De Berlín a París pasando por Kioto

Las reticencias de los países ricos, sobre todo Estados Unidos, han frenado pactos más ambiciosos desde la primera reunión, en 1995.

Un miembro de la tribu masai protesta durante la cumbre de Durban en 2011.
Un miembro de la tribu masai protesta durante la cumbre de Durban en 2011.
ALEXANDER JOE/AFP

Los primeros informes científicos sobre el calentamiento del planeta y los desastres ecológicos de la década de los 80 (Chernóbil, principalmente) dispararon la conciencia ecológica en el mundo. Las nuevas inquietudes impulsaron la redacción, en 1992, tras la Cumbre de Río, de una Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que entraría en vigor en 1994 y que se marcaba como objetivo la estabilización de las concentraciones de gases de efecto invernadero con el fin de impedir interferencias antropogénicas (causadas por el ser humano) en el sistema climático. Para que los fines de la convención se cumplieran, la ONU convocó una reunión anual, la COP (Conferencia de las Partes -Conference of the Parties-, en inglés), cuya primera sede fue Berlín. Acuerdos de mínimos, la reticencia de los países ricos, especialmente Estados Unidos, y también sonoros fracasos han marcado la historia de las COP.

COP1: Berlín 1995

Sin acuerdo para reducir las emisiones. La COP1 fue una buena demostración de que la lucha contra el cambio climático se iba a encontrar con grandes obstáculos. No existía aún el consenso científico que sí hay hoy sobre los efectos de la mano del hombre en el calentamiento global y, en cualquier caso, los participantes plantearon objetivos ciertamente modestos: reducir las emisiones de los gases de efecto invernadero en el año 2000 al nivel de 1990. Pero no hubo acuerdo.

COP2: Ginebra 1996

Primeros avances. Por consenso, representantes de 150 países reconocieron en Suiza la necesidad de fijar «objetivos cuantitativos legalmente vinculantes» de limitación de las emisiones de gases de efecto invernadero por los países industrializados. En el documento se hablaba de «reducciones significativas con un calendario preciso, como 2005, 2010 y 2020», aunque los detalles se dejaron para el año siguiente.

COP3: Kioto 1997

Objetivos concretos. La COP más recordada. 39 países desarrollados se comprometieron a reducir sus emisiones el 5,2% de media, lo que significaba regresar a los niveles de 1990 y 1995 entre el 2008 y el 2010. La Unión Europea fue un poco más allá y cerró una reducción del 8%, mientras que Estados Unidos y Canadá se quedaron en el 7%. Sin embargo, el Congreso norteamericano no ratificó el acuerdo, que en 2001 fue rechazado por la administración de George W. Bush. Fue entonces cuando comenzó a visualizarse las resistencias de Estados Unidos ante cualquier acuerdo internacional sobre el clima.

COP6: La Haya 2000

La era de los fracasos. Las dificultades para implementar los acuerdos de Kioto se apreciaron claramente en las COP 4, 5 y 6, que fueron, en líneas generales, un fracaso. Así se vio, por ejemplo, en La Haya, donde se constató el rechazo de Estados Unidos a cualquier avance en la lucha medioambiental. Tan mal acabaron las cosas en la ciudad holandesa que esta COP6 se repitió meses después en Bonn. Entonces sí, los participantes apremiaron a poner en marcha el protocolo de Kioto.

COP10: Buenos Aires 2004

Implementando Kioto. Siete años después de su firma, por fin, el protocolo de Kioto estaba a punto de entrar en vigor (lo hizo en febrero de 2005). Pero las cumbres de 2004 y 2005 se centraron en planificar qué ocurriría después del fin de Kioto, previsto para 2012. En general, las discusiones sobre la etapa post-Kioto centraron las cumbres de la primera mitad de la década del siglo XXI. Por ejemplo, en 2007 se firmó el Plan de Acción de Bali en esta ciudad indonesia, sobre la necesidad de repensar qué hacer a partir de 2012. También fue aquí cuando se comenzó a hablar de la necesidad de compensar económicamente a los países más pobres, que se veían doblemente afectados por la emergencia climática: no podían desarrollarse como los ricos si querían cumplir los acuerdos y el aumento de temperaturas los iba a afectar más gravemente, como en las islas del Pacífico.

COP15: Copenhague 2009

Dos grados. La llegada de Obama a la presidencia de Estados Unidos pareció abrir una nueva etapa en los acuerdos climáticos y el objetivo de que la temperatura del planeta no subiera más de dos grados era aceptado por todos. Pero las expectativas volvieron a ser más grandes que la realidad. En 2009, los países emergentes, incluida China, llegaron a un pacto con Estados Unidos por el que se comprometían a declarar sus emisiones, pero sin medidas concretas para reducirlas. La Unión Europea y los países en vías de desarrollo rechazaron las conclusiones.

COP18: Doha 2012

Etapa post-Kioto. Kioto estaba a punto de morir, pero no había nada efectivo que lo sustituyera, principalmente por las dificultades que planteaban Estados Unidos y otros países industrializados. Haciendo de la necesidad virtud, y ante la incapacidad de los gobiernos para llegar a acuerdos más ambiciosos, los participantes en la COP18 decidieron dar una segunda vida al acuerdo de Kioto y prorrogarlo hasta 2010.

COP21: París 2015

¿Se cumplirá? ¿Será suficiente? El mayor hito de las COP. Más que nunca antes, el acuerdo (que está previsto que entre en vigor en 2020) ofrecía compromisos concretos: todos los países participantes, más de 200, acordaron reducir sus emisiones, especialmente los más ricos; los más desarrollados también movilizarían 100.000 millones de euros anuales para compensar a los pobres; y se fijó que la temperatura del planeta no podría subir más de dos grados. Pero la emergencia climática está demostrando que va más rápido que los compromisos, que además están cogidos con pinzas, así que las dos preguntas que dejó París fueron: ¿Se cumplirán los acuerdos? Y los firmantes ¿no se quedaron demasiado cortos?

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