Whatsapp cumple 10 años, ¿cómo nos ha cambiado la vida?

En España, es la segunda red social más utilizada, con 25 millones de usuarios, y la mejor valorada, con una nota media de 8,4.

Whatsapp cumple 10 años, ¿cómo nos ha cambiado la vida?
Whatsapp cumple 10 años, ¿cómo nos ha cambiado la vida?

Hubo un tiempo (no tan lejano como parece) en el que enviábamos SMS para quedar con nuestros amigos o llamábamos para preguntarles qué tal les había ido el día o hablar sobre cualquier cosa. Ahora son pocos los que mantienen estas prácticas. Cada vez hacemos menos llamadas y mandamos menos SMS (incluso el término se ha quedado algo desfasado). Las redes sociales han cambiado las reglas del juego y han revolucionado para siempre la manera en la que nos comunicamos.

Hace una década, el 24 de febrero de 2009, veía por primera vez la luz una de las más populares: Whatsapp. Hoy cuenta con unos 1.500 millones de usuarios en todo el mundo. En España, es la segunda red social más utilizada, con 25 millones de usuarios, solo por detrás de Facebook. También es la mejor valorada por los españoles, con una nota media de 8,4, según revela el Estudio Anual de Redes Sociales 2018, elaborado por la asociación IAB Spain y la agencia Elogia.

El informe señala que un 87% de los españoles encuestados utiliza Whatsapp, casi el mismo porcentaje que Facebook, que ha perdido usuarios en el último año. Además, es la aplicación en la que más tiempo se invierte, una hora y 33 minutos de media, un dato que concuerda con el principal interés que declaran tener los encuestados: “Chatear/enviar mensajes (privados y/o públicos) a [sus] contactos”, en concreto, un 66%.

Perfil de usuario

Un 52% de los usuarios de Whatsapp son mujeres, frente a un 48% de hombres. La media de edad se sitúa en los 38,1 años, aunque no hay grandes diferencias de uso entre los distintos grupos de edad. El 31% tienen entre 16 y 30 años, el 39% de 31 a 45 y el 30% de 45 a 65. Entre los jóvenes, un 10% pertenecen a la llamada generación Z (de 16 a 23 años) y el 40% son Millennials (24 a 38 años), mientras que el 50% restante lo componen generaciones mayores.

Asimismo, un 90% de los Millennials encuestados reconoce utilizar la aplicación de mensajería instantánea, algo más que los de la generación Z, que lo hacen en un 81% de los casos. Respecto al tiempo que invierten estos grupos en las redes sociales (en general, no solo en Whatsapp), son los Z los que pasan un mayor tiempo conectado, una hora y 24 minutos al día, frente a la hora y 12 minutos de media de los Millennials.

Respecto a los dispositivos de conexión, destaca el teléfono móvil, en el que un 88% de los usuarios utiliza Whatsapp. Le sigue el ordenador, con 20% de usuarios a través de la versión web, y la tableta, con un 16% y sin aplicación específica.

Hiperconectividad vs. dependencia

Son numerosos los cambios que se han producido a raíz del nacimiento de las redes sociales. Vivimos hiperconectados y eso ha modificado no solo la manera en la que nos relacionamos y nos comunicamos, sino también el modo en el que vivimos. “Las redes sociales no son una moda pasajera, son parte de una transformación radical de la sociedad”, asevera Daniel H. Cabrera, doctor en Comunicación y profesor de la Universidad de Zaragoza.

Desde el punto de vista sociológico, las redes sociales como Whatsapp han supuesto una ampliación de la capacidad de relación de las personas, sin embargo, también han derivado en fenómenos negativos, ya que generan "una gran dependencia" y "en ningún caso deben sustituir a la interacción presencial", matiza Fernando Luesia Blasco, decano del Colegio de Doctores y Licenciados en Ciencias Políticas y Sociología de Aragón. Esa interacción presencial resulta especialmente importante en el caso de los jóvenes, ya que es clave para su desarrollo social. Por otra parte, el sociólogo recuerda que, pese a estar más conectados que nunca, "seguimos sintiéndonos solos".

Daniel H. Cabrera ofrece un planteamiento similar en relación a la creación de dependencia que pueden provocar estas redes: “El ser humano necesita silencio y ahora somos cada vez más intolerantes al silencio. Estamos esperando a que nos pongan un café y ya no podemos estar sin mirar el teléfono”.

La sociedad de la inmediatez

Todo ello está relacionado con, quizá, el cambio más evidente que ha experimentado la sociedad en la última década: la inmediatez, todo sucede en directo y exige una escucha e interacción continuas. “Hoy en día, si no respondes a un mensaje en dos minutos, es como si le dijeras a la otra persona que no existe y, al revés, si con todas las redes que tienes en tu teléfono no te entra ninguna notificación, es como si te hubieras muerto. Esa sensación de inmediatez no existía antes. Es una acción-reacción constante”, explica Cabrera. Este ritmo frenético puede derivar en ansiedad y en miedo a no ser aceptados.

Entre tantos estímulos, el profesor reconoce que “se pierde racionalidad”: “Cada vez nos cuesta más leer un libro. El formato de las redes sociales es más propenso a, por ejemplo, las ‘fake news’ [noticias falsas] porque la gente reacciona instantáneamente y lo comparte sin leer”.

El exceso de información puede ser uno de los causantes de estos comportamientos, tal y como argumenta Fernando Luesia: "El sociólogo Bauman decía que vivimos en una sociedad muy informatizada, recibimos mucha información, pero tenemos dificultad para procesarla y eso equivale a una gran superficialidad". Para el decano, "la tecnología siempre es bienvenida" y, como todo, trae consigo aspectos positivos y negativos, pero es el ser humano el que posee la capacidad de convertirla en una herramienta más humana y social.

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