Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Aquí hay ciencia

Los demoledores cambios de horario del fin de semana

Las horas de irnos a dormir y despertar los días laborables no tienen nada que ver con las de los fines de semana. Vivir desajustados por esta epidemia global de 'jet lag' social tiene un coste.

El desfase horario de sábados y domingos por la noche trae consigo somnolencia y cansancio.Y también peor humor
El desfase horario de sábados y domingos por la noche trae consigo somnolencia y cansancio.Y también peor humor
Ekaterina Bolovtsova

¿A qué hora te sueles ir a la cama? La respuesta más universal es, sin duda, "Depende". ¿De qué depende?, como cantaba Jarabe de Palo. Pues de si es fin de semana o no, y de si estás de vacaciones o currando a destajo. Hace unos años, un biólogo de la Universidad de Chicago (EE. UU.) llamado Michael Rust se interesó por conocer a qué hora se acostaba y se levantaba la gente. Pero en lugar de poner en marcha un cuestionario sesudo y distribuirlo masivamente tuvo una idea mejor: crear una herramienta que accedía a esa información en tiempo real a través de Twitter. Concretamente, dedicó todo 2012 y 2013 a realizar un seguimiento de la actividad de más de 240.000 usuarios norteamericanos de la popular red social.

Lo que Rust se encontró fue ni más ni menos que una epidemia global de 'jet lag' social. Que es como los investigadores denominan al desajuste universal entre las horas de irnos a dormir y despertar los días laborables y los fines de semana.

Por supuesto que no hace falta que ningún científico venga a contarnos que no vivimos al ritmo que marcan la salida y la puesta del sol, como sí hace el resto de los mamíferos, porque es demasiado evidente. Como lo es también el hecho de que el común de los mortales se acuesta más tarde los fines de semana. Cuando el horario no viene marcado por la agenda laboral o escolar. Concretamente, Rust concluyó que el 70% de las personas se somete a un 'jet lag' social de más de una hora. Y en uno de cada tres individuos, ese 'jet lag' social supera las dos horas. Sobre todo en las personas trasnochadoras por naturaleza, que por su cronotipo tipo 'búho' prefieren acostarse tarde y solo pueden permitírselo en días no laborables.

Que trasnochamos dos días sí y cinco días no sería banal un dato banal si no fuera porque esta desincronización periódica tiene un precio. Demasiado alto, quizás. Porque cuando, semana tras semana, obligamos a nuestros ritmos internos a reajustarse para atender a las demandas sociales y salir a cenar, tomar unas copas de madrugada con los amigos o ir a ver un estreno al cine a la 'sesión golfa', el cuerpo se resiente.

Trasnochar dos días sí y cinco no se asocia a riesgo cardíaco, mal humor, somnolencia y cansancio

De demostrarlo se encargó Michael A. Grandner, de la Universidad de Arizona (EE. UU.). En un estudio pionero demostró que cada hora de 'jet lag' social se asocia con un aumento del 11% de la probabilidad de sufrir una enfermedad cardíaca. Además de peor humor, somnolencia y cansancio.

Siguiendo con las cifras, una hora de desfase horario las noches de los sábados y los domingos favorece la acumulación de alrededor de dos kilogramos de grasa. De hecho, son cada vez numerosos los estudios que vinculan directamente el 'jet lag' social con un aumento de la obesidad y la diabetes. Especialmente cuando no solo cambiamos el horario de nuestro descanso, sino que también retrasamos el almuerzo y la cena.

Otra consecuencia directa del desfase horario de los fines de semana es que afecta a la atención y la toma de decisiones. Científicos irlandeses y alemanes han demostrado que la velocidad de reacción de nuestro cerebro se reduce, cometemos más errores y nuestras decisiones son más pobres. El estado de ánimo tampoco sale mejor parado. De hecho, el año pasado un estudio japonés demostró que cuanto mayor es el 'jet lag' social al que nos sometemos, mayor es el riesgo de caer en las garras de la depresión. Con el agravante de que cuando descansamos mal, se dispara la acumulación de proteínas beta-amiloides en el cerebro, precursoras del alzhéimer.

El 'jet lag' social de los fines de semana es como  viajar de Madrid a Nueva York cada viernes por la noche y regresar todos los lunes

Los expertos afirman que el efecto del 'jet lag' social es comparable al que nos produciría viajar de Madrid a Nueva York cada viernes por la noche, y luego hacer el camino de vuelta todos los lunes. Con una importante diferencia, y es que cuando viajas a un destino con distinto huso horario, la exposición a la luz también varía, porque amanece y anochece a una hora distinta. Es decir, que en ese caso la luz del sol 'pone en hora' tu reloj interno, y el desfase se solventa rápido. Sin embargo, con el 'jet lag' social no te mueves del sitio, de modo que la desincronización entre nuestro horario y el del sol se vuelve insalvable.

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