Europa prepara nuevas aventuras espaciales y su presencia en la "aldea lunar"

En el año 2023 astronautas europeos se integrarán previsiblemente en la misión tripulada que orbitará la luna.

La "aldea lunar", que inicialmente será solo robótica, servirá durante las próximas décadas para completar la exploración del satélite natural de la Tierra,
La "aldea lunar", que inicialmente será solo robótica, servirá durante las próximas décadas para completar la exploración del satélite natural de la Tierra
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La Agencia Europea del Espacio (ESA) trabaja en las próximas aventuras lunares, con misiones tanto robóticas como tripuladas, y en el horizonte vislumbra ya la construcción, en colaboración con las grandes agencias espaciales del mundo, de una "aldea lunar".

La "aldea lunar", que inicialmente será solo robótica, servirá durante las próximas décadas para completar la exploración del satélite natural de la Tierra, pero también como el trampolín para continuar la exploración del Sistema Solar, con Marte como primer y principal objetivo.

En el año 2023 astronautas europeos se integrarán previsiblemente en la misión tripulada que orbitará la luna, y un año después podrían también formar parte de la tripulación que volverá a alunizar, un nuevo hito que Europa quiere aprovechar para que una mujer pise por primera vez la luna, una hazaña que podría protagonizar la astronauta italiana Samantha Cristoforetti.

Con motivo del cincuenta aniversario de la llegada del hombre a la luna y para repasar el pasado, el presente y el futuro de los programas de la ESA centrados en misiones lunares, varios científicos han comparecido ante la prensa en las instalaciones que la Agencia Europea tiene en la localidad madrileña de Villanueva de la Cañada.

Cuatro décadas después de la última misión tripulada, la luna vuelve a estar en el punto de mira de las agencias espaciales, que trabajan en varias misiones, unas humanas y otras completamente robotizadas, para profundizar en el conocimiento y explorar la posibilidad de utilizar sus recursos (como el agua) para reducir el coste de la vida de los futuros exploradores lunares.

Sin esos recursos, todas las provisiones deberían enviarse desde la Tierra, con el enorme coste que eso supondría, han señalado los expertos, que han apuntado además la posibilidad de establecer factorías de "combustible lunar" que pudieran abastecer a cohetes que despegarán desde allí hacia otros lugares del Sistema Solar.

El científico de la ESA Mark Kidger ha repasado hoy algunos de los aspectos más curiosos y menos conocidos de la misión Apolo 11, y entre éstos ha citado que ni estaba previsto que esa nave fuera la primera en alunizar ni que el astronauta Neil Armstrong fuera el primer hombre en pisar su superficie.

Algunas teorías apuntan que Armstrong usó su autoridad para bajar la escalera antes que Buzz Aldrin, aunque la hipótesis más probable, aunque menos prosaica, es que la puerta estaba más cerca de Armstrong y era materialmente imposible que ninguno de los otros astronautas pudiera salir, tal y como estaban colocados y con los voluminosos trajes ya enfundados.

Kidger ha explicado además las razones por las que no se ven estrellas en las fotos que se tomaron desde la luna (hubieran necesitado dar mil veces más de exposición a esas fotos para que salieran las estrellas) y ha recordado que 35 años después de la misión, en el año 2004, se descubrió de forma accidental una imagen de la Tierra reflejada en el visor de Aldrin.

La científica Santa Martínez ha repasado el papel "clave" que Europa y España han desempeñado en muchas de las principales misiones espaciales y la importante aportación que han tenido las instalaciones de Fresnedillas (Madrid), el Centro Europeo de Astronomía Espacial de la ESA en Villanueva de la Cañada, o la Estación de Seguimiento de Satélites de Espacio Profundo en Cebreros (Ávila).

Santa Martínez ha destacado además la contribución científica y tecnológica española en misiones de exploración lunar (como Smart-1, que se prolongó entre 2003 y 2006) o en los programas de investigación en Marte (programas Mars Express o Exomars) y la importancia que esa investigación va a tener en los próximos años.

El científico Bernard Foing, director del grupo internacional de Exploración Lunar de la ESA, ha incidido en la trascendencia que va a tener la "aldea lunar", que inicialmente será exclusivamente robótica, y en el interés de las principales agencias espaciales del mundo en esta instalación, en detrimento eso sí de la Estación Espacial Internacional (ISS).

Europa dispondrá el próximo año de su primer acceso a la superficie lugar, ya que suministrará el sistema de aterrizaje a la misión rusa "Luna 27" que se posará cerca del polo sur lunar, y está además ultimando un sistema de comunicaciones y un "taladro" para recoger muestras y traerlas a la Tierra para su análisis.

Todo para poder utilizar la Luna como trampolín para continuar la exploración espacial, pero también para conocer las zonas más inexploradas del satélite, que podrían preservar claves ocultas hasta ahora y revelar cómo comenzó la vida en la Tierra hace más de 3.000 millones de años.

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