¿Sabes cuáles son los miedos más raros de los españoles?

La amaxofobia, la eufobia o la fobofobia son solo algunos de los temores más extraños que existen. Todos ellos impiden tener una vida plena a quienes los padecen.

Una fobia es un miedo irracional, persistente y excesivo.
Una fobia es un miedo irracional, persistente y excesivo.
Pixabay

El miedo es una emoción natural e inevitable provocada por la percepción de un peligro. Pero, en ocasiones, puede desembocar en un problema de salud importante. Cuando esto sucede y lo que sentimos es irracional, persistente y excesivo, ese temor pasa a denominarse fobia. El cine de terror ha llevado a la gran pantalla los miedos más comunes y universales, como la claustrofobia o el pánico a las arañas. Pero el mundo de las fobias va mucho más allá de la ficción, y lleva a las personas a evitar toda situación relacionada con el objeto de su espanto: incapacita y limita. Los síntomas de cualquier fobia se manifiestan en forma de ataque de pánico, falta de control, dolor de cabeza, pensamientos negativos reiterados, taquicardias, sudoración, temblores, molestias de estómago o agotamiento muscular.

Fobias extrañas

Además, existen determinadas fobias poco conocidas que afectan a la vida diaria de miles de personas. En España se calcula que alrededor de un 6% de la población sufre algún tipo de fobia. Entre los terrores obsesivos más extraños se encuentran, por ejemplo, la tripofobia, es decir, el pavor a los agujeros, y la crematofobia o pánico al dinero. La somnifobia es un temor excesivo al acto de dormir y, la fobofobia, es el miedo al propio miedo. Los pacientes con hipopotomonstrosesquipedaliofobia sienten horror al pronunciar palabras largas o vocablos complejos. También destacan la eufobia, sufrida por aquellas personas que están constantemente preocupadas por recibir buenas noticias, y la ergofobia, un trastorno propio de quienes temen acudir a su puesto de trabajo.

Conducir: la peor pesadilla de los amaxofóbicos

La incapacidad que sienten determinadas personas cuando conducen o saben que tendrán que hacerlo pronto es conocida como amaxofobia. Mientras cerca de un 30% de los conductores españoles reconoce tener ansiedad al conducir, un 7% padece un miedo realmente extremo, por el que se sienten incapacitados para sentarse al volante y poner en marcha cualquier vehículo.

Con el objetivo de concienciar sobre la influencia de la amaxofobia en nuestro país, una marca automovilística lanzó un anuncio sobre el asunto en clave de terror el pasado mes de octubre. Fue solo comienzo de una iniciativa que pretende crear debate sobre la amaxofobia con el hashtag #VenceALaAmaxofobia en Twitter, y así buscar una solución para combatirla.

La Fundación CEA, del Comisariado Europeo del Automóvil, también ha mostrado su solidaridad con la causa, impartiendo formación gratuitas para ayudar a las víctimas de accidentes de tráfico a vencer su miedo al volante. Esta organización asegura que, para superar la amaxofobia, los afectados deben ser conscientes de su problema y ejercitar técnicas de exposición al volante y estrategias emocionales para abordarlo con eficacia. Lo más adecuado sería combinar la psicoeducación con prácticas controladas en un circuito cerrado que enseñaran a conducir con efectividad, sobre todo en las situaciones más complicadas.

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