autonomía personal

"Colaborar en las tareas domésticas fomenta la autonomía personal de los niños y cohesiona a la familia"

Varias psicólogas explican la importancia de que los pequeños participen en las labores cotidianas del hogar siempre que estén adaptadas a su edad.

Es muy bueno que los niños se impliquen en las tareas domésticas.
Es muy bueno que los niños se impliquen en las tareas domésticas.
M.H.

“Vamos chicos, hoy pone la mesa Diego y la recoge María. Mientras, los papás nos encargamos de preparar la comida”. Esta frase, tan oída en miles de hogares, es mucho más que un reparto de tareas, es una manera de demostrarles a los más pequeños de la casa que ellos forman parte de las rutinas domésticas, algo muy positivo porque les hace sentirse una pieza importante del conjunto familiar.

Contrariamente a lo que algunos piensan, el reparto de las tareas domésticas no tiene que verse como una obligación impuesta y mucho menos como un castigo, ya que hacer pequeñas faenas, como poner la mesa, hacer la cama, elegir su ropa o recoger su cuarto, supone para los niños un ejercicio de responsabilidad que les ayuda a desarrollar habilidades que les serán muy útiles en un futuro más o menos cercano.

"A los niños les gusta sentir que son parte importante de la familia"

“A los niños les gusta sentir que son parte importante de la familia y al asumir estas pequeñas responsabilidades, lo sienten todavía más. Son tareas que tienen que ser acordes a su edad y que les permitan, entre otras muchas cosas, crear una serie de hábitos, como la disciplina o el trabajo en equipo. El hecho de hacer estas cosas dentro de su casa, en un entorno conocido, que les da seguridad, es clave para que en un futuro puedan extrapolar esta enriquecedora experiencia a otros contextos. El empezar a asumir tareas desde pequeños les genera confianza para enfrentarse luego a otros ámbitos de su vida, como el colegio, las relaciones entre iguales, o el mercado laboral”, matiza Verónica Nevado, psicóloga de Psiclades.

La realización de las tareas del hogar, además de ahondar en el desarrollo emocional, es muy beneficiosa a nivel cognitivo y motórico, ya que desarrolla muchos aspectos relacionados con la psicomotricidad fina y gruesa. Pero, en todos los casos, hay que tener en cuenta la edad a la hora de repartir lo que tiene que hacer cada uno, y más que la edad biológica hay que pensar en la fase en la que se encuentran dentro de su desarrollo emocional.

“Es muy importante elegir tareas acordes a su edad, de manera que no podemos cargar a los niños con cosas que no pueden hacer o todavía no están capacitados para hacerlas. Cada uno tiene que adquirir un rol en función de este aspecto tan importante. Y, sobre todo, hay que permitir que se equivoquen, porque el error es una fuente enorme de aprendizaje. Colaborar en el día a día de las tareas domésticas no solo fomenta la autonomía personal de los más pequeños, sino que cohesiona a la familia porque se dan cuenta de que todos son un equipo y hacen las cosas pensando en la comunidad”, afirma M.ª Cruz Herrera Sancho, orientadora de infantil y primaria del colegio zaragozano La Salle Montemolín.

Durante estos días en casa, los padres pueden aprovechar el tiempo extra que están pasando todos juntos para enseñarles a los niños a hacer tareas que antes se realizaban de forma automática por parte de los mayores, por falta de tiempo y, muchas veces, de paciencia. Es hora, por ejemplo, de enseñarles a hacer las camas a los más pequeños, ordenar su cuarto, o incluso a cocinar juntos. “Hay que intentarlo poco a poco, valorando su esfuerzo, tanto en las tareas domésticas como en las escolares. Hay que apoyarles y animarles, porque eso les da seguridad y mucha autoestima”, recuerda Mª Cruz Herrera.

Y por encima de todas las cosas, los profesionales insisten en que “no hay que cargarles de excesivas responsabilidades. Hay que ir poco a poco, pensando en sus capacidades. Solo así conseguiremos el objetivo propuesto, que no es otro que los niños colaboren mientras aprenden y se divierten”, concluye Verónica Nevado.

Los niños colaboran en la limpieza y orden de la casa.

Tareas domésticas por edades

De los 4 a los 5 años: ayudar a poner la mesa, vestirse y asearse solos, organizar los juguetes e incluso ayudar a regar las plantas.
De los 6 a los 7 años: preparar su mochila, hacer la cama, organizar su escritorio, ayudar a preparar el desayuno y quitar el polvo de los muebles.
De los 8 a los 9 años: bañarse solo, elegir su ropa, cuidar de la mascota, limpiar la habitación y ayudar a cocinar.
De los 10 a los 11 años: limpiar su habitación, tender la ropa o cuidar de su hermano pequeño.
A partir de los 12 años:
recoger la ropa y ordenarla en el armario, sacar la basura o incluso ir a comprar cerca de casa.

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