entrevista

Daniel Nesquens: "No soy un autor de princesas. En mis textos figura la vida"

El pasado mes noviembre, el escritor zaragozano Daniel Nesquens ganó el XVII Premio Anaya de Literatura Infantil y Juvenil con su novela ‘Mi abuelo tenía un hotel’, que se publicará en abril. Entre tanto, hemos charlado con él y nos ha contado cosas tan interesantes como estas:

El escritor zaragozano de Literatura Infantil y Juvenil (LIJ) Daniel Nesquens
El escritor zaragozano de Literatura Infantil y Juvenil (LIJ) Daniel Nesquens
Raquel Labodía

Otro premio. Pero... ¿para qué sirven los premios?

Los premios son buenos como campaña publicitaria. En bastantes casos son la reafirmación a un buen trabajo.

¿Para cuándo el Nacional de Literatura Infantil y Juvenil?

Soy aragonés, de Aragón. O sea, que complicado. Alguien debería comprobar de qué comunidades son los miembros del jurado que otorgan este galardón, por ejemplo, en estos últimos 30 años.

¿Qué es para ti una novela de calidad?

Bueno, eso es algo subjetivo. Como lector, es aquella que me ilusiona, que los personajes no son inocentes estereotipos o abstracciones, sino que van más allá del simple ‘carne y hueso’. Y si encima el estilo, la palabra, la narrativa son brillantes...

¿Qué papel desempeña el humor en la literatura y en la educación?

Decía Monterroso que encontraba difícil dar respuesta a las preguntas que le hacían ya que tendía a bromear y quedaba como frívolo. Pero que, si se ponía serio, quedaba como un tonto. El humor es todo. Podría ser una asignatura que se impartiese en el cole. ¿Por qué no? Pero, claro, antes debería impartirse a los docentes cuando cursan la carrera.

No es la primera vez que la figura del abuelo tiene protagonismo en tus novelas. ¿Hay alguna razón? ¿Es la familia fuente de inspiración literaria?

La razón es que la familia forma parte de la vida. También hay una justificación literaria. Y es que me permite, utilizando estas figuras, acercar mi costumbrismo a los lectores. Me posibilita narrar de una forma algo diferente. No soy un autor de príncipes, princesas, nomos, brujas… En mis textos figura más lo cotidiano: la vida. Y en la vida están las personas. Bueno, también los perros. Y los gatos. No me olvido de los gatos.

¿Escribes pensando en los ilustradores?

Las ilustraciones terminan de decir lo que yo no he escrito. En algunos casos de forma calculada, claro. Me encanta pensar que mi texto lo va ilustrar cierto ilustrador. Sobre todo los álbumes. Me fascina ese trabajo final. Pero, por desgracia, son muchas las veces que el nombre del ilustrador lo determina el editor. Y me parece correcto, para eso es editor.

Charlas, encuentros, talleres... La presencia de los escritores en la escuela parece obligada.

Hay encuentros y desencuentros. En algunos casos, maestros y alumnos han hecho un trabajo estupendo. Es fantástico cuando esto sucede. En otros, por suerte cada vez menos, la presencia del autor en el cole es la misma que la de un maestro en un taller de conformación de termoplásticos.

¿Qué les dirías a maestros y padres para azuzar el gusto por la lectura?

Que compren buenos libros. Y menos chuches y más magdalenas de hornos artesanos. Lo peor es cuando una persona asegura que su hijo no lee, sabiendo que ella tampoco lo hace.

¿Te atreves con nuestro test ‘megarrápido’? Se llama ‘7libros’.

¡Pues claro!

Un libro que no pudiste acabar.

Uno, no, algunos más.

El que siempre relees.

‘Contra todas las cosas’, de Jesús Jiménez Domínguez.

Un clásico.

‘La isla del tesoro’.

Ese que tanto te hubiera gustado escribir.

‘Stoner’, ‘El intérprete del dolor’, ‘Luz de juventud’…

El último que te han regalado.

‘La herencia’.

Y el último que has regalado.

‘Me llamo Lucy Barton’, de Elizabeth Strout.

Un libro que te haya inspirado.

‘Cuando el mundo era joven todavía’, de Jürg Schubiger. 

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