Las otras razones que explican la alta mortalidad de nuestros mayores

La vida de los mayores en residencias ha podido ser considerada como un mundo "aparte" y "quizá" no se le haya prestado la atención debida por parte del sistema de salud.

Marina Segura Ramos
Los bomberos de la Diputación de Zaragoza desinfectan la residencia de mayores de Belchite.
Los bomberos de la Diputación de Zaragoza desinfectan la residencia de mayores de Belchite.
Diputación de Zaragoza

La alta mortalidad entre los mayores españoles por el coronavirus, sobre todo en hombres, podría ocultar otras razones no tan evidentes, más allá del hecho de ser un grupo de riesgo por edad y sufrir patologías previas, algunas de índole social y que se retrotraen en el tiempo.

El demógrafo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y uno de los mayores expertos en envejecimiento del país Antonio Abellán esboza en una entrevista con Efe una serie de hipótesis acerca de esta sobre-mortalidad y posibles impactos futuros, pero lo hace con cautela porque los datos disponibles todavía son imprecisos e incompletos.

Estas son algunas de las razones y repercusiones que avanza el investigador:

- Con la crisis de 2008, que acabó con casi seis millones de parados, las familias podían haber "retenido" a los mayores en el hogar para ingresar una pensión o ayuda a la dependencia, y solo cuando los problemas de los mayores de 65 eran excesivos para la convivencia familiar se recurría a las residencias.

Es entonces cuando "podían haber llegado a las residencias muy deteriorados, especialmente frágiles. Irrumpe el coronavirus y diezma a la población residente", explica Abellán, quien puntualiza que faltan estudios de detalle para asegurarlo con absoluta certeza.

- Las dos últimas campañas de gripe/neumonía pudieron ser algo más benignas que en años anteriores, dado que se registraron inviernos más suaves. "Si se confirmasen estos extremos, podría haber sucedido que en años anteriores se produjera una mayor supervivencia de mayores y muy mayores, que en otras circunstancias hubiesen muerto".

En este caso, "tendríamos en la actual epidemia un número alto de personas mayores y muy mayores (más de 80 años) más débiles, más frágiles", subraya Abellán.

- La vida de los mayores en residencias ha podido ser considerada como un mundo "aparte" y "quizá" no se le haya prestado la atención debida por parte del sistema de salud. No se conoce si a muchos de los fallecidos en estos centros -muchos con patologías previas- les afectó el coronavirus, porque no se les hizo el test de detección viral.

Según recalca Abellán, estas personas tienen los mismos derechos que las que viven en viviendas familiares. "Quizá un descuido general (social, político, sanitario) ha podido influir en esta sobremortalidad en residencias", añade el demógrafo, que insiste de nuevo en que se precisan estudios.

- Otra hipótesis de trabajo es que las generaciones actuales de mayores, y especialmente los de más de 80 años, son nacidos en tiempos difíciles, como la Guerra Civil.

Aunque ahora son urbanos, proceden de un mundo rural con apenas dotaciones, equipamientos, y con bajo nivel educativo.

Estas condiciones de nacimiento e infancia - que sufrieron también sus madres en el embarazo-, con malas condiciones de vida, pueden haber afectado a su desarrollo y haber condicionado su salud, sus enfermedades y su muerte cuando llegan a la vejez.

A la espera de la clasificación final de causas de muerte, Abellán subraya que el patrón de edad de los fallecidos en la pandemia replica bastante al de los de gripe y neumonía "normales".

El 95,5 % de las muertes por la covid-19, según los datos disponibles, corresponde a personas de más de 60 años, mientras que el 95,8% de las muertes por gripe y neumonía en 2018 eran mayores de 60. Por tanto, parece "normal" que estas muertes de ahora (y la sobre-mortalidad que se observa) afecte a mayores, y muy mayores, sostiene el científico de CSIC.

- Hay una mortalidad masculina bastante más alta que la femenina -más acentuada de lo habitual - que podría deberse a que "tenemos generaciones con trayectorias hombre-mujer muy distanciadas en cuanto a hábitos y estilos de vida (más consumo de alcohol o tabaco y más sobreesfuerzos por parte de los hombres), lo que explicaría ese posible exceso de sobre-mortalidad.

Los datos del Ministerio de Sanidad "son incompletos y van con bastante retraso sobre la cifra total, además posiblemente no se incluyan fallecidos en algunas residencias", así que "necesitamos esperar" para tener más información, dice el experto. 

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