Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Aquellos maravillosos inventores

Los 'dollonds', mucho más que telescopios

Tan famosos y demandados llegaron a ser los telescopios Dollond, los únicos que montaban la combinación de lentes que anula la aberración cromática, que durante la segunda mitad del siglo XVIII y parte del XIX, el término ‘dollond’ se popularizó como sinónimo de telescopio. John Dollond inventó y patentó la lente acromática en 1758, año en que fue distinguido con la prestigiosa Medalla Copley de la Royal Society. Años después, en 1765, su hijo Peter la mejoraba al inventar una lente acromática triple.

Telescopio Dollond que perteneció a Friedrich Neumann.
Telescopio Dollond que perteneció a Friedrich Neumann.

Nacido en el seno de una familia de emigrantes franceses, John Dollond (Londres, 1706-Londres,1761) siguió la tradición familiar y se dedicó al tejido y comercio de la seda. Sin embargo, sus inquietudes iban mucho más allá de los telares, por lo que aprovechaba cualquier oportunidad y tiempo libre para estudiar y formarse por su cuenta en materias tan dispares –y alejadas de su oficio– como matemáticas, astronomía, lenguas clásicas y óptica. Esta última disciplina se convirtió en su gran pasión y principal foco de interés, lo que le llevó a montar un pequeño taller junto a su vivienda donde se encerraba a investigar, estudiar y también a inventar y perfeccionar distintos aparatos ópticos.

Sus trabajos no pasaron desapercibidos y John fue adquiriendo una creciente reputación que le llevó a entablar relación con científicos, inventores y profesionales de la óptica, que se acercaban a su taller para conocer sus investigaciones e inventos de primera mano.

Es en este punto de la historia cuando entra en escena su hijo mayor, Peter (Londres, 1730-Londres, 1820), quien, contagiado por la pasión por la óptica de su padre desde la infancia, en 1750 decidía abandonar el negocio familiar de la seda en el que se había iniciado y abrir una pequeña tienda y taller de instrumentos ópticos en Londres, la Casa Dollond. La aventura empresarial le salió bien y dos años más tarde, su padre daba el paso, abandonaba el sector textil y se asociaba con su primogénito en la rebautizada Dollond & Son.

En pocos años el establecimiento de los Dollond adquirió prestigio y fama por la calidad de sus instrumentos. Establecida definitivamente a partir de 1761, cuando John Dollond fue designado óptico del rey Jorge III y del Duque de York y Albany. Cargo del que apenas pudo disfrutar, pues fallecía poco después.

Invento y patente

Pero antes de eso, en 1758, John Dollond inventaba la lente acromática para uso en telescopios con la que conseguía anular la aberración cromática –la aparición de franjas coloreadas alrededor de la imagen– en los telescopios. Combinaba una lente cóncava fabricada con vidrio Flint y otra convexa de vidrio Crown que se contrarrestaban entre sí, con lo que se conseguía eliminar dicha perturbación. Publicó estos resultados en 1758, al tiempo que, a sugerencia de su vástago, patentaba su nueva lente acromática –con lo que se garantizaba la exclusividad de su fabricación y el éxito del taller familiar–.

Los telescopios Dollond, los únicos que montaban su lente acromática, pasaron a ser los más demandados y famosos. En 1766 el emperador Federico El Grande encomendaba a su embajador en Londres la adquisición de dos de ellos. Y personajes como Thomas Jefferson y Lord Nelson también se personaron en el establecimiento de los Dollond para hacerse con uno de sus telescopios. En su expedición para observar el tránsito de Venus, el capitán Cook llevó a bordo un ‘dollond’. De hecho, durante la segunda mitad del siglo XVIII y parte del XIX el término ‘dollond’ se popularizó como sinónimo de telescopio, especialmente en la Royal Navy.

Tras la muerte de su padre, Peter no dudó en enfrascarse en numerosas batallas legales para asegurar que su taller mantuviese el derecho y exclusividad de la patente paterna, ante los intentos de sus competidores de invalidarla atendiendo a que no era una idea original. Pero Peter no se conformó con eso y, en 1765 y ya con su hermano pequeño como socio, perfeccionaba y mejoraba la lente de su padre, al inventar la lente apocromática o triple lente, que combinaba dos lentes convexas de vidrio Crown y una bicóncava de vidrio Flint. En torno a 1780, el propio Peter desarrollaba las primeras lentes bifocales, aplicando el mismo principio de las lentes compuestas, que combinaban dos hemisferios o partes con cristales de diferentes propiedades ópticas.

¿Idea propia o prestada?

¿Cómo un modesto comerciante de seda y óptico aficionado llegó a ser óptico del Rey? Hacia 1750, la óptica estaba inmersa en un debate entre Isaac Newton y Leonard Euler respecto a la posibilidad o imposibilidad de anular las franjas coloreadas alrededor de la imagen (aberración cromática) en los telescopios combinando distintos tipos de lentes. Newton había sido el primero en investigar sobre esta posibilidad y había llegado a la conclusión de que no era posible. Pero, en 1747, Euler sugirió que sí era factible. Como buen británico, la inclinación inicial de Dollond fue posicionarse a favor de Newton –llegó a escribir a Euler para rebatirle–. Sin embargo, a partir de 1757, se propuso experimentar al respecto, probando diferentes combinaciones de lentes que finalmente le llevarían a la invención de la lente acromática para uso en telescopios.

Mucho se ha especulado sobre qué llevó a John Dollond a modificar su posicionamiento y, más aún, si su lente acromática era una idea original o si la había tomado prestada. Sobre todo a raíz de que saliese a la luz que, unos cuantos años, antes el jurista y óptico aficionado Chester Moor Hall había ideado una lente doble al combinar una lente cóncava de vidrio Flint y una convexa de vidrio Crown que eliminaba en gran medida la perturbación cromática. Lente que nunca llego a patentar ni comercializar ni tan siquiera publicitar. Más aún, en su afán de mantener en secreto su invención, Hall encargó la fabricación de cada una de las lentes a dos ópticos distintos, pero que, casualmente, para cumplir con el encargo subcontrataron al mismo fabricante de lentes: George Bass, cuyo taller sería visitado, en 1757, por John Dollond, ya establecido como óptico profesional. Es muy probable que tuviese entonces constancia de la invención de Hall, que luego Dollond acabaría de pulir.

Lente de heliómetro Dollond datada en 1790
Lente de heliómetro Dollond datada en 1790
Universidad de Viena

Otros instrumentos

Los últimos años de John Dollond resultaron ser especialmente fructíferos. Desarrolló el heliómetro: un telescopio que montaba una lente compuesta o dividida en dos sectores o hemisferios que permitía medir el diámetro del sol y el ángulo entre este y otro cuerpo celeste.

Perfeccionó el micrómetro de Savey, aplicando el mismo principio de la lente integrada por dos mitades con distintas propiedades.

Miguel Barral Técnico del Muncyt

Esta sección se realiza con la colaboración del Museo Nacional de Ciencia y Tecnología

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