Siete consejos para que el estrés no afecte a la vida sexual

El deporte y la alimentación son factores que influyen en la salud sexual.

La ausencia de sexo puede derivar en diferentes síntomas, tanto a nivel físico como psicológico.
La ausencia de sexo puede derivar en diferentes síntomas, tanto a nivel físico como psicológico.
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La actividad sexual cuenta con importantes beneficios para nuestro cuerpo, es algo beneficioso para la salud de cualquier ser humano ya que repercute positivamente tanto a nivel físico como psicológico. Ayuda a fortalecer el sistema inmunológico, reduce el estrés e influye en el estado de ánimo entre muchos otros beneficios.

Pero, ¿qué pasa si el deseo sexual se ha perdido? Según Eva Mª. González, sexóloga de Psicólogos Sexólogos Zaragoza, la pérdida de deseo sexual se basa en no tener deseo de actividad sexual de forma persistente y ausencia o pobreza de fantasías sexuales.

La ausencia de sexo puede derivar en diferentes síntomas, tanto a nivel físico como psicológico. El estrés, la monotonía o determinados problemas en la pareja son algunos de los factores que agudizan este problema.

La empresa de salud sexual masculina 'Boston Medical Group' ofrece una serie de consejos para que el estrés no afecte a la vida sexual:

Apoyarse en la pareja: Si el sexo se practica con alguien de confianza hay que hablarlo con la otra persona para liberar las tensiones y afrontar juntos el problema.  Hacer deporte: El ejercicio físico no solo ayuda a mantener una buena salud y a prevenir enfermedades, sino que mejora la potencia sexual. Correr, natación, ciclismo o tenis son algunos de las disciplinas que más ayudan a los hombres a recuperar el apetito sexual, ya que se mantienen los niveles apropiados de endorfinas y testosterona. Comer sano: La alimentación también influye en la salud sexual. Aquellos que contienen Omega 3, como las nueces, el aceite de oliva o el atún, generan dopamina en nuestro cerebro y, por lo tanto, favorecen el deseo sexual. Además, los productos ricos en proteínas, como la carne o los frutos secos, aumentan los niveles de testosterona. Aprender técnicas de relajación: Hay que darse tiempo a uno mismo. Y aunque no se esté acostumbrado, siempre es bueno adentrarse en métodos en el que lo más importante es uno mismo, como la respiración profunda, meditación o estiramiento. Cuidado con las medicinas: Aunque pueda parecer el remedio más eficaz, al final es contraproducente. Al menos el 50% de los pacientes que toman antidepresivos han sufrido disfunciones sexuales, como falta de apetito sexual, disfunción eréctil o retraso del orgasmo. No tener relaciones sexuales por obligación: Forzar las relaciones sexuales cuando uno siente ansiedad suele acabar en fracaso. Acudir a un experto: Para recuperar la vida sexual hay que asumir que se tiene un problema. Por eso, en cuanto se hacen evidentes los primeros síntomas es fundamental ponerse en manos de un especialista.

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