Tercer Milenio

En colaboración con ITA

El desmitificador

Plásticos, plastiquetes… y plastimitos

Pobres plásticos. Siempre son los malos de la película. Contaminan nuestros mares, envenenan a nuestros bebés, llenan nuestra comida de toxinas y disruptores endocrinos… Malos malísimos. Pero, ay, ¿y si todo fueran mitos? Hace un par de años ya descubrimos que rellenar las botellas de plástico no es tan peligroso como dicen (siempre y cuando las lavemos bien). Hoy, analizaremos los mitos alrededor del reciclaje. Porque si reducimos, reutilizamos y reciclamos, no hay ningún problema en seguir usando plásticos. Son unos materiales estupendos.

Desmontando los bulos alrededor de la seguridad y la ‘reciclabilidad’ de los diferentes plásticos
Desmontando los bulos alrededor de la seguridad y la ‘reciclabilidad’ de los diferentes plásticos
Heraldo

La lista de mitos sobre el reciclado de plásticos es interminable. Basta con hacer una rápida búsqueda en Google para encontrarnos con una tontería detrás de otra: desde que los numeritos dentro del triángulo del reciclaje indican la toxicidad hasta que tienen que ver con lo seguro que es calentarlos en el microondas, pasando por mensajes tan terroríficos como incoherentes: ‘Elige bolsas de plástico sin toxinas’. En fin, un festival. ¿Qué hay de cierto en todo esto? Entre poco y nada. Vamos a desmitificar.

Verdadero o falso

El famoso numerito dentro del triángulo solo indica el tipo de plástico. Es como los dorsales en el fútbol –nos permiten identificar al futbolista (bueno, en este caso, el material) con un simple vistazo. Si no, ¿cómo distinguiríais a simple vista una botella de polietileno de alta densidad de una hecha de PVC? La clasificación de los plásticos da para jugar un partido de fútbol sala nada más. Y es que esta clasificación considera que hay solo siete tipos de plásticos. Hacer aquí un listado de siete palabrejos químicos serviría de poco, así que mejor aprovechar la sección para lo importante: desmontar los bulos alrededor de la seguridad y la ‘reciclabilidad’ de los diferentes plásticos.

En torno a la seguridad circulan por ahí distintos mitos. Algunos dicen que "los números más altos son los más peligrosos". Mentira. De nuevo: los números son únicamente una clasificación. ¿Es más peligroso Messi que Cristiano Ronaldo por llevar un diez en vez de un siete en su dorsal? Pues eso. En el caso de los plásticos, los números más altos indican lo siguiente: el 5 es polipropileno, el 6 es poliestireno (sí, como el famoso "poliespán, poliespán" que cantaban Los Gandules), y el 7 no es más que un cajón de sastre para encajar a todos los materiales que no tienen un número específico asignado. Tal vez lo único reseñable en torno a estos números es que es preferible evitar calentar los envases de poliestireno –el plástico clasificado como número seis– en el microondas. Eso y que se recicla fatal. Por lo que lo más recomendable es intentar no utilizarlo mucho.

Otros asustaburras descerebrados sugieren que los plásticos "realmente peligrosos y tóxicos" son el 3, el 6 y el 7. Sobre estos dos últimos ya hemos hablado en el párrafo anterior, así que centrémonos en el 3: el policloruro de vinilo, más conocido como PVC. La supuesta toxicidad del PVC varía en función de la página web que leáis. Unos dicen que libera ‘disruptores endocrinos’ como el bisfenol-A. Otros, que suelta ‘ftalatos’, sin especificar muy bien qué problemas podría tener zamparnos estos compuestos. Por partes: es cierto que, muchas veces, los fabricantes añaden ftalatos al PVC como plastificantes –para hacer el plástico más flexible y blandito–. Pero el PVC hace mucho que no se usa en alimentación, no es verdad que se use en botellas de aceite, bandejas de comida o papel film. El PVC se usa en cosas más ‘industriales’ como carteles y lonas publicitarias, suelos (y suelas), recubrimiento de cables… En fin, que no te lo comes.

Tipos de plástico y recomendaciones de uso
Tipos de plástico y recomendaciones de uso
Aecosan

Sobre el tema del microondas, lo mejor es olvidarse por completo de los numeritos. Lo que realmente indica si podemos utilizar un plástico en el microondas es un símbolo específico, no el triángulo del reciclaje. Para comprobar si un plástico –o, en general, cualquier cacharro de cocina– puede calentarse sin problema, buscad un símbolo que suele ser un rectángulo con entre tres y cinco líneas onduladas dentro, y generalmente acompañado de las palabras en inglés: ‘Microwave oven safe’. Para más información, lo mejor es fiarse siempre de agencias oficiales como la Aecosan o la EFSA, que velan por la seguridad de los consumidores.

Y sobre el reciclaje, de nuevo volvemos a la analogía de los dorsales. ¿Es más reciclable Benzema que Piqué? Pues lo mismo. Que dos plásticos tengan el mismo número no quiere decir que se reciclen de la misma manera. De hecho, hay ciertos objetos de plástico que es mejor no tirar al contenedor amarillo (juguetes, biberones, utensilios de cocina…). La clasificación a la hora de reciclar no tiene que ver con el tipo de plástico sino con el proceso que se utiliza para separarlo y reciclarlo. Ejemplo: tanto las tarrinas de yogur como los cubiertos desechables suelen hechos de poliestireno (PS, triangulico 6), y sin embargo los primeros se reciclan y los segundos no. ¿Por qué? Todo tiene que ver con el proceso de reciclado. Al llegar a la planta de reciclado, los cubiertos son muy difíciles de separar y reciclar debidamente. No sale rentable. Así que, ya sabéis, mejor elegid cubiertos de verdad o alguno que esté hecho de materiales compostables.

De propina

Seguramente que, más de una vez, algún colega del curro os ha pedido que, por favor, no tiréis los taponcicos de las botellas. Que se los deis, que los guarda para llevarlos todos juntos a no sé dónde, que recaudan fondos para no sé muy bien qué causa benéfica. ¿Pero qué sin sentido es este? Pues resulta que tiene sentido, queridos amigos. Resulta que si tiramos la botella entera, con su tapón…, ¿cómo lo separan las máquinas? Además de no saber desenroscar tapones, se ve que las torpes máquinas –veréis cuando se alcen con el poder…– tampoco llevan muy bien separar las botellas de PET (1) de los tapones, que normalmente son de polipropileno (PP, 5) o de polietileno de alta densidad (PEAD, 2). Así que… ¿quién mejor que un humano para separar todo esto manualmente? Es razonable que los tapones estén muy cotizados. De todas maneras, la tendencia actual es intentar fabricar las botellas y los tapones del mismo material reciclable, y que el tapón vaya unido a la botella de forma permanente. Así es todo mucho más fácil.

Para saber más

Si alguna vez tenéis alguna duda sobre plásticos, acudid al blog de Yanko Iruin (@elbuhodelblog). Ahí, este catedrático de Química de la Universidad del País Vasco –que también ha revisado esta edición del Desmitificador– ha desmontado todos los mitos habidos y por haber sobre estos materiales.

Fernando Gomollón-Bel Químico y divulgador científico @gomobel

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