sobre las tareas domésticas

¿A quién le toca poner la mesa, a mi hermano o a mí?

Es necesario que los niños entiendan que tienen obligaciones dentro de la casa y que colaboren con la familia asumiendo responsabilidades.

Los niños deben implicarse en la limpieza del hogar.
Los niños deben implicarse en la limpieza del hogar.

Las tareas domésticas son el caballo de batalla de muchas familias y, probablemente, uno de los principales motivos de discordia entre sus miembros, pero es preciso abordar las responsabilidades que conllevan y distribuirlas entre todos para lograr una convivencia constructiva y en paz.

Máxime en estos días, en los que cuidar el hogar debería convertirse en un trabajo en equipo, donde los niños juegan un papel importante. Su implicación en el ejercicio cotidiano les aporta un rico aprendizaje vinculado a su desarrollo y también, por qué no, supone una forma de entretenimiento en familia.

Expertos en educación infantil recomiendan que se vayan estableciendo pequeñas obligaciones desde la más temprana edad y adaptando las tareas a cada etapa evolutiva. Concretamente, el método Montessori, uno de los más reconocidos en el ámbito educativo, establece una tabla de actividades por edades que puede servir de orientación:

  • A los 2 y 3 años: puede parecer que es demasiado pronto para inculcarles responsabilidades domésticas, pero están capacitados para recoger sus juguetes en el cesto y sus cuentos en la estantería. También pueden ayudar a poner la mesa e ir aprendiendo a comer solos.
  • ​A los 4 y 5 años: es posible ayudar a sacar los platos y los cubiertos del lavavajillas y seguro que si se lo proponen, ordenarían su cuarto de forma muy eficiente a esta edad. Poner la mesa, vestirse y asearse son tareas que pueden desempeñar solos y que son convenientes que se trabajen en esta etapa. Ayudar a regar las plantas es gratificante y les hará sentirse bien con su contribución doméstica.
  • ​A los 6 o 7 años: es un buen momento para que se introduzcan en la cocina y echen una mano batiendo huevos o mezclando ingredientes. A este respecto, se les puede proponer que hagan ellos la ensalada, ayudándoles si es necesario a cortar según qué hortalizas o a que preparen el desayuno. Están capacitados para organizarse su mochila para el día siguiente y podrían convertirse en útiles ayudantes cuando toque quitar el polvo. Igualmente, es momento de hacerse la cama.
  • A los 8 y 9 años: la aspiradora, el lavavajillas y la lavadora no tendrán secretos para los niños con estos años. Ordenar y limpiar su habitación deberá ser una obligación y en la cocina podrá esmerarse con elaboraciones más complejas.
  • A los 10 y 11 años: la limpieza ya no debe limitarse a su cuarto, pues hay que enseñarles a limpiar el baño, los suelos o el polvo de las estanterías. Coser o planchar son actividades interesantes para su desarrollo o tender y cuidar de los hermanos pequeños.
  • A partir de los 12 años: salir de casa a comprar el pan o tirar la basura son buenas opciones para esta edad. También el bricolaje y las pequeñas reparaciones en casa son propuestas enriquecedoras.

Hay que procurar que las tareas del hogar no se conviertan en un suplicio diario, sino que se transformen en pequeños hábitos y en actividades para hacer en familia que pueden resultar muy reconfortantes. Los cuadrantes o turnos muy rígidos pueden ser contraproducentes y provocar el desánimo antes de empezar.

Desde el Gobierno de Aragón se ha difundido en estos días a los centros escolares un mensaje que fomenta la corresponsabilidad bajo el título '¿Qué puedo hacer en casa?'  y que recoge distintas tareas necesarias para llevar el día a día y de las que los niños pueden hacerse responsables. Desde el ejecutivo se afirma que "de esta situación saldremos con más madurez y autonomía". 

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