"Más jamón!, que para eso soy un fenómeno", cuentan que decía Juan Belmonte cuando llegaba a un banquete. Georgina Rodríguez parece dispuesta a superar en autoestima al legendario torero. Antes muerta que sencilla, la pareja del futbolista portugués Cristiano Ronaldo se ha ido de vacaciones a Cádiz y no le ha bastado con alojarse en el hotel más exclusivo que ha encontrado. Ha tenido que imponer sus condiciones y medidas especiales para ella, su madre, su hermana, sus hijos... Y hasta para Pepe, el gato. Porque ese minino (en adelante, don Pepe) se da más importancia que Belmonte y Georgina juntos. Se paseaba por el hotel como si fuera no la mascota que es, sino un distinguido cliente de los de Visa platino.

De nada ha servido que en el Royal Hideaway Luxury Hotel Sancti Petri le explicaran a Georgina que allí los animales de compañía no pueden circular libremente por el recinto. La joven criada en Jaca tiene sus propias normas y considera que los demás deben acatarlas sin objeción alguna... ¡Que para eso es una fenómena! El hotel se arriesgó a que otros huéspedes se quejaran. Porque don Pepe es un gato esfinge, o gato sin pelo, y así de entrada a quienes no estén familiarizados con ese tipo de mascotas puede producirles más dentera que arañar una pizarra. Dicho sea esto sin el menor ánimo de herir la sensibilidad del pobre animalito, ni de ningún otro ejemplar de su especie...

Mientras Cristiano Ronaldo daba el cante con su equipo en la pretemporada de la Juventus en China, Georgina Rodríguez hacía lo propio en Chiclana. El delantero convirtió en viral su sorprendente empujón a un policía chino. El agente intentaba controlar a un espontáneo cuando Ronaldo saltó sobre el uniformado propinándole un empellón considerable. No venía a cuento en absoluto y el policía se quedó perplejo. Pero Cristiano, que por algo es un fenómeno, le aclaró que se trataba de una broma... Y tan amigos. No se descarta que el agredido terminara pidiéndole un autógrafo.

A 2.500 euros la noche

Georgina Rodríguez da el cante de otra manera. Por alegrías. Lo suyo es el lujo y la ‘dolce vita’. Los apartamentos del hotel donde decidió alojarse tienen tres habitaciones, cocina, ‘jacuzzi’, varios baños y terraza, y cuestan 2.500 euros la noche. Pero no le bastaba. Antes de su llegada al hotel, su equipo de representación se encargó de exponer la irrenunciable lista de peticiones. Entre otras, que colocaran césped artificial en la zona exterior, así como una piscina hinchable para sus cuatro chiquillos y trato VIP (‘very important pet’) para el gato... No quedó ahí la cosa. También exigía que su habitación tuviera una decoración de estilo oriental con detalles como velas e incienso. Porque para qué saberse en Cádiz pudiendo sentirse en Bali...

Madre biológica de Alana Martina, una bebé de 20 meses, Georgina Rodríguez tiene también a su cargo a dos mellizos de 2 años y a un niño de 8, Cris Junior, que ya se ha hecho su primer tatuaje (de momento, temporal). A sus 25 años, la novia de Cristiano es muy activa en sus redes, donde promociona varias marcas de moda deportiva y aprovecha también para difundir mensajes sobre lo mucho que disfruta ejerciendo de mamá. Pero, por si acaso, cuando viaja se lleva con ella a dos niñeras, además de a dos guardaespaldas.

Igual que una estrella del rock, la caprichosa Georgina se mueve por el mundo en ‘jet ‘privado. Y encima lo pregona. La suya es una ostentación sin mala conciencia. En una fotografía aparecía en Instagram instalada en la cabina de su avión junto a su prole. Tres niños apiñados en un asiento y Pepe (el aristogato don Pepe), en sus amorosos brazos.

¿Suenan campanas de boda entre Cristiano y Georgina?