cocina con niños
Un espiralizador de verduras: el truco definitivo para que los niños disfruten comiendo sano
Estas herramientas culinarias permiten elaborar platos divertidos en los que las protagonistas siempre son las verduras.
"¿Qué hay hoy de comer?". Esta pregunta inocente, cuando sale de la boca de los más pequeños de casa, puede acabar en conflicto familiar. Aunque los niños saben que las verduras y el pescado son parte de su menú semanal, no todos aceptan la minuta con gusto, pues solo de pensar en estos productos se les pone la piel de gallina y se les disparan los niveles de pataleta (a ver si así consiguen que papá o mamá les preparen algo más rico). Por eso, a los adultos nos toca agudizar el ingenio e intentar dar con fórmulas casi milagrosas que hagan que los más pequeños disfruten del plato sin rechistar.
Una buena solución para convertir las verduras en recetas apetitosas que consigan que los niños se les caiga la baba es utilizar un espiralizador para que calabacines, zanahorias o, incluso, remolachas adquieran forma de espaguetis (objeto de deseo gastronómico infantil). De fácil uso, y perfecto para que den sus primeros pasos en la cocina, este utensilio se convertirá en nuestro aliado en la cocina para que los más pequeños aprendan a comer de todo.
Para intentar ayudarte, hemos rastreado en Amazon hasta dar con un 'gadget' que nos permita conseguir nuestro objetivo. El espiralizador de Sedhoom incluye cinco cuchillas intercambiables para poder cortar todo tipo de verduras y, además, es fácil de limpiar y de almacenar. También, por si algún pequeño nos quiere ayudar en la cocina, es un utensilio seguro, puesto que dispone de ventosas anti deslizamiento y las cuchillas quedan protegidas mientras no se está usando. ¡Aquí llega la solución para que tus hijos coman verdura!
¿Y qué plato preparamos con el espiralizador?
Aunque, poco a poco, os iréis dando cuenta de que este utensilio os va a servir para hacer numerosos platos y guarniciones, la mejor manera de empezar a darle uso (y de demostrarle a los más pequeños que comer rico puede ser, también, sinónimo de saludable) es haciendo un delicioso plato de ‘pasta’ con tomate frito y queso (¡su plato favorito!). Así, solo tenéis que lavar bien un calabacín y un par de zanahorias, pasarlas por el espiralizador hasta conseguir espaguetis coloridos y finitos. Después, si a los niños no les convence la textura del crudité, podéis saltearlos en una sartén con un poquito de aceite y sal, para obtener una textura más suave y aligerar el sabor de la verdura cruda.
Una vez listo el producto principal, hay que hacer el tomate frito casero, para lo que tendremos que saltear la carne de varios tomates con aceite de oliva y con una picadita de pimiento rojo, cebolla dulce, ajo y sal, hasta lograr una salsa sabrosa que deberemos batir para evitar los tropezones que tanto molestan a los más pequeños. Una vez conseguido un resultado homogéneo, solo queda añadir a la sartén nuestros espaguetis y un buen puñado de queso rallado y remover hasta que los elementos se fundan. ¿El resultado? Un plato saludable y... ¡para chuparse los dedos!
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