educación

La escuela, lista para la Cumbre del Clima

La próxima semana, todos los medios de comunicación hablarán de la celebración de la Cumbre del Clima 2019 COP25 en Madrid. Es un buen momento para replicar la conferencia en cada escuela, en cada hogar.

Jóvenes estudiantes durante la manifestación por la emergencia climática, celebrada el pasado mes de septiembre en Zaragoza
Jóvenes estudiantes durante la manifestación por la emergencia climática, celebrada el pasado mes de septiembre en Zaragoza
Guillermo Mestre

Las escuelas, como escenarios de desarrollo personal y cumpliendo con la misión social de construir cultura colectiva, deben favorecer la comprensión de los fenómenos que definen la vida actual, que a la vez enmarcan el futuro.

Unicef, entre otras organizaciones, en su informe sobre ‘El Impacto del Cambio Climático en la Infancia en España’ alerta de que niños y jóvenes sufrirán más, ahora y en el futuro, las consecuencias de la crisis climática, al menos en su salud y en su bienestar objetivo. Por eso, las escuelas no se pueden mantener en silencio; serían, en cierta manera, cómplices de algunos extravíos. A lo largo de la próxima semana, durante la celebración en Madrid de la Cumbre del Clima COP25, todos los medios de comunicación traerán noticias sobre el clima. Es un buen momento para replicar en cada escuela la conferencia. Aquí va una propuesta:

Unicef alerta: niños y jóvenes
sufrirán las consecuencias de la crisis
climática en su salud y bienestar

1.- Enseñar para entender la vida. Mientras llega la tan deseada reformulación curricular que considere la vida como parte primordial del quehacer escolar, hay que atender a cuestiones urgentes que implican en lo personal, pero que afectan también a mucha gente por todo el mundo. Antes de empezar, el profesorado debe ser consciente de que la cambiante dinámica meteorológica exige una aproximación curricular muy diferente a la que traen los libros, tan llenos de contenidos climáticos estáticos. Son muchas las repercusiones de esos cambios climáticos, variados los asuntos sobre los que se va a hablar en la COP25, pero una cumbre escolar debería afrontar especialmente la relación entre cambio climático y salud infantil y juvenil. Precisamente, acaba de publicarse en ‘The Lancet’, ‘La cuenta atrás sobre cambio climático y salud’, que debería ser conocida por el profesorado y debatida en el Consejo Escolar y el Claustro para tomar medidas urgentes. http://www.lancetcountdown.org/2019-report/.

Escolares de primaria del CEIP Valdespartera de Zaragoza participan en la plantación de árboles para hacer un nuevo parque
Escolares de primaria del CEIP Valdespartera de Zaragoza participan en la plantación de árboles para hacer un nuevo parque
Ayuntamiento de Zaragoza

2.- Los aprendizajes para el futuro. Estos aprendizajes forman el eje curricular. Lo que en esta semana se haga es importante, pero se queda en anécdota si no forma parte de un plan secuenciado, progresivo, a varios años vista, que tendrá sus efectos también en la madurez del alumnado. El calendario escolar reclimatizador durará varios años. Por eso, no gasten todas las energías esta semana; programen actividades a lo largo de todo el curso.

3.- La necesaria búsqueda de información. Siempre es importante manejar una rigurosa información. El profesorado debe acudir a la que proporcionan organismos serios internacionales. Hay que contrastarla y animar al alumnado a que la siga ampliando. Una vez seleccionada, debe ayudar al alumnado a reconocer en qué se nota el cambio climático, cuáles han podido ser sus causas, en qué otros países pasa lo mismo, cómo nos afecta, cuánto durará. Convendría que en la pizarra o PDI se escriban las causas en una columna y las consecuencias en otra. Ayudaría mucho unir con flechas las que están relacionadas. Digan a los escolares que subrayen en verde aquellas que afecten a la salud de las personas.

El calendario escolar reclimatizador debería durar varios años

4.- Las fases del debate. Cada clase, cada centro, son conglomerados vivos en los que deambulan o se consolidan deseos, opiniones, sensaciones y seguridades. Son ámbitos idóneos para exponer, debatir y llegar a conclusiones en relación con lo anotado en la fase anterior, para retomar empeños propios o para asumir compromisos colectivos. Convendría, en el contexto de un proyecto sobre la relación entre cambio climático y salud personal, que el centro organizase clubes de debate a los que asistirían lo mismo alumnado que profesorado, además del personal técnico o de servicios. Se puede invitar a personas expertas o colectivos que hablen del tema o aspectos que más preocupan. Incluso, no estaría de más, programar alguna sesión en horario de tarde para que puedan asistir las familias. Es una manera de hacer colectivo.

5.- La imprescindible gestión ambiental de los centros. En una tarea colectiva como esta no sirve mirar solo hacia afuera buscando culpables. La adaptación al cambio climático es una asignatura pendiente en muchos colegios e institutos, debería inscribirse tanto en la gestión de los edificios como en los desplazamientos de toda la comunidad educativa. También, claro está, en los currículos. Por eso, cada centro debe utilizar la revisión anual del Proyecto Educativo como un lugar de encuentro para imaginar futuros menos impactantes en la salud de los escolares. Ese documento, convertido en compromiso más saludable, deberá ser leído varias veces a lo largo del curso para animar acciones y despejar dudas.

El centro educativo debería redactar un compromiso y firmarlo

6.- Recuerdos climáticos para cada día. Pídanle al alumnado que cuente algún episodio propio relacionado con el calentamiento global y la crisis climática. Al hilo de estos relatos, hay que conocer, también el alumnado según su maduración o capacidades, algunas cosas que pasan o pueden pasar. Del reciente informe de ‘The Lancet’, aquí referenciado, anotamos que los más jóvenes se verán más afectados por enfermedades infecciosas, que se incrementarán las enfermedades respiratorias, los daños en la vida y el bienestar por episodios meteorológicos críticos; hay más amenazas que se pueden minimizar. Por ello, hay que convertir cada día en una experiencia positiva frente al cambio climático.

7.- Hay que decir "no" a la indiferencia climática. Convendría que cada cual, tanto el profesorado como el alumnado, seleccionase alguna causa o consecuencia de las anotadas en la fase tres, ante la cual se ve más afectado. Ayudaría mucho que se comprometiese, de forma voluntaria, a hacer algo por mitigarla. En cualquier caso, debe dejar escrito en algún lugar sus compromisos, para valorar, pasado un tiempo, cómo le ha ido.

La cumbre escolar debe relacionar cambio climático y salud infantil

8.- Las alianzas con otras entidades o escuelas. Seguro que en la misma localidad o en otras próximas hay escuelas que trabajan por el clima. Es fácil encontrarlas en internet. Búsquenlas y adapten las estrategias que les convengan.

9.- La emoción de lo bien hecho para uno mismo y los demás. ¡Ah, y no tengan prisa! Dediquen las jornadas necesarias. Dejen que el alumnado de su aula exponga sus conclusiones y compromisos en clases diferentes, que hagan de visitadores. No los agobien por lo que no hacen bien, más bien anímenlos a gestionar mejor su contribución a una vida más sana para sí mismos y para todas las personas; reconózcanles su contribución a hacer el ambiente saludable. Pídanles que anoten en la pizarra a lo largo del curso las acciones positivas consolidadas. Si pueden, convénzales de que el clima es bastante nuestro, de todos.

10.- Un Manifiesto para la reconversión climática. Con lo aportado por todas las clases, el centro debería redactar/acordar, en una sesión colectiva con representantes de cada clase, su manifiesto/compromiso de centro para la mitigación y adaptación al cambio climático. Esa declaración debe volver a las clases para ser firmada por quienes lo deseen. Después, ha de ser expuesto, junto con una reseña de todas las actividades, en la web del centro. Contar lo que se ha hecho dentro y fuera de la comunidad educativa ayuda a creer y crecer como colectivo. Por eso animamos también a difundirlo en la red.

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