Los anillos de boda o alianza, cuya tradición se remonta a tiempos inmemoriales, son un elemento muy importante durante la celebración del matrimonio como símbolo de la duración de su unión a lo largo del tiempo. Varias son las teorías que tratan el origen de esta simbólica figura. La primera la sitúa en tiempos de los bárbaros. Esta civilización utilizaba grilletes o argollas para capturar a las mujeres de otros pueblos que iban conquistando y convertirlas en sus esposas.

La segunda señala a los egipcios como sus inventores, ya que este pueblo simbolizaba el amor como un círculo, porque para ellos no tenía ni principio ni fin. La tercera de las teorías señala a los romanos como los primeros que siguieron la tradición de llevar un anillo de boda. La entrega de esta joya por parte del hombre a la mujer simbolizaba la promesa y la confianza que se depositan el uno en el otro con la celebración del matrimonio.

¿Por qué en el dedo anular?

El anillo para sellar la alianza matrimonial se coloca durante la boda en el dedo anular de la mano izquierda. En la antigüedad, se pensaba que este dedo tenía una vena que iba desde el dedo directa al corazón, por lo que representa el amor. No fue hasta el siglo XIII cuando la Iglesia los aceptó como un símbolo de la unión de dos corazones.

Otra teoría de origen cristiano señala que los anillos de boda se deben colocar en el dedo medio. Durante la ceremonia, los contrayentes pronuncian una serie de frases mientras pasan las alianzas del dedo pulgar al anular. El hecho de colocarlo en la mano izquierda responde a que la mayoría de la población es diestra y, por lo tanto, el anillo interferirá menos en las actividades diarias de las personas que los llevan.