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La familia real de Sharjah o cómo perder un linaje de 400 años por las drogas

El fallecimiento en Londres del diseñador Khalid Qasimi tras una descontrolada fiesta deja al jeque de Sharjah sin línea sucesoria. Su linaje gobernaba desde 1600 y ya perdió a su primogénito en 1999 por una sobredosis

El diseñador Khalid Qasimi fue enterrado con honores de Estado en Sharjah
El diseñador Khalid Qasimi fue enterrado con honores de Estado en Sharjah
Gervasio Sánchez | EPA

El pequeño pedacito de tierra de Sharjah es uno de los siete territorios que componen los Emiratos Árabes Unidos (EAU). Un enclave que desde 1972 dirige Sultan bin Mohamed al Qasimi y que esta semana se quedó sin heredero que sostuviera su linaje. Tras el fallecimiento del diseñador de moda Khalid, en Londres, no habrá Qasimi que pueda optar a un trono que ha sido ocupado por la misma familiades de el año 1600. Las causas de la muerte no se conocen y no hay confirmación oficial, pero los tabloides británicos han informado abiertamente de que el consumo de drogas y una larga noche de sexo y fiesta estarían detrás de la muerte.

En realidad, Khalid no tenía por qué tener la necesidad de mantener el linaje. Para ese puesto ya estaba su hermano mayor, Mohamed, quien corrió exactamente la misma suerte en 1999, cuando murió, también en Londres, por una sobredosis de drogas. El fallecimiento de Khalid todavía no tiene respuesta oficial, ni tampoco se informó de la causa de la muerte de Mohamed, aunque sí se sabía que este último era adicto a la heroína y que había pasado por clínicas de desintoxicación. En el suelo, en el cuarto de baño de la residencia de Mohamed de East Grinstead, al sur de Londres, se hallaron varias jeringuillas.

Peligros de palacio

Se abre ahora un periodo de incertidumbre en un emirato que ya en 1987 vivió un golpe palaciego. El actual jeque sobrevió a la traición de su propio hermano, Abdelaziz. Sin hijos varones que puedan ocupar el puesto de responsabilidad, es de esperar que aumenten las tensiones en el pequeño territorio. Ya se había señalado, quizá porque Khalid había empezado una exitosa carrera como diseñador de moda, que el trono lo podría ocupar Sultan Bin Mohamed bin Sultan, hermano de la segunda esposa del emir.

Quizá movido por las adicciones que había sufrido su hijo mayor, y que se sospecha que también habían atrapado al modisto Khalid, Sultan, inauguró el año pasado en Sharjah un centro de tratamiento de las adicciones, con la promesa de erradicar su consumo.

Rebosante de petrodólares, Sharjah es el tercer emirato más grande de los EAU. Los hijos del jeque llevaban un estilo de vida occidental en Londres, pero eso no significa que los súbditos de Sharjah puedan gozar de libertades. Desde 2001, el emirato se rige por unas duras normas islamistas que afectan a libertades fundamentales (por ejemplo, las relación entre personas), que cuentan con un código de vestimenta y que incluso prohíben el alcochol.

El viejo jeque, que habla perfectamente castellano, ha visitado en varias ocasiones España y, en concreto, Granada.

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