Zonificar y compartimentalizar
'Lo que la curva nos cuenta', por Nacho de Blas, profesor titular de la Universidad de Zaragoza.
Esta semana he impartido por videoconferencia un curso de doctorado en el Campus do Mar (un programa conjunto de las tres universidades gallegas y cinco portuguesas). Ya son tres ediciones explicando los fundamentos de los programas de vigilancia epidemiológica en sanidad acuícola. Dos elementos clave para el control de enfermedades en sanidad animal son la zonificación y la compartimentalización de las poblaciones.
Ambos conceptos están pensados para controlar más eficientemente la propagación de patógenos. Las zonas se definen como territorios claramente delimitados con similar estatus de enfermedad y mismo plan de gestión sanitaria. Esto me recuerda mucho la actual propuesta de desconfinamiento asimétrico por fases donde se toma como referencia la provincia.
Dentro de cada zona se pueden establecer excepciones: poblaciones con estatus sanitario diferente a la zona donde se ubican. Es lo que denominamos compartimentos, y en nuestro caso serían pueblos y ciudades.
El objetivo final es minimizar la transmisión del patógeno entre zonas hasta alcanzar una situación sanitaria homogénea mediante la restricción de movimientos entre diferentes zonas y compartimentos. Además, esta división de la población facilita la vigilancia de la evolución de la epidemia dentro de cada territorio. Este seguimiento a menor escala permite adoptar medidas específicas de forma más eficaz y rápida según las características diferenciales de cada lugar.
El plan de desconfinamiento propuesto se basa en este principio. Dependiendo de la evolución de la enfermedad las medidas serán diferentes y se aplicarán a ritmos distintos. Avanzaremos conforme se cumplan criterios, pero cuidado que se puede retroceder.
