enfadados...

2. Termómetro emocional. Ahora que nos es tan familiar, ¿por qué no hacemos un termómetro emocional en casa? Lo ponéis en un rincón y, cada día, al entrar o salir, marcaremos, todos, cómo nos sentimos emocionalmente.

3. Caritas emocionales. Es muy recomendable trabajar las emociones a través de las expresiones faciales. Podemos hacer una carita, en la que expresemos, cada día, cómo nos sentimos, si estamos contentos, tristes. Hay que cambiarle los ojos y la boca, ya que, con ellos, expresamos las emociones, nuestra comunicación no verbal.

4. Adivinar emociones. Podemos jugar a adivinar las emociones con la mímica y los gestos. Si estoy bailando, estaré contento; si lloro, triste… A través de una acción, adivinamos la emoción correspondiente. También podemos adivinar emociones utilizando nuestra expresión facial, nuestras caras.

5. Diario emocional. Los más mayores pueden escribir un diario emocional, en el que anoten lo que han sentido, cómo han reaccionado a las diferentes situaciones vividas; lo pueden completar con un dibujo.

6. Minicuentos emocionales. Elegir una emoción y, a través de ella, crear un minicuento. Por ejemplo: «Mi amiga Laura estaba muy contenta porque ha vuelto al colegio y ha podido ver a sus amigos».

7. Relacionar acciones con emociones. Es muy importante conocer qué nos hace felices y qué nos pone tristes. Podemos jugar a ‘Qué me hace feliz’, y los niños pueden decir: «Los cumpleaños, los cuentos, los abrazos de papá y mamá, el colegio…». Y así con cada emoción: qué me pone triste...

8. Consejos emocionales. Consiste en reunirse todos los miembros de la familia para crear los consejos emocionales propios de cada casa. Hay que elegir un lugar para ponerlos y recordarlos a diario, y así crear hogares emocionales, donde reinen el respeto, la empatía y el cariño.

Por: Ana Rojo de la Vega

Maestra, orientadora educativa y miembro de la Asociación Aragonesa de Psicopedagogía

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