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8 pautas para ayudar a los niños y mantener la calma durante la pandemia

Adriana Marqueta, doctora en Psicología y Paola Pérez Correas, psicóloga sanitaria, ponen sus conocimientos al servicio de los padres para que los más pequeños de la casa superen estos difíciles momentos. 

Existen multitud de películas ideales para ver en familia y que acercarán a los niños al apasionante mundo del cine.
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El 26 de abril, tras más de 40 días confinados, los niños españoles de hasta 12 años salieron a la calle. ¿Qué les habrá sucedido por el camino?, ¿los niños son tan fuertes como sostienen muchos adultos? O eso es una excusa para quitarnos responsabilidades de encima… Como sostiene el académico argentino, Isidoro Blainstein “Sólo los niños creen. Pero los niños crecen”. Y tendrán derecho a pedirnos explicaciones de cómo han vivido su confinamiento, sin colegio, sin amigos, sin parque; bastantes sufriendo privaciones y algunos quizá enfermos. Todo por causa de un problema sanitario que los adultos desconocíamos y no nos ponemos de acuerdo en cómo resolver.

1 Es importante aprender del modelo de vida que llevábamos

Nos preguntamos cómo están viviendo los niños esta situación y cómo responderán en los próximos meses, tras haber vivido esta experiencia. No existe una respuesta única ya que los niños, igual que los adultos, lo viven de diferentes formas. La narrativa personal que cada uno hace de la situación, la forma de interpretar la realidad hará que su futuro recuerdo sea diferente para cada uno de ellos. Algunos niños viven el confinamiento con ansiedad, otros con tranquilidad. ¿Qué pasa con esos niños que están tan a gusto, que casi no saldrían a dar esa hora de paseo?, ¿teníamos a los niños excesivamente ocupados? Quizá el confinamiento ha podido ser agradable, desagradable o ambos. Muchos niños afirman estar disfrutando del tiempo en familia, de jugar con sus juguetes, de comer en familia, de ir sin prisas… en momentos así, es importante aprender del modelo de vida que llevábamos, siempre con prisas, algo de lo que hace no mucho nos quejábamos.

2. ¿De qué depende que los niños vivan la situación de un modo u otro?

Intervienen múltiples factores; cómo es su vivienda, cuántos viven en ella, si tienen jardín, terraza, ventanas a la calle o no; la situación laboral de los padres. En su micro entorno: cómo se vive en su casa esta situación, cómo se habla en su familia, cómo se encuentran sus padres emocionalmente, cómo de cerca ha estado el virus, si han fallecido o no personas cercanas, familiares, algún abuelo… Aquí podríamos hablar de factores de riesgo o de protección para su futura salud emocional.

3. Salir a la calle, ¿es beneficioso para todos los niños?

Sí, con matices. Para los niños de 10 a 12 años es fácil entender las normas a seguir en las salidas a la calle y son más conscientes del estado que estamos viviendo. Está claro que el aire libre y poder desfogarse es algo necesario. Pero muchos adultos, sin darse cuenta y con la mejor intención, transmiten en ocasiones el miedo a un posible contacto. Salir a la calle, sobre todo con los más pequeños, se convierte en un sinfín de órdenes que se dan y no se cumplen “no toques el ascensor, no cojas nada del suelo, no te sientes en ese banco y por supuesto, si ves a algún amiguito, ¡no te acerques!”.  

4. Seamos amables al indicarles cómo mantener la higiene y seguridad.

Debemos de ser muy rigurosos con las medidas higiénicas, y de seguridad que se nos han impuesto. Pero no debemos olvidar el mostrarlas con amabilidad a los niños, ya que ellos, sobre todo los menores de 6 años, pueden no entender la importancia que tienen pero sí perciben rápida y nítidamente las emociones que pueden sentir sus padres o tutores como el miedo. Por ello es necesario que se les explique que la situación de alarma sigue siendo la misma. Les dejan salir para encontrarse mejor. Ello implica unas reglas que hay que cumplir para protegerse a ellos mismos y a los demás. Los padres o tutores deben ser conscientes de que sobre todo los más pequeños, al salir a la calle esperan que todo sea como antes, y no es así. No es divertido ver gente con mascarillas y guantes, que no se relaciona y a la que no se puede tocar. Da miedo. No pueden besar a sus abuelos y abrazar a sus amigos.

5. Planificar las salidas y tenerles en cuenta

¿Qué podemos hacer entonces? Lo primero, planificar las salidas con ellos: Por dónde vamos a ir, qué vamos a hacer si vemos a algún conocido. La vuelta a casa con normas: dónde dejar los zapatos, la ropa, los juguetes que hayamos sacado. Podríamos preguntarles a ellos, seguro saben respondernos con sabiduría.

6. Los padres, un ejemplo para mantener la calma

El miedo se ha apoderado de muchas personas y las consecuencias a nivel psicológico serán importantes si no se le pone freno y maneja adecuadamente. Los padres deben ser ejemplo con su manera de actuar expresando también los sentimientos y emociones que sienten, como el temor, el enfado o la tristeza; siempre de manera controlada y conteniendo aquello que puede perjudicar al menor, y no solo centrarse en dar órdenes. 

7. Cómo superar los posibles retrocesos en conductas  

Muchos padres refieren que desde el confinamiento sus hijos pequeños están mostrando algún retroceso en conductas que antes hacían individualmente. Pongamos el foco en que vayan recuperando su autoconfianza, se sientan queridos, y que las normas sean claras para ganar en seguridad.

8. Mantener la serenidad, clave para frenar emociones descontroladas

Puede ocurrir que algunos padres estén bloqueados en las actuales circunstancias. Si los niños acuden a ellos y no pueden ofrecerles recursos, el niño se sobreactiva (pega, llora) porque no sabe manejarse, y no está recibiendo un adecuado sostén. Es fundamental para estos padres poder llegar a la calma; si no el cerebro no responde bien y entramos en un círculo de emociones descontroladas. Hablamos por tanto de la importancia de la calma en el entorno de los niños para que estos sean capaces de manejar sus emociones. Y ¿qué nos puede calmar? Una vez más, el contacto, la ternura, el cariño, la aceptación de las emociones, el no juzgarnos.

Adriana Marqueta Baile, doctora en Psicología. Paola Pérez Correas, psicóloga Sanitaria. www.psiquezaragoza.com

Adriana Marqueta es doctora en Psicología. Forma parte del equipo del psiquiatra Vicente Ezquerro. Experta en tratamiento de adicciones en la Unidad de Tabaquismo desde hace 14 años. Es formadora en aspectos relacionados con la Psicología, el coaching tanto deportivo como ejecutivo, la inteligencia emocional y la entrevista motivacional.

Paola Pérez Correas, es psicóloga sanitaria. Máster en Psicología Clínica, Legal y Forense por la Universidad Complutense de Madrid. Máster en Gestión y Dirección de Recursos Humanos. Forma parte del equipo del psiquiatra, Dr. Vicente Ezquerro, en las materias de Psicología Clínica y Psicodiagnóstico. Le avala su trabajo y experiencia en el trato con niños y adolescentes.  

Durante el confinamiento, atienden consultas online.

Información: 976224036 /consultaindependencia19@gmail.com