El día de Santa Águeda marca una celebración tradicional de las mujeres, el día en que las mujeres mandan y se van de fiesta, aunque la celebración venga de algo tan terrible como el martirio que sufrió en su Catania natal esta joven torturada y asesinada a los 20 años en el siglo III de nuestra era. Ese concepto festivo sigue vigente en la tradición de comidas o cenas femeninas, con espectáculo posterior, pero el fondo de la cuestión pertenece al pasado; afortunadamente, ya no se trata del día en el que las mujeres mandan o se liberan de sus tareas en el hogar.

La parroquia del Portillo de Zaragoza recibe a centenares de mujeres que acuden a presentar sus respetos. La propia parroquia demuestra en su discurso, disponible en las redes, que el sentido de esta fiesta tiene nuevas voces. "Hoy es un momento para actuar contra la violencia que sufre la mujer, atentando a su dignidad de persona; para no aceptar que en nuestra sociedad y en el mundo del trabajo siga existiendo una desigualdad ente hombre y mujer; para seguir comprometidos en la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres". La iglesia de Santa Isabel de Portugal (San Cayetano) también sube mucho su afluencia en este día, por ser el otro punto que posee una reliquia de la santa: un trozo de tela de una prenda suya.

Las tetas de Santa Águeda, un clásico

La mayoría de las grandes celebraciones se desarrollaron el pasado sábado para poder recibir a más asistentes, pero en este día de Santa Águeda también hay elementos de celebración en Zaragoza. Los gastronómicos, por ejemplo, centrados en las llamadas reliquias de la santa y que en la tradición popular reciben el nombre de tetas o teticas; la tradicional receta de la Tahona Goyesca (bollo con un toque de agua de azahar, relleno de trufa y nata y decorado con fideo de chocolate), la de Melba o, entre las más novedosas, la de Patipatú, aunque casi todas las pastelerías tienen su versión.

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