Tercer Milenio

En colaboración con ITA

El Desmitificador

Cuida, no cojas frío

Bajas temperaturas al punto de la mañana, buen tiempo después, cierzo a veces colándose por todas partes... ¿Es el frío el causante de los catarros? La propia palabra lo dice: ‘resfriado’ ¿no? Las cosas no son tan sencillas, pero el frío desempeña su papel en los contagios.

Nuestra nariz siempre está dos o tres grados más fría que el resto del cuerpo
Nuestra nariz siempre está dos o tres grados más fría que el resto del cuerpo
Walker Sister

El mito

Espero que mi madre no lea esta sección, porque como me lea… Os cuento. El sábado pasado me fui a tomar algo con unos amigos. Yo, viendo el cielo despejado, y confiando en que mis genes maños, acostumbrados al gélido cierzo, me protegerían, salí a la calle en mangas de camisa. ¡Craso error! Se torció la tarde, y acabé volviendo a casa más congelado que Walt Disney. Cubito total. Se ve que cogí frío, y me pegué el domingo entero gastando pañuelos como un descosido, tomando sopita y refugiándome en el confort de mi batamanta mientras veía Netflix. ¡Craso error, de nuevo! Ni el señor Disney está congelado ni por ‘coger frío’ nos resfriamos. ¿O sí? 

Verdadero o falso

Después de "bébete el zumo, que se le van las vitaminas", puede que "ay, pobrecico, habrás cogido frío" sea probablemente la frase más usada por nuestras abuelas en toda la historia de la humanidad. Hace meses, en las primeras aventuras del Desmitificador, descubrimos que la primera afirmación no se sostiene desde el punto de vista científico. Pero, ¿es cierto que pillamos más resfriados cuando hace frío?

La verdad es que yo pensaba que era una chorrada. El resfriado (y la gripe) lo causan unos microorganismos malos malísimos: los virus. Si te acatarras, es porque en algún lado has estado en contacto con el bichillo. Probablemente te has topado con algún compañero de trabajo que no se lava bien las manos o te has metido en algún autobús lleno de microbios procedentes de toses y estornudos de otros pasajeros. Pero el otro día, pululando por You Tube, me topé con un fantástico vídeo de mi amiga Sandra (@LaHiperactina) que me hizo dudar. ¿Y si el frío sí que tiene parte de culpa?

Pues, tal y como nos explica Sandra, parece ser que este mito tiene una razón de ser. Varios estudios científicos sugieren que algunos factores relacionados con el frío pueden contribuir a que acabemos pillando un catarrazo. Por un lado, cuando hace frío tendemos a pasar mucho más tiempo en lugares cerrados. Andar da pereza, así que acabamos cogiendo el bus. Y, en vez de tomarnos unas cañitas con los amigos en una terraza, entramos al bar a por un chocolate con churros. Y claro, al final, en el bus o en el bar acaba entrando alguien que está malito y… ¡zas! Te lo pega.

Por otro lado, en épocas frías solemos poner la calefacción a todo trapo. Tanto radiador reseca mucho el ambiente, y a la larga reseca también nuestros apéndices nasales y nuestras vías respiratorias. Vamos, que se nos secan la napia y la garganta. Segregamos menos mocos, nuestra protección natural contra infecciones, y los virus entran, invaden e infectan con total impunidad. ¡Y aún hay más, queridos lectores! Las pesquisas de Bruno Martín (@TurbanMinor), redactor de Materia, la sección de ciencia de ‘El País’, y presentador de la serie ‘Darwin, te necesito’, me conducen a un estudio que hicieron unos investigadores americanos con virus del resfriado común y… maniquíes. Lo que oís. Los científicos dotaron a los moñacos de un vaporizador (un ‘flis flis’) automatizado para simular tos y estornudos. Descubrieron que, en ambientes muy secos, se triplicaba la infectividad –la capacidad de un patógeno para invadir e infectar un organismo– de los virus de la gripe.

También hay varios estudios que demuestran que los virus se reproducen y se conservan mejor a temperaturas frías. Como explica en su vídeo Bruno, si un virus acaba cayendo en el pomo de una puerta o la barra del bus, si hace fresquito estará más cómodo esperando a que llegue un ‘primo’ al que infectar. Además, nuestra nariz siempre está dos o tres grados más fría que el resto del cuerpo (igual más si no llevas bufanda), así que, si llega ahí el virus, esperará cómodamente a poder merendar.

Por último, Sandra ‘La Hiperactina’ señala un estudio muy curioso que hicieron unos investigadores de Cardiff, en Gales. Pusieron los pies de varios voluntarios en agua muy fría durante veinte minutos. Luego les preguntaron si sentían síntomas de resfriado, y les repitieron la pregunta al cabo de unos días. Sorprendentemente, casi todos terminaron acatarrados. ¿Cómo? Para infectarse tendrían que haber estado en contacto con el virus. Los científicos sugieren que quizás lo estuvieron antes del experimento, y el frío acabó desencadenando la infección. También proponen un posible mecanismo: al sentir mucho frío, los vasos sanguíneos se comprimen, y llega poca sangre a las zonas periféricas del cuerpo. Si en ese rato llegaron pocos leucocitos –nuestras defensas– a la nariz… igual hubo algún virus que se saltó los controles aprovechando el despiste.

De propina

Solo me queda insistir. El resfriado (y la gripe) lo causan los virus, no el frío. Así que, por mucho que sea mejor hacer caso a tu abuela y abrigarte bien, lo mejor que puedes hacer para prevenir una infección es seguir unas normas de higiene básica. Lávate habitualmente las manos con agua y jabón (o un gel desinfectante) y sécatelas bien, procura evitar el contacto con personas infectadas y utiliza pañuelos desechables. Desechables quiere decir que lo uséis una vez y lo tiréis. No os lo guardéis en la manga per secula seculorum, que sí, ahorráis papel, pero lo mismo acabáis infectando a toda la oficina. Ah, y como dice Bruno Martín, ¡no os tapéis con la mano al toser o estornudar! Mejor usar un pañuelo o, en su defecto, la manga. Que con la mano tocáis muchas cosas, y a mucha gente.

Para saber más

Recuerda que las infecciones víricas, como el catarro y la gripe, no se tratan con antibióticos. Los antibióticos matan bacterias, pero son totalmente inútiles contra virus. Es peligroso tomar antibióticos sin conocimiento, como explica Sandra en este otro vídeo de su canal.

Ante cualquier duda, acudid a vuestro médico de familia o preguntad en la farmacia. Los medicamentos, por lo general, no acelerarán la curación, pero os ayudarán a aliviar las molestias y a paliar los síntomas del catarro. Si estáis malitos y os da pereza levantaros del sofá, enganchaos a los vídeos de Sandra (La Hiperactina) y Bruno ('Darwin, te necesito').

Fernando Gomollón-Bel Químico y divulgador científico @gomobel

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