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  • Esperanza Pamplona

Miedo al miedo

Jóvenes procedentes de Italia protegidas con mascarillas a su llegada esta semana al aeropuerto de Manises (Valencia).
Jóvenes procedentes de Italia protegidas con mascarillas a su llegada esta semana al aeropuerto de Manises (Valencia).
Biel Aliño/Efe

Un hombre va conduciendo y de repente se queda ciego. Otro conductor le ayuda y también pierde la visión. Este fenómeno se va extendiendo entre la población. Cunde el pánico. Se segrega a los afectados. Pero de nada sirve. El pánico hace mella, emergen los instintos más atávicos y relega la civilización a sus formas más primitivas. El problema no es la ceguera que acaba afectando a toda la humanidad, el verdadero monstruo es el miedo. Así describía una epidemia similar a la que estamos viviendo José Saramago en su ‘Ensayo sobre la ceguera’. Un apocalipsis sin apocalipsis.

Las agencias de viajes dicen que la cancelaciones no se producen por temor al contagio, la gente no quiere pasar una cuarentena en el extranjero. Se están acumulando alimentos, robando mascarillas y desinfectante de manos.

No se trata de cuestionar las medidas de aislamiento. Seguro que son necesarias, pero que en estos casos la política informativa debería ser más estricta. Igual que en redes se censura un pecho o un asesinato debería haber un control sobre los bulos que generan una alarma innecesaria. Desde los tutoriales para hacer mascarillas con papel higiénico a quienes aconsejan qué alimentos conviene almacenar. La ignorancia es la peor de las cegueras.

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