educación

18 preguntas para medir el bienestar y la salud emocional de tu familia

Hoy planteamos una serie de cuestiones y puntos clave para aprender a potenciar unas buenas prácticas emocionales y hacer frente a la inseguridad, la baja autoestima, los comportamientos compulsivos e impulsivos y el malestar emocional en el ámbito familiar.

El cariño y el contacto son fundamentales.
El cariño y el contacto son fundamentales.
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Interconectar es un objetivo vital de las personas. Sentimos la necesidad de compartir experiencias y conocimientos con los demás. Es parte de nuestra naturaleza. En ocasiones dejamos de ser y nos confundimos con el tener o el hacer y creamos defensas y corazas para proteger y salvaguardar la vulnerabilidad y la sensibilidad. Continuamente nos adaptamos a las situaciones, a los prejuicios, a los estereotipos, a los cambios de paradigmas, a las nuevas realidades de entornos familiares, socioeducativos y laborales. La voluntad, las actitudes, el respeto, la empatía, las habilidades sociales, la comprensión y la regulación de las emociones suelen ser claves para interpretar el pasado, vivir el presente y edificar el futuro personal, académico y profesional. La presencia y la participación en el entorno escolar son fundamentales.

A continuación, voy a exponer una serie de cuestiones y puntos clave para aprender a potenciar unas buenas prácticas emocionales y para hacer frente a la inseguridad, la baja autoestima, los comportamientos compulsivos e impulsivos y el malestar emocional:

1. ¿Miras a los ojos y observas en silencio? ¿Antes de hablar, has parado, has dejado a un lado la tecnología, has respirado y has buscado complicidad en las miradas y en el contacto con tacto? ¿Has preguntado y comprendido tus necesidades? Hoy en día las personas estamos interconectadas virtualmente con personas a larga distancia y, sin embargo, desconectamos de la realidad más próxima.

2. ¿Ofreces cercanía y confianza? ¿Estás siendo tolerante con la diversidad y te das cuenta de que todas las personas somos únicas, valiosas e irrepetibles? El cariño y el contacto amoroso y cuidadoso son fundamentales.

3. ¿Has sentido rechazo, abandono emocional, te quejas, protestas, criticas y juzgas a menudo? ¿Has ofrecido apoyo, asesoramiento, tiempo libre, soluciones e ideas creativas?

4. ¿Tienes sensaciones de malestar, de quemazón, de hastío y de hartazgo? La expresión de emociones y la comunicación son imprescindibles para sentirnos mejor.

5. ¿Escuchas activamente? Es muy favorable para la salud afectiva sentirse una persona atendida, acogida, acompañada, comprendida y escuchada.

6. ¿Potencias el autocuidado? ¿Has buscado hoy momentos placenteros y buenos para compartir en familia? A veces perseguimos la aprobación y la exhibición, sin darnos cuenta de que una de las cosas más importantes es valorarnos y realizar actividades que nos produzcan bienestar en el día a día.

7. ¿Reconoces y aceptas?, ¿exiges mucho a las personas de tu alrededor? Sentirnos personas valoradas y con mérito nos ayuda a tener más seguridad. Acepta y respeta tus propios pensamientos y opiniones y las de las demás personas.

8. ¿Abrazas a los tuyos a menudo? El contacto tierno y cariñoso calma y beneficia al organismo. Quien se da tiene coraje.

9. ¿Focalizas la atención en los talentos, las fortalezas y en las capacidades? Cada persona poseemos ciertas habilidades y cualidades positivas, que nos describen como personas individuales y nos diferencian de las demás personas. ¿Te comparas con las demás personas y te enfadas y solo consigues frustraciones? Al mejorarnos cada día y sacar la mejor versión de cada uno de nosotros, nos sentimos mejor.

10. ¿Colaboras y apoyas las decisiones de los demás? Si dejamos que los menores elijan de manera autónoma y tomen sus propias decisiones, les dejamos que se equivoquen y que rectifiquen, crecerán, aprenderán y madurarán más.

11. ¿Sabes afrontar los problemas con soluciones alternativas y creativas?, ¿a cuántas personas has respaldado y apoyado, hoy?

12. ¿Te cuesta poner límites? Desde la parte firme y amorosa, desde el cariño y el respeto también podemos poner normas para hacer reflexionar y ofrecer ejemplo y consejos cargados de seguridad.

13. ¿Te has puesto en sus zapatos y en sus pies?, ¿se han puesto en tu lugar alguna vez?, ¿has sanado tus cicatrices emocionales?

14. ¿Has recurrido a los castigos, frecuentemente?, ¿has reconocido tus fallos y dificultades y has pedido disculpas?, ¿reconoces que cometes errores?, ¿te han pedido perdón alguna vez? Las equivocaciones forman parte de la vida. Cualquiera puede cometer fallos, el error es no rectificar.

15. ¿Cómo es tu convivencia con otras personas de tu entorno?, ¿compites con ellas?, ¿fiscalizas delante de los menores al profesorado, o las conductas y las crianzas de las otras personas?

16. ¿Creas una atmósfera favorable? Ni eres más que nadie, ni menos que las demás personas. ¿Practicamos la igualdad y la equidad?

17. ¿Has sonreído, dado las gracias y jugado hoy? Las personas adultas nos olvidamos a menudo de parar, hacer micropausas para respirar con tranquilidad, permanecer en calma y fomentar la parte lúdica de la vida.

18. ¿Nos entrenamos? Ser conscientes de las propias carencias, de los retos, de las oportunidades, de las amenazas, de las debilidades, de las fortalezas, de los logros, de las acciones que nos permiten crecer, aprender o conseguir las metas, es un buen camino hacia una sana convivencia familiar y social.

Isabel Bueso González es psicóloga, psicoterapeuta y miembro de la Asociación Aragonesa de Psicopedagogía

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