Qué hacer con niños
Ocho pruebas que demuestran que no hace falta mucho espacio para hacer una yincana en casa
Con un poco de imaginación, nuestro hogar puede convertirse en el circuito perfecto para poner a prueba la agilidad de los más pequeños de la casa.
Aislamiento social y cuarentena... con niños en casa. La crisis sanitaria nos ha obligado a todos, pequeños incluidos, a permanecer confinados en nuestro hogar. Así que toca tirar de imaginación y creatividad para entretener a los niños las horas en las que no se dediquen a las tareas educativas o a ayudarnos con las labores domésticas.
Nosotros tenemos un buen plan: una divertida yincana que entretenga durante toda la tarde a mayores y a pequeños. Eso sí, para lograrla muchos no podemos bastarnos con el mobiliario del hogar. Por eso, hemos rastreado qué podía ofrecernos Amazon para tal ocasión y hemos encontrado unas cuántas ideas (bastante asequibles) con las que un circuito dinámico y apto para casi todas las edades estará servido. Ahora: ¡que comience el juego y ganen los mejores!
¡Todos a ejercitar la memoria!
Este juego clásico requiere de la máxima atención para recordar las secuencias de luces y sonidos que va emitiendo. Lo podemos incluir en la yincana como transición entre pruebas, es decir, al finalizar una de ellas, no se puede pasar a la siguiente sin pasar por el Secuency de Tachán y poner a prueba nuestra memoria.
Una prueba matemática para ejercitar el cálculo mental
Las yincanas no solo tienen que ser divertidas, sino que además pueden ser educativas, y ayudar a paliar así la falta de clases de este periodo. Podemos incluir en esta actividad este 'pack' de seis dados de gomaespuma de 7,5 centímetros de longitud por cada cara. Con ellos, podemos retar a los más pequeños a realizar operaciones matemáticas.
En busca del objeto escondido
Encontrar cosas escondidas siempre es divertido, pero hacerlo entre un mar de bolas de colores es aún más divertido. Podemos aprovechar un rincón, una habitación más pequeña o si disponemos de alguna valla para esparcir las pelotas y esconder preciados objetos entre ellas, para que los niños tengan que buscarlas.
¿Quién tiene puntería?
Para probar la puntería de nuestros peques (y la nuestra), tan solo necesitamos hacer un abecedario con las letras de un tamaño un poco grande y colgarlo en la pared. Después, hay que decir palabras e intentar lanzar estas manos pegajosas a las letras que forman parte de esa palabra.
La torre... de la infinita paciencia
Habilidad y paciencia son dos claves que podemos potenciar en esta yincana a los más pequeños y, en concreto, a través de esta prueba. En ella, los niños deben apilar bloques de distintas formas y conseguir que no se derrumben. Este juego, además, es un 2 en 1, porque se puede emplear en otros juegos a modo de túneles o casa.
Carreras de relevos de sacos y cuchara (¡con huevo!)
El pasillo será nuestro aliado durante estas míticas pruebas que no pueden faltar en ninguna yincana que se precie. Así, de un extremo a otro y por turnos (pues conviene evitar toda clase de accidentes domésticos), los niños deberán llegar dando brincos hasta el otro lado metidos en sus sacos para coger la cuchara y el huevo (falso) que les espera y remontar, de nuevo el corredor para dar el relevo al siguiente hermano.
Que el ritmo no pare...
Con ayuda de este tapete que hace las de teclado, los más pequeños de casa tendrán que demostrar que, además de saberse la escala musical, de creatividad van servidos. Aunque cada padre lo puede adaptar a sus gustos, nosotros te proponemos un juego que no tiene mucha dificultad: reconocer los ocho instrumentos musicales que salen de sus botones. Y, después, si aún nos queda tiempo para superar la yincana, siempre podemos hacer una composición familiar a la que recurrir durante los futuros viajes en coche.
Formar palabras corriendo de un lado a otro
Como si del mítico Twister se tratase, una vez hemos montado al completo el puzle siguiendo el orden del abecedario solo tenemos que pensar unas cuantas palabras (adaptadas al nivel de cada niño) y pedirles que, señalando en el tablero, nos las deletreen. Así, además de poner a prueba su velocidad, repasarán sin darse cuenta (y divirtiéndose mucho) la asignatura de Lengua.
Y para los ganadores...
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