Algunos trucos para hacer hasta divertido el cambio de armario

En plena primavera y con el verano acechando es el momento de trazar un plan para sacar la ropa de la nueva temporada y guardar la más abrigada. Y es posible hacerlo sin morir en el intento.

Armario
Es recomendable hacer un pequeño plan antes de comenzar con la operación cambio de armario.
Pixabay

El paso de ropa de invierno a la de verano puede convertirse hasta en un reto divertido si uno se enfrenta a él con la intención de pasar un buen rato y aprovechar para organizar ese armario que necesita un buen repaso. Una limpieza estacional de las prendas de abrigo es obligada antes de guardarlas para cuando vuelvan a bajar las temperaturas. Y no hay que ir contrarreloj. Lo mejor es invertir cada día un poco tiempo en colocar todo correctamente para que el resultado final perdure unos cuantos meses. Esta sencilla guía puede servir para evitar agobios innecesario.

- El mal trago de deshacerte de ropa y accesorios. Uno de los momentos más complicados es decidir de qué prendas puedes deshacerte. Lo que te vas a quedar al 100% o lo que seguro que vas a regalar, donar o vender ya puedes separarlo. La decisión difícil gira alrededor de esos pantalones, camisas o zapatillas que sigues conservando por un "por si acaso" que parece que no va allegar porque a lo mejor hace tiempo que no te pones. Piensa si lo has llevado en el último medio año, si está rota o tiene alguna mancha díscola o si te está grande o pequeña. La respuesta a estas preguntas ayuda a clarificar las ideas.

- Los abrigos en perchas de madera y las camisas, abotonadas. La ropa de invierno ocupa mucho y debe guardarse bien protegida. Se debe guardar lavada pero sin suavizante ni lejía para evitar la posible aparición de manchas. A la hora de limpiar los abrigos o anoraks lo mejor es volver a leer las etiquetas para tener claro si se necesitan o no tintorería. En el caso de los abrigos lo menor es utilizar perchas de madera –son prendas pesadas– y con una bolsa de tela individual. Para evitar que prendas como las camisas se deformen, deben guardarse abotonadas. Las prendas de lana no hay que doblarlas en exceso, ya que ocuparán más, y pueden sufrir algún daño. 

- Aprovechar bien el espacio. Lo ideal es contar con un armario de invierno y otro de verano, algo que no está a la altura de todo el mundo. Por eso hay que tratar de aprovechar bien el espacio del que se dispone. Si no hay sitio suficiente para guardar las camisetas y los jerséis colgados, esta ropa se puede enrollar y meter en los cajones. Si se hace con cuidado, cuando la necesitemas saldrá sin arrugas. 

- Cajas, sacos de tela y organizadores. Las cajas resultan ideales para preservar algunas prendas pequeñas y accesorios, además de que quedan muy decorativas en los armarios. Las redondas son perfectas para pañuelos, bufandas, cinturones, fulares, gorros de lana o calcetines gruesos. Hay que tener en cuenta que las de tela o cartón transpiran más que las de plástico. Vale la pena elegir su tamaño y su forma en función del estante donde vayamos a colocarlas.Los complementos hay que colocarlos por separads y si las cajas pueden ir con etiqueta para saber lo que contienen, mejor que mejor. Los sacos de tela, que podemos reciclar, son perfectos para la lencería y las medias. Hay a quien le gusta tener los collares y los pendientes colgados a la vista en un tocador o en una caja de cristal. Es una buena opción para los que se suelen llevar a diario en cada estación. Para aquellos que se lucen en días más especiales o en otra época del año un cajón del armario de poca altura se puede convertir en un divertido organizador.

- Evitar el mal olor de los zapatos. Para evitar los amlos olores en el ropero lo mejor es guardar los zapatos de cada temporada en un armario  o una estantería independiente. Los más ordenado e higiénico es guardar cada par en una caja diferente para que no se estropeen ni cojan polvo. Hay que limpiarlos bien y darles una crema protectora. Lo recomendable es mantenerlos con su horma o con un papel de periódico en la punta para que no se deformen. Si uno quiere rizar el rizo puede elegir cajas iguales entre sí e identificar cada una de ellas con la foto de los zapatos. El resto, los que se van a utilizar más, se pueden exhibir. 

- ¿Y los bolsos? Los bolsos pueden convertirse en un perfecto elemento de decoración. Es muy habitual colgarlos en percheros. Otra buena opción es exponerlos como si de unas joyas se tratara en una estantería exclusiva para ellos. Esta disposición le irá muy bien a aquellos que pesan mucho. Si entre ellos está ese bolso de piel especial para el que se ha ahorrado o ha sido un regalo, y no se va a usar, lo aconsejarlo es introducirlo en una funda, los de calidad suelen venir acompañados de ella, y rellenarlo de papel de cebolla, no de periódico o de revista, para que no se deforme. Un paño de algodón blanco y seco es su mejor compañero de limpieza.

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