con niños

¡Nos vamos de vacaciones con los abuelos!

La convivencia entre nietos y abuelos es muy enriquecedora, pero hay que establecer una serie de límites para evitar conflictos con los padres.

Los abuelos y nietos hacen muchos planes juntos en verano.
Los abuelos y nietos hacen muchos planes juntos en verano.
Pixabay

Una de las estampas más habituales y enternecedoras del verano es ver a un niño con sus abuelos disfrutando de un helado o haciendo castillos de arena en la playa. Durante los meses de estío, la convivencia entre nietos y abuelos se incrementa considerablemente porque los progenitores suelen trabajar en estos meses. Son días, de compartir recuerdos, emociones y sentimientos. Unas jornadas que aportan mucho a los nietos y abuelos, ya que el tiempo que pasan juntos suele ser muy enriquecedor, porque los abuelos suelen estar más relajados que los papás y tienen más ganas de jugar.

Pero, querer y cuidar a un niño no significa que se le deje hacer todo lo que él quiera, porque esta actitud, a corto plazo, acarrea serios problemas con los padres del pequeño y también con el propio niño. "Fomentar la relación entre abuelos y nietos es muy positiva y enriquecedora, ya que se crea un vínculo familiar entre tres generaciones que es muy importante para el desarrollo psicológico de los niños y para crear su identidad familiar. Por eso es muy importante que padres y abuelos se pongan de acuerdo en las cosas más significativas de su educación, pero por otro lado, los padres tienen que respetar la relación propia que se establece entre nietos y abuelos, totalmente diferente a la que se crea con ellos", indica Diana Fuior,  psicopedagoga y miembro de la Junta Directiva de la Asociación Aragonesa de Psicopedagogía

Muchos de los conflictos entre padres y abuelos parten del entorno de los límites. Los abuelos son más permisivos, en la mayoría de los casos, y eso establece una relación de complicidad y refugio con sus pequeños descendientes. En este sentido, es muy importante "apoyar mucho a los abuelos y dejar que disfruten de la convivencia con los más pequeños. Ellos tienen mucho más tiempo y una forma de vivir la vida de manera más lenta que a los niños les encanta y les hace disfrutar mucho", asegura Diana Fuior.

Pero hay unas serie de reglas que es importante cumplir para que la convivencia sea lo más fluida y armónica posible. Coged lápiz y papel y anotad: 

Roles muy definidos

Es muy importante que cada parte sepa cuál es su rol y que los niños tengan claro el papel que juega cada uno de ellos y no los mezcle. Ambas partes se pueden poner de acuerdo en los aspectos más básicos de la educación de los pequeños, pero sabiendo de antemano hasta que punto pueden llegar. 

Chantaje emocional

"Hay que recordarles a los abuelos que tienen que evitar siempre el chantaje emocional porque no es una base sólida para una relación plena y de cercanía", matiza Fuior . Así que nada de frases del tipo: "si te vienes con los abuelos te compro un helado".

Respetar la autoridad

Los abuelos no deben interferir en la autoridad de los padres. No sirve decirles a los niños que cuando sus padres se vayan harán cosas que ellos les habían prohibido hacer. "Si los abuelos quieren hacer actividades diferentes con los niños no pasa nada, porque es lo normal y lo que genera complicidad entre ambas partes. Lo que no pueden hacer es quebrantar las normas establecidas por los padres", apunta. Además, si surgen roces y conflictos entre los abuelos y los padres deben solucionarse fuera de la vista de los más pequeños, para que no se enteren y sigan respetando la autoridad de ambas partes. 

Transmitir valores

Los abuelos pueden aprender muchas cosas de los nietos (a buscar en internet, jugar con juguetes 'modernos' o a conocer un poco mejor el pensamiento de los más pequeños), y lo mismo sucede en el caso contrario. Los abuelos son los encargados de transmitir las historias pasadas, las que dan identidad al grupo familiar y crean ese vínculo tan especial. "Ellos nos transmiten un legado inmaterial muy importante y a los niños les encanta escuchar relatos pasados porque les hace sentirse parte importante de ese núcleo familiar", señala Diana Fuior.

Así que este verano vamos a intentar que abuelos, padres y niños disfruten de unos días inolvidables, sin que ninguno de ellos se olvide el papel que le toca jugar en cada historia familiar.

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