Cómo evitar tensiones en las reuniones familiares de Navidad

Las tradicionales reuniones navideñas pueden desembocar en tensiones y discusiones familiares que es mejor prevenir.

Las tradicionales reuniones familiares, en ocasiones, pueden generar muchas decepciones.
Las tradicionales reuniones familiares, en ocasiones, pueden generar muchas decepciones.
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La Navidad es esa época en la que amigos y familiares se reúnen a pesar de no haberse visto en mucho tiempo. Una tradición emotiva que, en ocasiones, puede no ser tan bonita como aparenta. Toneladas de comida, turrón y dulces, regalos, reencuentros...todo parece maravilloso hasta que, desafortunadamente, a alguien se le ocurre hacer un comentario sobre algún político o un equipo de fútbol que al que se sienta a su derecha no le agrada lo más mínimo. Siempre habrá un motivo posible para una discusión épica en familia. Cuando el espíritu navideño de reunión se convierte en una congregación forzada por la ritualidad y la impostura, es el momento de poner remedio al problema.

Las causas

En reuniones familiares, la gente tiende a beber gran cantidad de alcohol. En consecuencia, las palabras se miden menos y, a veces, pueden ser excesivamente directas. Por otro lado, el reparto de regalos también puede acarrear tensiones. El tradicional amigo invisible no siempre es fuente de alegrías, ya que puede suponer un momento para fomentar la competitividad y las discrepancias económicas. También es habitual que desemboque en conflictos por las diferencias a la hora de afrontar el juego o por la falta de afecto entre unos familiares y otros. Además, la repetición anual de esta práctica puede generar desgaste.

Remedios para prevenir la tensión

Si este año no quieres que las reuniones familiares vuelvan a decepcionarte, toma nota de estos consejos: te ayudarán a prevenir cualquier drama navideño.

Elude temas inapropiados: los debates sobre la actualidad política y social son los principales generadores de conflictos. Las discrepancias, sobre todo entre las familias más numerosas, son prácticamente inevitables. Generalmente, estas discusiones desembocan en un callejón sin salida y son un trago desagradable para todos. Por eso, será mejor que hables de temas más intrascendentes, animados y pasajeros. Planifica con tiempo y evita excesos: si quieres permanecer tranquilo estas fiestas, es recomendable que te organices con tiempo y no sobrecargues tu agenda, porque tantos días continuados de celebración podrían llevarte al hartazgo. Impide cualquier división familiar: las celebraciones navideñas están pensadas para disfrutar todos juntos y no para crear grupos de oposición. Los cotilleos, el secretismo y los comentarios sarcásticos pueden ser reservados para otro momento más oportuno. Debemos ser conscientes de que, en estas fechas, es necesario asumir el protocolo por el bien común. Evita la guerra de géneros: todavía es muy frecuente que, en las reuniones familiares, se vivan situaciones machistas que tradicionalmente han sido comunes en los hogares. En fechas navideñas, el problema se acentúa: las mujeres asumen una gran carga de trabajo en la organización de estos eventos. La mayoría de las veces, es desproporcionada y puede provocar malestares. Lo justo es dividir entre todos las labores para lograr un ambiente de igualdad, unión y complicidad.

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