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Esta Navidad, me lo pido todo, todo, todo

Son pequeños, pero tienen sus propios gustos y, además, son exigentes. Y elegir entre el juguete que quieren y el que les conviene no es fácil, sobre todo, cuando se trata de mantener viva esa llama de la ilusión y la sorpresa que solo tiene la Navidad.  

El exceso de regalos, además de sobreestimular al niño, le puede hacer creer que puede conseguir todo lo que pide
El exceso de regalos, además de sobreestimular al niño, le puede hacer creer que puede conseguir todo lo que pide
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Son niños y lo quieren todo, todo, todo. Y, además, tienen sus propios gustos y son muy exigentes, incluso en ocasiones intransigentes, a la hora de pedir sus juguetes y regalos a Papá Noel o a los Reyes Magos, o a los dos, que suele ser lo más habitual.

Bien aleccionados, por supuesto, los adultos nos esmeramos en ofrecerles juegos y juguetes educativos, que promuevan valores, y de socialización, tan imprescindibles para su desarrollo evolutivo como para aprender a crear relaciones sociales. Pero, por mucho que nos empeñemos: "¡Es Navidad! Y tenemos que ser más flexibles y tolerantes con lo que puedan pedir los niños en estas fechas", exclama María González, psicóloga clínica y doctora, miembro de la Asociación Aragonesa de Psicopedagogía, que destaca lo importante que es para los pequeños mantener vivo ese punto de ilusión y de sorpresa que solo tiene la Navidad. "Ya es hora –añade– de que tengan ese juguete que han pedido. Ya les regalaremos ese libro educativo, que tanto nos interesa a los padres que lean, para su cumpleaños". Ahora, toca ser más flexibles.

"Valoran más tener esos dos juguetes que han pedido que quince, que acabarán en el trastero"

Habrá que encontrar, pues, la manera de conjugar, de hacer compatibles, ambos intereses sin ponerle freno a la ilusión infantil, a sus deseos, pero sin dar al traste con las expectativas de los padres. Dejándonos guiar por la psicóloga, podemos empezar por sentarnos una tarde en familia –la comunicación es muy importante– y, con el consabido catálogo de juguetes en mano, animarles a que hagan una lista, que se intuye interminable, con todos los juguetes que quieren, para, después, ayudarles a seleccionar, aplicando los filtros correspondientes. "Y, si piden veinte cosas –incide–, pues habrá que dejarlo en tres, y que ellos decidan, respetando sus gustos y teniendo en cuenta el aspecto económico de cada familia".

Dos o tres, mejor que quince

En este caso, la cantidad importa, ya que, si al final se juntan con un excesivo número de juguetes, «les estamos consintiendo», sin olvidar que "van a valorar mucho más esos dos o tres juguetes que han pedido que quince, que no sepan que hacer con ellos y que a los cuatro días acaban en el trastero", añade González. Lo mejor, y para conjurar el llamado síndrome del niño hiperregalado: un pequeño detalle para Papá Noel, por ejemplo, y reservar ese regalo más valioso para Reyes. O al revés. El exceso de regalos, además de sobreestimular al niño, le puede hacer creer que puede tener todo lo que pide, lo que reduce su capacidad de reacción ante la frustración y puede generarle insatisfacción y aburrimiento. "¡A los tres días, ya se ha cansado de los juguetes!", exclama.

"Los niños deben aprender que no es fácil conseguir las cosas"

Como adultos, González argumenta que es nuestra responsabilidad hacerles entender que de esos cincuenta regalos que han marcado en el catálogo, por ejemplo, en realidad solo van a utilizar tres. Además, los niños tienen que aprender a valorar que no es fácil conseguir las cosas; que igual no se han portado tan bien como ellos piensan; y que, de los cincuenta, solo pueden tener uno.

En esta difícil tarea de filtrar se torna imprescindible la comunicación, con preguntas del tipo: ¿Por qué quieres ese juguete?, ¿cuánto lo utilizarías...?. Esta dinámica, además, nos será muy útil a la hora de "relegar a un segundo plano la necesidad de ese juguete que está tan de moda y agotado hace semanas, porque todos los niños, mediatizados por la publicidad, quieren los mismos juguetes –comentan el tema en clase, con los primos...–. No digo que haya que reprimir esa tendencia, pero sí debería quedar en su segundo plano", afirma la psicóloga.

Y, si un niño pide una casita de muñecas, a por ella; igual que si una niña quiere un balón o un camión 

Bonito, útil y sorprendente

Es el momento de combinar el capricho con algo que pueda resultar más práctico, que no sea del todo inútil, que tenga alguna función para cada niño, aunque cada uno sea un mundo y cada edad tenga sus juguetes adecuados. "Un puzle, por ejemplo, para ese niño al que le cuesta mucho trabajo hacer manualidades, que le va a permitir trabajar la coordinación de las manos", puntualiza. Porque se pueden regalar muchas cosas "bonitas y sorprendentes, con más utilidad de la que parece, y sin que nos quede esa sensación de haber tirado el dinero". También podemos hacer regalos que nos brinden la oportunidad de compartir nuestro tiempo con ellos. Y, si un niño pide una casita de muñecas, a por ella, igual que si una niña quiere un balón de baloncesto o un camión. "Esos perfiles –matiza la psicóloga– se deberían suavizar y los padres tenemos que saber neutralizar esos contextos, aunque, lamentablemente, sigue habiendo pasillos de juguetes solo de niñas o solo de niños". La coeducación es fundamental y este es un buen momento para practicarla. ¿Y si nos piden una pistola? Pues vuelta al diálogo, a la comunicación: "Podemos preguntarles –ejemplifica González–,¿por qué me pides eso?, ¿has visto u oído algo que...? Y hacerle entender que una pistola es algo peligroso que no puede tener cualquiera".

El móvil, regalo estrella

A la hora de abordar el tema de las nuevas tecnologías –nadie cuestiona que, una vez más, móviles, tabletas y portátiles volverán a convertirse en los regalos estrella de esta Navidad–, la psicóloga opina que no debemos excluirlas, porque los niños "deben estar integrados en su entorno social" y que somos los adultos los que tenemos que poner "límites y normas" ;pero también afirma que ningún niño debería tener un móvil antes de los 12 años, en la preadolescencia. "Esa es la edad crítica, cuando se produce el cambio del colegio al instituto y tienen ya otras necesidades de comunicarse que, desde luego, no tienen en la primaria", asevera. Y, por supuesto, si el regalo elegido es un ‘smartphone’, habrá que hacerles ver que han de saber manejarlo, "porque un móvil puede generar situaciones complicadas, que no deben enviar fotos...". En definitiva y haciendo balance: "Mucha comunicación, sentido común y que, entre todos, seamos capaces de mantener la ilusión de la Navidad", concluye María González.

La ‘regla de los cuatro regalos’

Con dos o tres regalos es suficiente. Conviene evitar el exceso de juguetes para que valoren lo que tienen
Con dos o tres regalos es suficiente. Conviene evitar el exceso de juguetes para que valoren lo que tienen
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A modo de mantra, en estos días de consumismo exacerbado, corre como la pólvora por las redes e internet, la ya famosa ‘regla de los cuatro regalos’, que, aunque de procedencia ignota, al parecer, siguen y recomiendan desde hace ya muchos años educadores, psicólogos y padres. La ‘regla de oro’ establece que, para acertar en Navidad, lo mejor es regalar a los pequeños: algo para llevar puesto, es decir, algo práctico, como zapatos, ropa, complementos (lo práctico); algo para leer (libro, revista, cómic, en su versión tradicional, o un ‘ebook’ o ‘ereader’, en la digital), aquí entra en juego el aspecto educativo, teniendo en cuenta los gustos del niño; algo que realmente necesite y que le vaya a ser de utilidad en sus tareas escolares y extraescolares;y, por fin, ese juguete que tanto ansía y desea, y que sea adecuado para su edad.

Jugar, sí, pero sin riesgos

Otro aspecto que preocupa, o debería preocupar a los padres, a la hora de elegir los regalos es que los pequeños puedan disfrutar de los juguetes sin ningún riesgo. Y, en este sentido, expertos en seguridad y certificación, como TÜV Rheinland, recomiendan seguir las siguientes pautas:

1.- Comprobar que en el embalaje está la ‘Marca CE’, por la que el fabricante certifica que el artículo cumple las exigencias de seguridad de la Unión Europea.

2.- Asegurarse de que en el embalaje o etiquetado figura el nombre, la marca del producto y la dirección en Europa del fabricante o importador.

3.- Seleccionar siempre los juguetes apropiados a la edad y habilidades del niño, teniendo en cuenta la mínima y máxima recomendada.

4.- Leer con atención las advertencias sobre los peligros inherentes al juguete y los riesgos de daños que entrañe su uso, haciendo caso de todos los consejos que se indican en las instrucciones. Además, se debe guardar siempre este libro de instrucciones.

5.- A la hora de montar los juguetes, se deben seguir las recomendaciones del manual de instrucciones, evitando que los pequeños estén durante el proceso, si eso puede ocasionarles algún perjuicio.

6.- ¡Cuidado con las pilas!, pues los más pequeños no saben que son tóxicas y pueden querer llevárselas a la boca para probarlas. Es mejor evitar los juguetes que contienen pilas de botón, pero, si no es posible, conviene asegurarse de que la tapa solo la pueda abrir un adulto. También hay que tener especial precaución con los juguetes magnéticos, cada vez más habituales. Los imanes son un peligro para la salud infantil y pueden provocar lesiones graves, por lo que tienen que haber pasado el control de calidad.

7.- Estar muy atentos a las piezas diminutas, porque conllevan riesgo de atragantamiento.

8.- Los más pequeños nunca deben estar solos, así que se aconseja acompañarles mientras juegan. Es importante que padres y madres se involucren en sus juegos, fomentando los juegos en familia, que fortalecen el vínculo familiar, así como descubrir nuevas habilidades y formas de aprendizaje.

9.- En el caso de videoconsolas o dispositivos tecnológicos, conviene llevar a cabo una serie de medidas específicas, siguiendo la recomendación de los expertos: controlar que juegan un tiempo prudencial, comprobar si el juego es educativo, teniendo en cuenta su clasificación por edad, desactivar el GPS o activar el control parental y las restricciones de uso que consideren necesarias.

10.- Si el juguete no cumple con alguno de los requisitos o lleva implícitos riesgos no advertidos, se puede denunciar en los organismos de atención al consumidor.  ¡Feliz Navidad!

En familia, podemos animarles a que hagan una lista con todos los juguetes que quieran para, después, ayudarles a seleccionar
En familia, podemos animarles a que hagan una lista con todos los juguetes que quieran para, después, ayudarles a seleccionar
Aránzazu Navarro

LAS CLAVES

¡Es Navidad! Tenemos que ser más flexibles y tolerantes con lo que puedan pedir los niños para mantener la ilusión.

Hacer una lista de juguetes o regalos. Juntos, en familia, podemos hacer una lista con todo lo que piden para, después, ayudarles a seleccionar.

Evitar el exceso de juguetes. Con dos o tres regalos es suficiente. Conviene evitar el exceso de juguetes para que valoren lo que tienen.

Comunicación. También podemos hacer regalos que nos brinden la oportunidad de compartir nuestro tiempo con los hijos.

Coeducación. Tendremos que neutralizar los contextos sexistas y violentos, a la hora de asesorarles sobre su elección.

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